Après un rêve

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— Johnny, estoy ansioso — dijo el pelinegro mientras estaba recostado en el regazo del mayor una vez más

— Por qué? — preguntó el mayor mirándolo con unos ojos que reflejaban preocupación

El príncipe al ver esa reacción tan adorable le robo un beso y comenzó a reír — No sé siento que algo malo pasará pronto — 

Y antes de que su novio dijera algo más el menor se levantó de aquel sillón, se estiro y dijo que sería momento de ir a dormir 

— ¿Tan pronto? — Johnny hizo unos ojos de cachorro necesitado que ni la persona mas malvada podría resistir y abrazo al pequeño príncipe por la cintura y pego su cabeza contra su torso

— A menos que quieras dormir conmigo... — dijo entre risas tomando al mayor de la mano y pensando en un plan para colarlo en su aposento sin que las criadas ni su familia se dieran cuenta...

Por suerte es inteligente y se le ocurrió algo increíble, ¡Realmente alguien que le de un premio a este hombre! Vio la espada que tenía a un lado de su escritorio y se la dio a John aprovechando que aún tenía aquel uniforme azul (que a decir verdad casi le provocaba una taquicardia de lo bien que lo hacia ver)

"sustituyo" la compañía de sir Key por la de John y así nadie sospecharía. 


Llegaron a la habitación y Ten dejó a su novio para ir a tomar un baño 

John se quedó solo en esa habitación que se veía mil veces mejor que la suya en el ducado y se atrevería a decir que hasta la del propio rey. 

Comenzó a caminar hasta llegar al escritorio donde vio dos cartas, comenzó a leer la que estaba arriba y solo contenía una línea  " ¿Sabe qué es lo que da más miedo en este mundo? Mucha gente creyó haber llegado al fondo, al rincón más oscuro y sin embargo aún más alla había todavía un lugar más oscuro y ahí es donde se encontraba el rey Huang Renjun, no se fie de su linda cara príncipe. Hay un montón de moscas revoloteando por un trozo de carne fina" que carajos esta haciendo Renjun, ¿acaso quiere que todo se venga abajo? 

Movió la carta y leyó la segunda carta que se sorprendió de leer que la mandaba el marqués Taeyong, una carta de amor? ridículo, Ten ya es de Johnny y Johnny es de Ten. Él se fue y lo perdió, que se abstenga a las consecuencias... así que tomo la carta y la guardo en la bolsa de su pantalón deseando que el menor no se diera cuenta


Después de un rato los dos chicos estaban acostados pacíficamente hasta que Ten se levanto y se hinco en la cama viendo al mayor fijamente y como respuesta solo recibió una cara de extrañeza al ver lo que hacia

Ten dio se movió poco a poco hasta lograr pasar su pierna por encima del caballero y quedar encima de él y mentiría si le dijera que ver el rostro del mayor sonrojado y algo nervioso no lo emocionó

— ¿Qué haces? ¿Tan de repente?— 

— Esta bien si no quieres, se que no es correcto igual — y cuando tuvo la intención de regresar a su lado de la cama sintió unas grandes manos tomándolo y apretándolo desde la cintura

— Desde cuando preguntar es una negación pequeño príncipe — dijo mientras lo acercaba hasta el punto de quedar a solo 20 centímetros de separación y beso al menor sin pensarlo más. 

Como costumbre aquellos suaves besos cada vez eran más agresivos y adictivos al punto de que John se levanto de su posición y separarse rápidamente — ¿Estas seguro Ten?¿Sabes lo que haces?—

— Si Johnny, quiero que tu seas mi primera y última vez — dijo mientras en su cabeza se daba cuenta de lo urgido que sonó y comenzó a sentir algo de pena 

Inmediatamente Ten empezó a estar demasiado consciente de las grandes manos frías que lo sujetaban y estaban congelando la piel de su torso, posteriormente se empezaron a manifestar un montón de emociones coexistiendo dentro del mismo individuo y se comenzó a sentir nervioso, su corazón latía tan pero tan rápido al ver a su amante arriba de él. Todo era nuevo, cada sensación era nueva y era como si estuviera en una carrera de caballos 

Ambos comenzaban a hiperventilar como si hubieran pasado más de 6 horas practicando esgrima, ambas pijamas que tardaron tanto en ponerse desaparecieron y se olvidaron de todas sus preocupaciones por el resto de la noche...




John se levantó temprano como de costumbre para encontrarse al ser más lindo que sus pecadores ojos han visto, realmente se sentía culpable de estar con alguien como él, como es que sería capaz de amar a alguien tan puro, cuando tiene una conciencia tan sucia como él. Deseaba que si todo era un sueño nunca se despertara, deseaba que su pequeño novio nunca se enterara de la clase de persona que es

Unos cuantos minutos el menor abrió los ojos, le robo un beso más a quien lo tenía abrazado y le sonrío, al hacer eso pasaron unos cuantos segundos solo mirándose fijamente, de nuevo analizando cada facción del rostro del otro, cada detalle, cada cosa que hacia perfecto al otro como si todo lo que vieron en la noche no hubiera sido suficiente

Hasta que su romántica paz fue interrumpida por alguien tocando la puerta — Príncipe voy a pasar, es momento de que vaya a desayunar — dijo Yuna de nuevo mientras movía la perilla de aquella gran puerta provocando que Ten comenzara a entrar en pánico y escondiera a su novio debajo de la cama, tapándolo con un poco de cobija que rezaba porque la mucama no la moviera

Apenas lo logró esconder entro Yuna saludando, abriendo las cortinas y dando entrada a las demás mucamas que se encargarían de vestir y peinar al monarca

John sabía que cuando todos se fueran seria su oportunidad de escapar aunque sería una lástima que no tuvo oportunidad de despedirse de su novio...

Y así fue como comenzó un nuevo día en el imperio.

La traición del rey | JohnTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora