Mi Vida Por la Tuya

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Amelia no sabía a ciencia cierta si había hecho lo correcto al contarle a Adolpus todos los pormenores de la relación que habían sostenido Hermione, Draco y Lucius. De alguna manera era la única forma de ganarse su confianza pero también significaba que con esa información trataría de herir a los muchachos.

Estaba en lo correcto cuando aquel detestable hombre bajo al sótano donde mantenía cautivos a los gemelos solo para escupir su veneno sobre Antares y Scorpius para decirles la clase de zorra que era su madre y lo poco hombre que era su padre por permitir que le robara su mujer su propio padre.

Antares estaba desconsolada, gritaba a todo pulmón que eso era una mentira, era incapaz de creer que algo como eso fuera posible, su madre no seria capaz de algo como aquello, sin embargo, al ver la seriedad en el rostro de su hermano comprobó que era verdad y que además el ya lo sabía. Hasta ese momento se mordió la lengua y dejo de gritar, pero las lágrimas no dejaron de fluir de sus ojos grises.

Cuando quedaron de nuevo solos en la frialdad y oscuridad de ese sótano, el silencio se quebró de repente por la titubeante voz de Antares.

-¿Es verdad? -Pregunto mirando a su hermano sumido en las sombras y el silencio, con la mirada triste fija en la pequeña ventana alta que debaja pasar solo un poco de luz que no llegaba ni siquiera hasta el.

Un silencio prolongado fue la respuesta y ella supo interpretarlo como una afirmación.

-Tú ya lo sabias. -Acuso y su timida voz se volvió un duro reproche. -¿Por qué no me lo contaste? -Pregunto con nuevas lágrimas de rabia.

-Me entere por casualidad y no sabía cómo decírtelo. En ese momento me sentí devastado hasta que comprendí que no era nadie para juzgar a mama. -Trato de explicar.

-Como no juzgarla si fue tan... Ligera de moral como para estar con nuestro abuelo estando comprometida con nuestro padre.

-No es momento para esto Antares, es mejor enfocarnos en buscar una manera de escapar.

-¿No es momento? -Bufo enfadada. -Eres tan ingenuo como para suponer que vamos a salir de aquí. Nuestra madre estará demasiado ocupada con "Sus asustos" para preocuparse por nosotros, quizás incluso resultara un alivio que desaparezcamos de su vida.

-¡Cállate! -Grito haciendo que su hermana viera un respingo. -No te atrevas a juzgarla, tú no eres nadie. Ella misma nos conto sobre la ruptura de su compromiso con nuestro padre, ya sabíamos que había habido otro hombre y que eso distancio y rompió el compromiso, de la misma manera en que nos conto que lo intentaron de nuevo y que esa ocacion fue mi padre quien la engaño.

-Pero nunca nos dijo quien fue ese hombre.

-Eso no cambia que ella siempre fue sincera con nosotros sobre sus sentimientos y todo lo que ocurrió en su pasado con papa.

-Solo omitió el pequeño detalle de que el hombre con quien se enredó estando con mi padre era nuestro abuelo. -Dijo con sarcasmo, con una risa desprovista de alegría. -La odio. -Soltó al fin con resentimiento.

-No digas cosa de las que después vas a arrepentirte.

-No creo vivir lo suficiente para arrepentirme de nada, vamos a morir aquí demasiado rápido como para hacer cualquier cosa o para que mi importe lastimar los sentimientos de una madre que privo a sus hijos de una vida normal y de un padre por su estúpida calentura.

-¡¡¡Cállate!!! -Ordeno tajante hablando con una dureza que jamás había empleado al hablarle. -Si quieres ser una estúpida, se una estúpida, pero no te atrevas a hablar así de mama, mucho menos te des por vencida, vamos a salir de aquí.

En El Nombre Del PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora