El Pasado Regresa

1K 59 3
                                    

Hace algunos años atrás cuando se encontraba en una gran encrucijada en su vida, se había sentado en la tranquila cafetería frente al hospital para magos y brujas en Paris, intentando tomar un te, que termino enfriándose en la taza de porcelana que sostenía entre sus manos.

Afuera llovía, parecía que el cielo se estuviera partiendo en dos, por eso esperaba paciente que el agua menguara para poder marcharse, aunque lo cierto era que también trataba de perder un poco el tiempo para no llegar a aquella solitaria casa donde nadie esperaba su llegada.

Suspiro melancólica tratando que las lágrimas no se escaparan de nuevo de sus ojos. Los últimos meses contenerlas parecía una labor titánica y generalmente era una batalla perdida de antemano, pues en algún momento del día terminaba con el rostro húmedo y los ojos irritados de tanto llorar.

Le daba vergüenza reconocer que estaba asustada. Alguien como ella que ha vivido muchas mas cosas terribles que la mayoría y ha sobrevivido, debería ser valiente, pero lo cierto era que estaba aterrada. Que por mucho que se repitiera hasta el cansancio que era una mujer valiente, autosuficiente y capaz, no podía dejar de sentir el miedo atroz que sentía todos los días al levantarse y descubrir como su vientre iba creciendo poco a poco, casi de una manera imperceptible.

Amaba a esos pequeños seres que se gestaban en su interior, y quizás, era esa la razón por la que sus miedos se acrecentaban. Tenía muchas dudas, tantas preguntas para las que no tenía respuestas y que solo lograban aturdirla mas y confundirla hasta tal punto que tenia ganas de vomitar.

Sus pequeños no tendrían un padre al cual amar y que los amara, por el contrario, a causa de sus errores solo había logrado que lejos de sentir amor por ellos sintiera el mas infinito rechazo y eso le dolía.

Tomando una servilleta había secado sus ojos, tratando de deshacer el nudo que se formo en su garganta, tomo un poco de ese te frio, aunque no sirvió de mucho.

Había pensado que cambiar de ciudad le ayudaría un poco, pero se había equivocado, de nuevo. El dolor sigue siendo el mismo al igual que el cielo sobre su cabeza o sus sentimientos, las cosas no cambian, ni se dejan atrás cuando intentas salir huyendo, por el contrario, los recuerdos se mudan contigo en las memorias.

Suspiro con las lágrimas fluyendo de nuevo por sus mejillas, ya ni siquiera se molesto en limpiarlas, las dejo que se movieran libres formando surcos por su cara, escurriendo hasta perderse en su ropa.

-¿Estas bien? –Le preguntaron de repente.

Parpadeo varias veces antes de poder lograr que su nublada vista se aclarara.

-Sí, gracias. –Dijo con voz entrecortada, demasiado avergonzada como para sostener la mirada de aquel joven que la miraba con curiosidad.

-¿Esta segura? –Pregunto de nuevo suavemente como si temiera alterarla más con sus palabras.

Ella solo atino a asistir con la cabeza, evitando mirarle de nuevo. Lo escucho marcharse y solo entonces se atrevió a levantar la mirada y seguirlo hasta que se sentó en una mesa del fondo.

Era un joven de semblante melancólico, con una taza de café entre sus manos y unos ojos azules opacos por un dolor tan similar al suyo que no pudo evitar sentir un poco de empatía hacia ese muchacho, que miraba sin ver como la lluvia golpeaba el cristal de la ventana.

Quizás alguien que pasa también por una gran pena entiende los síntomas que esta causa y por tanto hace que se encuentre sienta afinidad aun en un desconocido que a pesar de sus propios problemas a cruzado los metros que los separaban para preguntar un simple -¿Estas bien?

Lo observo largamente, de la misma manera en que solía observar algún libro especialmente interesante, intentando desentrañar los misterios que se albergaban en su interior. Así noto las oscuras ojeras bajo sus ojos tristes ocultos a medias por unos mechones de cabello que caían como por descuido sobre ellos, su ropa aunque limpia estaba arrugada como si hubiera dormido con ella puesta.

En El Nombre Del PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora