-No deberíamos hacer esto, -dijo Christopher , con la boca mojada por la saliva de Minho, las manos desabrochando la camisa de Minho, buscando piel y contacto y todo lo que siempre había querido en toda su vida.
-Sí, no deberíamos, -dijo Minho, zambulléndose en busca de otro beso impresionante, sus manos tirando del pelo de Christopher , su pene duro presionando la cadera de Christopher , y su respiración viniendo en pantalones desesperados contra los labios de Christopher . -Es una locura. No hago este tipo de cosas.
-Lo sé. Lo recuerdo.
Minho se estremeció en sus brazos, enterrando su nariz en el cuello de Christopher , respirando allí. -Hueles igual. Esto es imposible. Estoy loco.
-No estás loco.
-Incluso si todo esto no fuera delirante, soy... tu patrocinador, - Minho murmuró, su boca moviéndose sobre el cuello de Christopher con una dulce sensación.
-La historia se repite, -dijo Christopher , su boca en la de Minho otra vez.
-Siempre con excusas y retrasos.
-Dios, esto es intenso, Christopher . ¿Eres realmente tú?
-Soy yo. Te quería para siempre, -balbuceó Christopher . -Te quería desde que abriste la puerta en tu toalla en Nashville. No, no, te quería antes de eso. Te quería desde la segunda o tercera vez que te vi. En el buzón. Recibiendo tu correo.
Minho hizo un ruido roto y se lanzó de nuevo a la boca de Christopher .
Cuando Christopher tomo el aire, se dio cuenta de que había llevado a Minho a su dormitorio, la cama aún sin hacer de la mañana anterior. Las torres de libros, que había apilado y ordenado cuidadosamente después de su ataque de nerviosismo, temblaron cuando cerró la puerta tras ellos.
-Esta es una mala idea, -dijo Christopher nuevamente, ayudando a Minho con el botón de sus jeans, notando que las manos de Minho estaban temblando. Christopher los hizo a un lado, silenciando el pánico de Minho con un gentil-: Déjame, déjame.
Las manos de Minho se acercaron de nuevo al cabello de Christopher , y luego debajo de su camiseta para empujarlo por encima de su cabeza. Se agarró la espalda con firmeza, deseando, agarrando golpes a los que Christopher respondió con entusiasmo, agarrándolos con sus propios golpes. Deslizó sus manos por el pecho de Minho, tirando del pelo, y luego retorciéndole los pezones a Minho.
-No quiero perderte, -murmuró Christopher . -Pero estás aquí, no puedo rechazarte, sería un idiota, y sabemos que no soy un idiota...
-Excepto por lo del camión, -susurró Minho.
-Touché, -estuvo de acuerdo Christopher , besando la clavícula de Minho, probando su piel, una compuerta de recuerdos abriéndose en él. -¿Recuerdas tu apartamento? Ese sofá viejo y sucio, y tú sabías igual que esto. Tu compañero de cuarto entró, y quería matarlo, porque tenías la mano en mi polla a través de mis pantalones, y Cristo, te quería a ti. ¿Cómo se llamaba? -Christopher preguntó, urgentemente, pateando sus propios jeans, mientras ayudaba a empujar los de Minho hacia abajo.
-Changbin. -Minho gimió. -No puedo creer que seas tú. -Minho miró a Christopher con ojos grandes y sorprendidos. Su boca estaba abierta y roja por sus besos. -¿Cómo? ¿Esto es un sueño? De verdad, Christopher , honestamente. Dime, ¿estoy perdiendo la cabeza?
-No sé, tal vez. Me hago esa pregunta todo el tiempo. -Christopher se arrodilló a los pies de Minho, y pasó su mano sobre el estómago de Minho. El vello del pecho se adelgazó hasta una línea debajo del ombligo que llegaba hasta la parte superior de su ropa interior, y Christopher se mojó los labios, queriendo meterse debajo de ellos. -No podemos hacer esto, - dijo Christopher .