La Suma De Todo

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Este capitulo esta dedicado con todo cariño a mi gran amiga Daniela Pachao, sin su inspiración este fic nunca hubiera salido a la luz. Muchas gracias.

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Antares

No tuvo el valor para enfrentarse a la implacable determinación de su hermano. Se quedó en silencio tragándose los reproches y los insultos en contra de su madre. Con el dorso de sus manos limpio los últimos vestigios de sus lágrimas con más fuerza de la necesaria, avergonzándose de haber perdido el control de esa manera.

Seguía pensando lo mismo, culpaba a Hermione por no crecer con un padre que los cuidara, por no vivir bajo el mismo techo como una verdadera familia. Pero en ese momento necesitaba pensar con la mente fría como Scorpius, ya cuando pasara todo tendría tiempo de decirle unas cuantas verdades a su madre.

Se escucharon fuertes ruidos y explosiones en los pisos superiores, lo que alerto a los gemelos que se apresuraron a formar un plan de escape. La ventanilla era demasiado pequeña para que cupiera Scorpius, pero sin duda Antares podría salir sin dificultad.

Una nueva explosión y gritos los hicieron apresurarse. Cuando la puerta del sótano se abrió Adolpus entro por ella a tropel reparando en que ahí se encontraba ya solo uno de los gemelos. Colérico se apresuró a tomarlo por el cuello y sostenerlo con fuerza contra su cuerpo robusto enterrando la punta de la varita. A los pocos minutos irrumpió Draco con varita en mano dispuesto a destruir al responsable del secuestro de sus hijos.

-¡Suéltalo! –Ordeno furioso el rubio.

-No te acerques Draco. -Advirtió Adolpus con una sonrisa enfermiza en los labios.

-¿Dónde está Antares? –Pregunto al darse cuenta que no se veía por ningún lado.

-¡Escapo! -Contesto con valor el chico a pesar de sentir la varita de aquel hombre enterrándose en su piel.

-Son un par de ratas inmundas como sus padres. -Siseo colérico. -Ella es una puta como su madre y el tan patético como la escoria de su padre.

-¡Suéltalo! -Repitió ignorando sus insultos.

-Si me atacas el morirá primero, apártate de la puerta y suelta tu varita. -Ordeno con intenciones de utilizar al chico como escudo y tabla de salvación.

Draco no tuvo más remedio que obedecer, lanzo a unos metros la varita y se hizo a un lado para dejarle espacio para que salieran. Con lo que no contaba era que Hermione entro también al sótano.

Lejos de sentirse decepcionado Adolpus pareció extrañamente feliz de verla.

-Miren quien se unió a la fiesta. –Soltó con sarcasmo.

-¡Suelte a mi hijo! –Advirtió con frialdad sin dejar de apuntarle.

-Deja tus aires de heroína, ¡inmunda sangre sucia! Te recuerdo que tengo a tu bastardo en mis manos.

-¿Qué quieres? -Pregunto en un tono desesperado a pesar de mantenerse aparentemente firme.

Adolpus pareció meditar por un momento la situación.

-Creo que vale más tu vida que la de tus bastardos. –Sentencio.

-¡De acuerdo! –Hermione ni siquiera lo pensó. –¿Quieres una garantía para huir? llévame contigo, pero deja en paz a Scorpius.

-¡No mama! –Grito desesperado su hijo, que no tardó en ser silenciado por su captor por medio de un hechizo.

-¡Que buena madre! –Se mofo. –Pero ese papel ya no te queda, se que eres una puta que se revolcó con el Lucius y con Draco, padre e hijo. No eres más que una cualquiera, una ramera sangre sucia.

En El Nombre Del PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora