Capítulo 32

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La demongel caminaba de un lado a otro en la oficina. Onu solamente bebía un trago y observaba la desesperación de su nieta. Ella recuperó la calma, se recostó de la pared donde le quedaba una ventana a su lado. Le echó un ojo al ambiente de afuera y encontró al impostor.

-Te recomiendo que no le ataques. Acabará todo muy mal.-le da un sorbo al trago.

-Claro, nunca estuviste en una situación similar.-Onu guardó silencio.

-Sí, si he estado en situaciones como estas. Mis hijos fueron unos estúpidos al enamorarse.

-¿Quién quiere ser hijo tuyo?-pregunta con una pequeña risa.

-Al menos uno de los cuatro aprecia mi cariño.

-¿Cariño? Por favor, si eres el mismísimo diablo. No tienes compasión y menos amor. Podrás ser fuego por fuera; pero frío por dentro.

-Lo mismo decía tu madre y tíos. Pero no me importa.-vuelve a beber de su trago.

-Ya vete. Aprecio la información recibida y la pequeña historia de cómo perdiste a tus hijos.-Onu desaparece.

Lyceth salió de la oficina en busca de Zack. Lo encontró afuera con Ronald, quien le informaba acerca de algo importante. La castaña se llevó por unos minutos a su hombre para decirle acerca de "Liam".

-Zack, Liam no es quién aparenta ser.

-Ly tranquila.

-No puedo estar tranquila cuando nuestra hija está enamorada de un asesino y fugitivo. Ese - señala a "Liam".-No se llama Liam. Su nombre real es Brandon Black. Aquel hombre peligroso con un destino claro. No sé porqué está aquí, pero yo no me voy a quedar viviendo en una tierra peligrosa. Estoy cansada del peligro, de las personas que son como él y que las gemelas no puedan tener una hermosa vida. Zack si no vienes conmigo, me iré con las niñas. Cueste lo que cueste no quiero arriesgar vidas. Entiendo que tienes deberes como alpha, pero se acabó.-se acerca su oído.-Tienes Hasta media noche para decidir.-le besa levemente los labios.-Nos vemos en la casa.-se va.

Brandon desapareció entre la gente de la manada. Fue hasta el bosque y encontrar a Brithany. Se la llevó a su hogar para que no se la llevaran. Lyceth llegó y encontró a Milena llorando con Bethany. Bethany mostraba preocupación en su mirada.

-¿Dónde está?-preguntaba por su otra hija.

-Estamos afuera jugando las escondidas y por un momento desapareció.-confiesa Bethany que aún abrazaba a Milena.

-Lo siento Lyceth es mi culpa.-dice Milena.

-Tranquila sé quien hizo esto.-salió de la casa a buscar a su otra hija.

Brandon hablaba con Brithany y le contaba acerca del viaje. La niña de inmediato se puso triste. El chico la abrazó mientras ella lloraba en su hombro. Era ya la noche y Lyceth aún no encontraba a su hija. Cerró los ojos, pudo sentir donde podría estar. Se teleporto y llegó a la casa de Brandon. Agarró a su hija e hizo que se colocara detrás de ella.

-¿Qué le has hecho o dicho?-pregunta seria.

-Que te la llevarás lejos de mí.

-¿Le explicaste la razón?

-No quieres que esté cerca de ella.

-Porque existe peligro, de hecho eres el peligro. Un asesino y fugitivo que tal vez le llegaría a hacer daño a una niña. Podrías dañar su infancia, marcarla de por vida.

-¿¡Eres un asesino!?.-pregunta llorando Brithany.-¿Por qué no me contaste?

-Protegerte. Protegerte de una verdad pasada. Ahora mismo soy distinto y lo puedo demostrar.

-No quiero.-niega Brithany.-Mamá vámonos por favor.-Lyceth la carga entre sus brazos.

-Por supuesto mi niña.-besa la nuca de su hija y se van a la casa.

Zack estaba en el sofá dormido. Tenía maletas por su alrededor. Ella sonrió y verificó donde está Bethany. La encontró en la cocina comiendo un emparedado. Le dijo que trajera sus cosas porque se irían. Dejó a Brithany dormida junto a su hermana en el auto. Lyceth fue a despertar a Zack. Éste sonrió al verla.

-A donde vallas yo iré.-le dice con su mirada coqueta.

-Zack.-se ríe por el rostro de su castaño.-Todo está en el auto listo. Faltamos nosotros.

-¿Tienes un destino en específico?

-Vamos a Pennsylvania.-muerde su labio inferior.

-De acuerdo. En el aeropuerto llamas a Christian para que esté listo.-ella asiente.-Vamos.-ambos van al auto.

La pareja comenzó su viaje para Pennsylvania. Al llegar al aeropuerto, Zack se estaba encargando de los boletos. Las niñas fueron a la cafetería a comparar un par de dulces y Lyceth a llamar a Christian. Al principio no respondía, le extrañó. Finalmente el vampiro respondió la llamada.

-¿Hola?-habló en tono deprimido y cansado.

-¿Christian?-pregunta asombrada por el tono de voz.

-Lyceth. Me alegra que llamaras.-cambia su tono más animado.

-Quiero informarte que vamos hacia allá. Surgió un problema y necesitamos volver. Además, los extrañamos.

-Am...claro. Son bienvenidos y mucho más por lo que hicieron la última vez.-habla furioso.

-Lo hice porque era una bebé Christian. Aún lo sigue siendo pero, lo siento ¿si? Soy madre y hay cosas que deberías entender. Te guste o no, intento alejar a mis hijas del peligro. Si me quedaba SANGRIENTO, las pudo matar ¿Entiendes? Mayormente no era por ti. Eres un buen hombre y agradezco ese cariño que sentías o sientes por mí. Simplemente tomé una decisión y esa fue Zack. Eres y siempre serás mi protector. Simplemente que no imaginaba un destino claro contigo. Y si lo notas, tu corazón nunca latió. Tu alma gemela es Bethany, al parecer el destino lo quiso de esa manera para ti. Tal vez las veces que necesité de ti en mi embarazo era ella, no yo.-seca las lágrimas que salieron al hablar.

-Yo...pienso lo mismo. Acepto tu disculpa y siempre serás la pequeña a quien cuidé hace mucho.

-Entonces ¿nos vemos allá?

-Los espero.-termina la llamada.

La demongel va con el resto de su familia, quienes esperaban el avión. Las niñas comían lo que compraron y Zack apoyaba su cabeza en el hombro de su mujer. Ambos observaban como las niñas comían y reían. Zack observó los ojos de Bethany, vio su futuro. Lo mismo ocurrió con Brithany. En esa pequeña demostración, ambas eran mayores y estaban agarradas de mano con su pareja. Solo que no se distinguía la pareja de Brithany. Lucía distinto a Brandon.

-Ya no son bebés.-dice Lyceth.

-No.-dice relajado.

-Pronto podrían ser adolescentes y luego adultas. Después harán su propia vida.

-Serán felices.-dice en referencia a la pequeña visión.-Nos visitarán y tendrán una vida feliz.

-Eso espero.-luego escucharon el aviso de que el avión estaba listo.

La familia le entregó el boleto a la azafata y entraron al avión. La mujer se va cuando el avión despega y se dirige al baño. Busca su teléfono y marca un contacto.

-Van a Pennsylvania.-dice ella.

-Bien, regresa a Alemania y continuamos hablando. Buen trabajo.

-Gracias, Alen.

Mi ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora