Capítulo 41

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Llegó el día esperado por todos. Después de días de prácticas y más práctica, al fin llegó el día. El escenario de la boda lucía hermoso. Las chicas estaban con Lyceth ayudándola. La demongel no ha dejado de tener sueños pesimistas con el día de su boda y lo único que esperaba es que no se cumplieran. La madre de Lyceth entró a la habitación y abrazó a su hija.

-Te ves hermosa.-le dice luego del abrazo.

-Gracias mamá.

-Al menos terminaste casandote con un buen hombre. No todo es tan malo Charlotte.

-Mamá.-le sonrió con ternura.-Estoy bien, tranquila.

-Lamento interrumpir con esto-habla Marie.-pero debemos terminar con la novia.-sonríe.

-Es cierto.-reacciona Joana.-Te veré luego.-se va de la habitación.

Las chicas terminaron su trabajo con la novia. Lyceth lucía como una princesa de un cuento de hadas. Todas se tomaron una foto con ella y salieron de la habitación. Daniel entró, tuvo que bajar su mirada para que no lo viera con las lágrimas. La novia se acercó y lo abrazó.

-Te pareces a tu madre Charlotte.-le dice en el abrazo.

-Gracias papá.-intenta no llorar.

-¿Estás lista?-Lyceth niega con la cabeza.-¿Por qué?

-Tengo miedo de lo que puede pasar después.

-No importa lo que pase después. Lo que importa es que hoy debes estar feliz. Ten por seguro que no pasará nada malo Charlotte.-Lyceth asiente.

-¿Se puede?-pregunta Christian.

-Claro.-responde Daniel.

-Dios. Lyceth luces hermosa.-dice sorprendido Christian.

-Basta. Me harán llorar con tantos halagos. Total, la diferencia es que llevo un vestido de novia y me voy a casar.

-Lyceth. Solo te dicen la verdad.

-Bien.dice rodando los ojos.

-Christian ¿por qué no llevas a Lyceth hasta el altar?-pregunta Daniel.

-Daniel, se supone que el padre entregue a su hija al novio. No otra persona.-responde con respeto.

-Estuviste en la crianza de mi hija por nueve años. Además, durante las prácticas ya la entregué al novio.

-¿Estás seguro de lo que harás papá?-pregunta Lyceth.

-Claro que sí.-responde muy seguro.-Estaré afuera con Joana.-besa la frente de su hija y se va afuera.

-Si quieres puedo llamar a tu papá. Se supone que él haga esto no yo.-dice nervioso Christian.

-Tranquilo. Para mí sería un gusto, además tiene razón.-coloca su brazo entre el de él.

-Está bien.-sonríe y salen de la habitación.

La música comenzó a sonar y en cuanto estaban cerca del área de la boda, los invitados se colocaron de pie. Lyceth caminaba luciendo una tierna sonrisa. No evitaba mirar al suelo por los nervios, pero regresaba su mirada de inmediato. Al estar cerca de Zack, recordó el sueño pero decidió no darle importancia. El lobo extendió su mano y ésta la tomó. El cura comenzó a recitar sus palabras. Después correspondían sus votos.

-Yo Zack Carter Sellers juro durante mi vida protegerte, amarte y serte fiel. Nunca dejaré que pases un día sin sonreír y sin saber que vale la pena la vida que tienes. Que las pequeñas promesas son las mejores. Tu alegría y respirar es bastante para mí. Saber que eres la razón por la que vivo me llena el alma de paz. Y ahora tenerte como esposa y tener dos hermosas hijas, me hace sentir protegido. Porque al final siempre seremos nuestros propios protectores y esto nos une como familia.

-Yo Charlotte Lyceth Everdeen Evil, mientras siga con vida juro con mi corazón amarte todos los días. Buenos o malos, siempre serán perfectos para mí porque tú serás parte de ellos siempre. Tú eres el hombre más maravilloso que pude haber conocido en el transcurso de mi vida y sin ti todo no tendría sentido. Gracias a ti puedo sonreír, gracias a ti cometí locuras, gracias a ti conocí estupendas personas. Gracias a ti tengo la mejor familia. Una de la cual no puedo pedir más allá porque todos son muy buenos conmigo. A pesar de mis problemas tú estás ahí para mí. A pesar de lo que pase siempre cuento contigo. Solo te diré que esta vez será diferente. Esta vez tú contarás conmigo para lo que sea. No me importa si estás bien o no necesitas ayuda, yo estaré ahí para ti ¿Por qué? Porque debo demostrarte cuán agradecida estoy de casarme contigo. De que al final de las guerras siempre llega la paz. Y Zack, tú eres mi paz, tu eres la tranquilidad que tanto tiempo buscaba. No hacía falta buscar respuesta o encontrar lo perdido, si todo lo he encontrado en ti.

Luego de decir sus votos procedieron y repitieron las palabras del cura. Después fueron declarados marido y mujer. Se besaron como si el momento fuera eterno. Demostraron que su amor era más fuerte que el dolor. Al terminar la ceremonia de la boda, los novios fueron a bailar una canción.

Cuando terminaron su baile romántico comenzaron los brindis y luego repartieron el pastel. Ellos fueron a su habitación para cambiarse de atuendo; ya que debían irse a su luna de miel. Salieron listos con todo. Dejaron las maletas en el baúl del auto y entraron, Zack conducía.

-¿Por qué teníamos que empacar todo?-pregunta curiosa Lyceth.

-Ya verás.-respondió con una sonrisa y encendió el auto.

Mientras salían de la casa, todos se despedían. Luego aceleraron y fueron al aeropuerto. Al llegar a su nuevo destino, Zack procuró que Lyceth no supiera donde estaban. Al salir del avión, rápidamente tomaron un auto que era regalo de James. Se adentraron a un bosque y por minutos se mostró una casa.

-¿Zack?-ella mira a su esposo con una ceja arqueada.

-Bienvenida a nuestra nueva casa señora Carter.-le responde con una sonrisa.

-¿Dónde estamos?-pregunta riendo por los nervios.

-En Canadá.-responde y se baja del automóvil.

La demongel estaba impactada, no podía creer en donde estaban. Zack bajó todo el equipaje y buscó a su esposa. Le abrió la puerta del vehículo y le dio la mano. Ambos caminaron hacia la casa agarrados de la mano. Antes de entrar, Zack tomó entre sus brazos a Lyceth y subieron hasta su habitación.

-Creo que no puedo estar mejor.-comenta Lyceth mientras tocaba la cama.

-Todo lo que he echo es para verte feliz Lyceth.-la agarra por la cintura.

-Lo sé.-susurra cerca de sus labios.-Besame.

Zack la besa y ésta se deja caer en la cama. Él se acomoda sobre ella, le comienza a besar el cuello.

-Te dolerá un poco.-le susurra en su oído.

-No importa.-responde.

El lobo sacó sus colmillos y mordió el cuello de la demongel. La había marcado. A ella le dolió pero a la vez le gustó. Él lamía la mordida y esto ocasionaba placer en ella. Por esto arañaba la espalda de Zack. Al romper su rompa, se la quitó y él hizo lo mismo. Luego comenzaron con su guerra de lenguas y continuaron hasta llegar al extremo.

Mi ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora