Christopher nunca se había odiado tanto como cuando cerró la puerta de la habitación del hotel Barren River en la cara de Jungkook que aún hablaba. No había oído nada de lo que el Dr. Jeon le había dicho después de que Minho saliera de la habitación, y no creía que necesitara escuchar lo que el Dr. Jeon estaba diciendo ahora. No podría ser más duro de lo que se decía a sí mismo.
Lo arruinaste, idiota. Tuviste una oportunidad, una oportunidad, y la arruinaste.
¿Una oportunidad para qué? Nunca había tenido una oportunidad con Minho. No en esta vida. Había sido un idiota al venir a ver a Minho. Debería haber insistido en que solicitaran una beca en otra parte, y si no había otra fundación que considerara algo tan experimental como lo que Christopher estaba sugiriendo, entonces debería haber insistido en que el Dr. Jeon viniera solo.
Pero no había podido resistirse a la idea de volver a estar en presencia de Minho.
Christopher se pasó una mano por la boca.
Dios, su estúpida boca.
Era como si hubiera sido poseído, y las frases habían salido a borbotones antes de poder detenerlas.
Nunca antes le había pasado algo así en esta vida ni en la última.
Era como si todos sus nervios lo hubieran afilado en la peor versión de sí mismo, la que sólo dejaba escapar a los ayudantes de laboratorio que la jodían, y a veces a los baristas de mierda.
Mierda.
No quería lastimar a Minho.
Nunca quiso lastimar a Minho.
Pero la expresión en la cara de Minho cuando Christopher había hecho el golpe impulsado por la ansiedad acerca de que el Dr. Bang nunca había sido el amante de Minho, claramente había golpeado el dolor en lo más profundo de su ser.
Christopher había querido tragarse su propia lengua, ahogarse hasta la muerte con ella, y no volver en otra vida recordando todo de nuevo.
Diablos, si pudiera estar seguro de eso, se habría suicidado hace mucho tiempo.
Era exactamente como él sabía que sería.
Doloroso, incómodo, y, sí, ver a Minho, sentado a su lado, viendo cómo su cara se movía a través de varias emociones como si Christopher hubiera sido aterrador, así que había perdido la cabeza y había sido un imbécil.
En ese momento, parecía mejor que agarrar a Minho, besarlo, y declararse la reencarnación del amante perdido de Minho.
Amante.
Dios, Christopher deseaba haber sido el amante de Minho.
Si él también tuviera esos recuerdos, tal vez habría sido capaz de sobrellevarlo un poco mejor.
Tal vez realmente pudo haber dejado todo atrás cuando el camión se abalanzó sobre él y Magic.
Pero en vez de eso, estaba atrapado con todo este anhelo.
El anhelo que le había llevado tontamente a solicitar la beca y luego venir aquí con Jungkook.
Había sido un idiota. Un idiota tonto, egoísta y sin corazón.
Christopher se sentó en la cama, con la cabeza en sus manos, y miró fijamente sus brillantes zapatos comprados sólo para este viaje.
Recordó que se estaba preparando para el encuentro, la anticipación y el miedo que le había invadido en un bucle interminable.
Se había mirado a sí mismo en el espejo, mirando la línea de su nariz, el ángulo de su mandíbula, y deseaba ser de alguna manera diez años mayor.