//Capítulo 4\\

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El cielo era únicamente iluminado por algunas explosiones provenientes de la ciudad de Texas, incluyendo consigo algunos cables eléctricos que fueron cortados, ya sean por postes tirados al suelo o por cualquier otra razón que mi capacidad intelectual actual no podía alcanzar a entender. ¿Vandalismo? Solo a quienes realmente no tuvieran ganas de sobrevivir se les ocurriría esa idea.

-Papá -Comenzó un tema de conversación después del trayecto silencioso por los nervios y la tensión que se podía notar en el vehículo, noté su confusión y decidí responder de la mejor manera.

-No se sabe -Dije para intentar tranquilizarla, pero entonces Tommy decidió abrir su bocaza para darle más nervios a mi hija.

-Escuche un par de cosas en la comisaria -Afirmó Tommy, me esperaba que Sarah preguntará por qué se encontraba en esa zona, pero creo que por su nerviosismo decidió que no era el mejor momento. Aunque eso no le librara de un interrogatorio cuando todo esto pueda llegar a estar más tranquilo, en caso de que ese momento exista.

-Se ha oído hablar de un virus -Continuó Tommy, pero yo lo mire con una expresión amenazante para que cerrará el pico.

-No se sabe -negué, aunque creía todas las palabras que podría llegar a decir mi hermano, pero quería que Sarah mantuviera la calma el mayor tiempo posible.

-¿Crees que fueran terroristas? -Pregunta Sarah, pero Tommy, como especial siguió hablando del tema.

-Se dice que los mayores casos son en la ciudadPor eso cerraron las calles después de que saliéramos del trabajo -Debo admitir que estaba a punto de estamparle la cara contra el volante, con tal de que esa fuera la única manera que se callará.

Aunque, con tan solo pensar en violencia, se me acercó la imagen de cómo le cruce la cara a nuestro vecino con una maldita llave inglesa. No me creía capaz antes de hacerlo, bueno, tal vez sí me veía capaz, pero no esperaba que pudiera acabar así. La escena ya pasaría casi distorsionada, entre la conducción y el control que intentaba mantener sobre mi juicio, muchos pensamientos que antes invadían mi mente ya no existen y no creo que vuelvan. Ahora solo busco la supervivencia para Tommy, Sarah y yo.

Al girar por una calle, una luz anaranjada traspaso por todas las ventanillas del automóvil, y eche un vistazo para poder saber de dónde provenían. Aunque a los segundos me arrepiento de haberlo hecho, era la casa de los Dylan, una finca que pertenecía a unos amigos míos y de Tommy.

-Oh mierda -Es lo único que pude alcanzar a escuchar de Tommy. Mientras que el sonido de la radio se volvía más y más molesto, y acabó apagándola con furia.

Me quedé pensando durante el trayecto a donde ir, la ciudad estaba invadida de sitios sin escapatoria, así que al descarté al saber que no sería una buena opción para nadie. Sabiendo que la pista, iba a estar a reventar, deseaba darle una oportunidad, así que me dirigí hasta ella.

-¡Ayuda! ¡Socorro! -Escuché gritar desde fuera del vehículo, gracias a las luces delanteras del coche, pude apreciar a tres personas. Mujer, niño y hombre, junto con un coche desviado a un lado de la carretera.

-Joel, para, tienen un niño -Me aconsejó Tommy para salvarlos, pero no iba a tomar ese consejo, no pondría a Sarah en peligro con gente que no conozco y mucho menos en esta situación.

Pueden ser buenos o malas personas, claro. Nadie lo descarta, pero por esa misma razón no me parare. Se me ocurren tantos hechos negativos si no hubiera tomado la decisión de dar un acelerón final para alejarme, esas ideas solo aturden mi mente, pero ya es tarde para seguir pensando las imágenes surgidas en mi mente, no dejaré que ocurra.

-Nosotros también -Le contesté a Tommy y por el retrovisor interior pude ver como Sarah miraba hacia ellos desde la ventanilla trasera y di un suspiro, debía darse cuenta que las cosas van a cambiar por un tiempo después de este desastre, aunque solo sean por un par de días, quiero pensar, que solo serán un par de días o meses.

-Podría haber estado en la parte de atrás -Aseguró Sarah.

Lo sé, cariño. Lo sé pero no podía arriesgarme. Pensé en mis profundidades junto con un suspiro. ¿Y si nos íbamos al monte? ¿Existirían tantos problemas? Estaríamos más tranquilos en las montañasComo si es en un pequeño refugio abandonado. Me duele pensar que mantendré a Sarah en esas condiciones, pero es que no puedo volver a casa, y seguramente Texas no sea el único estado que se encuentre de esta manera. La radio informaba de diversos ataques, desde China hasta los Estados Unidos, quisé hacerle caso omiso ya que podría tratarse de algún tipo de droga violenta o algo por el estilo.

Tras pasar un rato, mientras Tommy y yo intentábamos buscar algún tipo de señal de radio, llegamos a la entrada de la autopista. Como pensaba, estaba repleta de coches, había un tráfico inmenso, y solo se podían ver luces de automóviles hasta alcanzar la vista.

-Mierda -Maldijo Tommy mientras observaba hacia el frente-. Joel, tira para atrás. Ahora. Tira.

Me costó un par de segundos saber porque lo decía con un tono de agobio en su voz, hasta que delante de nosotros, a un par de coches unas personas habían asaltado un coche con una locura inmensa, metiéndose por la ventana como si de bestias se trataran. No quería observar más porque sabía lo que estaba pasando en ese coche, así que, mire por el espejo trasero, por suerte los vehículos que teníamos detrás ya estaban dando marcha atrás y cambiando de sentido aunque fuera contra la ley. Nosotros seguimos su maniobra antes de que la cosa pudiera empeorar por toda la autopista y saliéramos perjudicados.

Observé a Sarah por el retrovisor trasero nuevamente, estaba temblando y mirando por todas las ventanillas mientras se sujetaba a los sillones para no moverse de forma brusca si hacíamos algún cambio de sentido por culpa de cualquier imprevisto.

-Vamos al barrio más cercano, se encuentra al Oeste -Me aconsejó Tommy-. No podemos ir a los otros sitios, sería un suicidio por completo.

-Quizá todo este igual -Afirmó mi hija, pero debía tomar esa última opción si quería al menos buscar un camino, que podría llegar a ser seguro. Si no jugabas al azar, tenías más probabilidades de acabar muerto por esas cosas.

Acepté el consejo de Tommy y comencé a conducir hacia el barrio Christobal Noria, era el indicado. Aceleré en algunos tramos, llegando a adelantar por fuera de la carretera convencional a los otros vehículos porque su velocidad ahora mismo era anormalmente reducida, parecía que iban como tortugas respecto a lo que estaba sucediendo. No tardamos mucho en llegar, y suspire de alivio, porque al entrar al pueblo todo parecía ir de buena manera. O al menos eso pensé antes de que nos acercáramos al punto central del pueblo.

Personas corrían de un lado para otro, incluyendo a gente saliendo de establecimientos como restaurantes o teatros que se encontraban a los extremos de la calle. Tome la decisión de acelerar y volver hacia atrás, pero prácticamente era lo mismo, y cada vez el derribo de personas era de mayor cantidad. Los gritos aumentaban, juntos con golpes a los coches o chillidos irritantes provenientes de esas cosas, que ya no podía considerarlas personas, aunque llegarán a serlas alguna vez. ¿Qué cojones esta ocurriendo? Era una pregunta que no paraba de surgir en mi cabeza, necesitaba saber la respuesta, ¿será un virus? Como dijo Tommy. Ni idea.

-Ten cuidado, Joel -Me advirtió mi hermano, a quien acabe no haciéndole caso, había que salir de aquí.

Seguí conduciendo marcha atrás, pero algo me obligo a detenerme, un grito de Sarah que sonaba desgarrador, llamándome. Sin embargo, tras un golpe todo se volvió negro.


AVISO: Este capítulo y el siguiente, puede que no sean muy largos. Gracias por leer ;).

The Last Of Us. Otro camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora