Love song

32 7 0
                                    


"Oficialmente comencé a salir con el príncipe Chittaphon. 

Aquí entre nos, es fácil notar que soy su primer novio... Al menos de quién si ha estado enamorado pero que te puedo decir es de esperar, soy realmente atractivo.

Como sea, por acá la tierra está tranquila, aunque Chittaphon ha estado muy ocupado en su oficina, tanto que no me puede ir a ver y por culpa de eso no nos hemos visto desde mi confesión.... Aunque a decir verdad estoy algo intrigado por que tanto hace ahí encerrado, así que he estado discutiendo con Doyoung para ver si sería buena idea irle a visitar y a ver que pasa.

Como sea no hay más noticias más que me sorprendió el hecho de que aquel tierno niño sepa besar tan bien, me preguntó si es un don natural o alguien le enseño, aunque dudo mucho que pueda ser la segunda.

Hasta aquí mi reporte... Ahora que terminé de escribir esto me parece que si iré a visitar al muchacho. 

   Archiduque Suh."


John ató la pequeña carta a la pata de la paloma y la mandó a volar para después entrar de nuevo al cuarto y sentarse en la pequeña mesa a desayunar junto a Doyoung.

Mientras comían ambos llegaron a la conclusión de que sería una buena (y romántica) idea visitar a su nuevo amante, además que  descubría el por qué había pasado tanto tiempo encerrado en aquella oficina.





Cuando entró al palacio por suerte se encontró a Yuta, que había pasado a saludar después de haberle llevado la merienda a Sicheng. 

Este mismo lo guío hasta la oficina de su novio y descubrió que el ducado Nakamoto era parte del ministerio de asuntos financieros del imperio y solía ir a estudiar diferentes tipos de finanzas dentro del castillo y como encontrar mejores ofertas para el país

Estuvieron hablando de algunos asuntos financieros (la cual era el área de John) en donde el rubio se comenzó a preguntar como es que aquel caballero alto sabía tanto sobre negocios, pero antes de que le preguntase la razón llegaron a la puerta del príncipe, provocando una despedida de los dos hombres para después el que quedo parado comenzara a tocar aquella gran puerta de cedro

Unos dos toques más tarde le abrió una mujer — El príncipe esta ocupado caballero, le agradecería volver otro día — y antes de que cerrara la puerta y el encuentro se viese imposible se escucho una voz — Yuna está bien, déjale pasar y trae un poco de té por favor — al escuchar esta orden la mujer asintió y salió de la habitación

— Deme un segundo, disculpe la descortesía pero tengo que terminar de firmar este documento —  dijo el chico sin despegar sus oscuros ojos de aquel papel

Johnny se dio cuenta que su novio no tenía ni la menor idea de con quien se había quedado en la habitación, así que juguetón y con algo de curiosidad se acerco a su escritorio sentándose en la orilla de este 

— Veo que tiene mucho trabajo, pero no debería fruncir las cejas de esa forma, sería una lástima que a su lindo y adorable rostro le salieran arrugas —

Al escuchar estas palabras el príncipe frunció aun más las cejas y levantó la mirada para encontrarse con un chico alto que con sus largos brazos lograba casi alcanzar ambos bordes de la mesa, estaba tan cerca que Ten olvidó lo que estaba haciendo para mover su cuerpo un poco más adelante y lograr quedar a menos de 2 centímetros de distancia de su amante y robarle un pequeño beso acompañado de una sonrisa igual de juguetona que la que poseía su invitado


Johnny devolvió el beso que rápidamente dejaría de ser pequeños acercamientos fugaces a algo más agresivo que haría que Ten dejara su asiento para que posteriormente el contrario tumbara algunos papeles que estaban en el escritorio dejando espacio para que el menor tomase asiento ahí 

¿Por qué de repente el invierno  desapareció y la habitación parecía estar en pleno verano? 

Ten comenzó a desabrochar los botones de aquel uniforme azul marino de Johnny que le quedaba perfectamente a la medida mientras que el contrario por su lado saco la camisa blanca que el pelinegro tenía fajada dentro de sus pantalones y comenzaba a deslizar sus frías manos por debajo de esta

Cada segundo la adrenalina aumentaba aún más y más hasta que escucharon alguien tocando la puerta y por reacción el príncipe separo al castaño, se pasó rápidamente la mano por el cabello y como si de un rayo se tratase regreso a su asiento para dar entrada a quién tocaba la puerta

Johnny no pudo evitar nada más que sentarse con velocidad en el sillón que estaba cerca, abrochar de vuelta sus botones mientras tapaba con algún cojín que encontró por ahí el resultado de esa sesión de besos que se sentían como si hubiese estado en el campo de batalla de nuevo (que mentiría si dijera que no fue de su agrado)

Entro de nuevo Yuna con dos tazas y una tetera llena de té, y eso lo hizo recordar la razón por la que estaba ahí, quería saber que había estado haciendo su novio. Lo de antes lo podrían posponer para alguna otra ocasión.



La joven salió dejándolos de nuevo solos en un ambiente donde ninguno de los dos hablaba hasta que Johnny se aclaró la garganta y Ten se levanto para sentarse a un lado del mayor abrazar su brazo y recargar su cabeza en su hombro

— Te extrañé mucho Johnny, ¿Por qué estabas tan desaparecido?—

— Perdona? ¿quién ha estado encerrado en esta oficina todo el día al punto de olvidarse de su querido novio? — dijo mientras pretendía secarse una lagrima haciendo que el contrario se sintiera algo culpable porque tenía razón

— Disculpa en serio, lo que pasa es que... conoces al rey Renjun? —

¿Renjun? ¿Cómo es que ese nombre llegó hasta la boca de Chittaphon? ¿Acaso atacó la ciudad? No, no podría ser eso, de ser así ya lo hubiese sabido. La cabeza de John estaba llenandose de preguntas que no podía resolver

— He escuchado de él, ¿por qué? — pregunto mientras juntaba sus manos entre sus piernas 

Ten comenzó a sospechar de la actitud ansiosa de su novio por lo que decidió recostar su cabeza en su regazo para continuar — Pues me llegó una carta que decía que envió o planea enviar a alguien a espiarme, pero no sé.... Estoy intentando investigar ese asunto, por seguridad — 

— Mmmm no sé no creo que un rey haga algo así — dijo mientras con su mano izquierda comenzaba a peinarle ese brillante cabello negro 

— Lo sé pero igual forma hay que mantener precaución, si alguien te pregunta información sobre mí consúltalo con Winwin y no digas nada —

Pasó una hora de té agradable entre los dos chicos hasta que el mayor dijo que sería mejor retirarse de una vez prometiendo otra visita pronto.


La traición del rey | JohnTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora