The Last Of Us. Otro camino.

//Capítulo 11\\

Este edificio, al menos por la parte inferior, estaba vacío y por suerte entraba algo de aire limpio de fuera, pero cuando empezamos a subir escaleras con pistola en mano, aunque nos dimos un parón en la parte baja para colocarnos una linterna en la aza de la mochila, y así estar preparados para cualquier tipo de situación. A medida que íbamos subiendo las escaleras, lo hacíamos con más sigilo, siempre iba primero para proteger a Tess, estando tenso a cada nuevo paso que daba en cada escalón.

-¿Cuántas plantas? -Pregunté en susurro a Tess mientras me daba la vuelta para mirarla y que me escuchará mejor.

Ella había venido aquí más veces para hacer tratos con la líder de los Luciérnagas, Marlene. Por ello, ella podía guiarme al centro de este laberinto de escaleras.

-Solo una planta más -Me respondió en el mismo tono y sin perder un segundo más, comencé a subir las escaleras.

No tardamos mucho en llegar a la planta superior, la puerta que daba al pasillo donde habitaba el grupo estaba cerrada, así que para no salir fusilados dejé paso a Tess, a quien conocían más de vista que a mí. Aunque creo que no nos dispararían a los dos, pero siempre era precavido por lo que podía llegar a pasar. Mi compañera tomo la delantera, pero la puerta no cesaba, siempre se quedaba a medias. Me miró confusa y luego me pidió ayuda con un movimiento de cabeza mientras se apartaba. Me acerqué hacia la puerta, y cuando cogí el mango para abrirla, empujé un poco hacia dentro y escuché como algo grande caía al piso mientras dejaba de abrir la puerta. Cuando me adentré en silencio, vi lo que provocó ese sonido, era el cuerpo de Robert desparramado en el suelo con un balazo en la cabeza, sus características eran el pelo rubio, más o menos largo y demasiado descuidado, camisa de los 80, pantalones que solo llevaría gente de otro universo en un apocalipsis, los cuales eran vaqueros rotos por todos lados, junto con su piel blanquecina. Su sangre ya se encontraba por los suelos, y cuando me giré para observar el resto del pasillo vi los cuerpos de los compañeros de este líder por los suelos.

Suspire y mire a Tess, la cual tenía una mirada que hasta a mí me era difícil de descifrar, echa quiso tomarme la delantera, pero le puse un brazo en el medio para que no fuera así. Pude notar su mala mirada sobre mí, pero me mantuve tranquilo y avance, poco a poco, por el pasillo. Esquivé todos los cuerpos de los fallecidos, algunos tenían más de un tiro, las balas estaban repartidas en el torso, la cabeza, las piernasY en las paredes había algunas manchas de sangre. Llegué al final del camino con la respiración de Tess pegada a mi espalda. Sin embargo, cuando gire para seguir avanzando, fijándome en los cuerpos que no quería pisar, un sujeto se abalanzó sobre mí, el cual salio de una habitación que estaba a mi derecha, pero fácilmente con un simple empujón acabó en el suelo. Y con mis reflejos, atrapé con mi pie una navaja que salio deslizándose por el suelo, cuando levanté la mirada vi a una niña de pelo castaño y con ropa que parecía de antes del apocalipsis, parecía prácticamente nueva.

La chica intentó alcanzar la navaja, pero no había forma de que la cogiera mientras la apuntaba a la cabeza con la pistola, no tendría piedad si hace cualquier movimiento que pueda ponernos en peligro. La mirada de la niña no reflejaba miedo cuando mi cañón apuntaba hacia su rostro. Sin embargo, escuché la voz de Marlene desde el otro lado del pasillo.

-A ella no -Dijo con serenidad y levante la vista-. ¿Joel?

-¿Qué ha pasado aquí? -Pregunto mi compañera, mirando hacia ambos sujetos.

Marlene era una mujer de aproximadamente 40 años, quien conocimos por Tommy, quien había conocido a los Luciérnagas y se había unido a su grupo, creyendo que iba a salvar el mundo. Hasta que se alejó, desde entonces, Marlene ha ido viajando entre todas las bases de este grupo. Marlene tenía un buen carácter, aunque no era capaz de sobrevivir por si sola, me lo demostró una vez que la vi luchando contra un chasqueador y casi muere en el intento, no llega a ser por mi bala atravesando su cráneo y ya tendríamos un nuevo infectado.