Espero les guste, estoy en proceso de la historia... asi que tengan paciencia.
Esta historia es de T/N con un pasado complicado, en una mision de la Liga fue capturada y encarcelada hasta que gracias a una pequeña amiga que hizo fue liberada.
Con l...
Estaba oscuro, no encontraba nadie a mi alrededor. Sentía como me ahogaba, una leve presión en mi pecho que me dificultaba respirar con normalidad, de un momento a otro veo a mis padres verme de lejos. Con una mirada triste y decepcionados, intento correr hacia ellos, pero no logro alcanzarlos. Lentamente veo como me dan la espalda y se alejan de mí; veo mi reflejo en un espejo que apareció enfrente mío, pero no veo nada… solo mi cuerpo, sin rostro, sin expresiones. Solo mi rostro vacío…
Me sobresalto del susto y veo a mi alrededor asustada buscando algo, pero no sé qué. Y me doy cuenta que había sido solo un sueño y me encuentro despierta en mi cuarto, toda sudada y agitada. ¿Pero que había sido ese sueño? Casi siempre sueño lo mismo, pero no entiendo que me estaré queriendo decir.
Me logro levantar sin ganas de nada y me coloco algo cómodo, pero practico para pasar el día sin dificultad. Me higienizo y me dirijo a la cocina para tomar mi café. Toga estaba ahí, en el sofá probándose la ropa que habíamos robado el día anterior en un supermercado.
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Si esta soy yo, villana se podría decir. Me divertía junto a Toga haciendo el mal por la ciudad, éramos nosotras dos, nadie más. Yo tenía un don, o mejor dicho dones raros, ya que mayormente las personas nacían con suerte con un don o sin dones como personas normales.
Podría teletransportarme a 50 metros desde donde estaba, podía copiar dones de quien rozase mis manos. Si, tenía 2 dones, que herede de mis padres, uno de mama y otro de papa. Ellos murieron cuando tenía 5 años, en una batalla donde quedaron en medio, ningún héroe llego a rescatarlos. Se enfocaron en los villanos, y dejaron que mis padres murieran; lo vi todo por eso mi rencor hacia los héroes no tiene marcha atrás.
________!! – grito Toga, enojada por mi falta de atención - ¡TE ESTOY HABLANDO IMBECIL!
Salgo de mi mente y la observo con un atuendo raro y no pude evitar reírme – ¿Qué carajos te pusiste? Te ves ridícula –
¡No te burles, creí que me quedaba bien! – refunfuño mientras se quitaba todo lo que tenía puesto - ¡salgamos a hacer de las nuestras, culpa tuya estoy de mal humor y quiero divertirme!
Asentí con mi cabeza y salimos por un hueco que teníamos subterráneo para que los “HEROES” no descubriesen nuestro escondite. Buscamos a quien fastidiar, robamos un centro comercial causando caos, me era fácil escapar por mi don y Toga podía clonar a otros y pasar desapercibida sin problemas…
En una escapada milagrosa de los Héroes, atravesé un parque lleno de gente sin mirar por donde corría; estaba al límite y no podía usar mi don aún. Esquive con dificultad un ataque y sin querer choque y caí con un chico que se encontraba entrenando. Caí boca arriba, muerta de dolor; mientras él se levantaba bastante cabreado y echando chispas a poco metro de mí.
Me levante rápidamente y lo vi, trate de concentrarme nuevamente en mi objetivo, en huir ya que los héroes se acercaban.
¡QUIEN TE CREES QUE ERES! ¡VOY A MATARTE IMBECIL! – gritaba enojado mientras se acercaba a mi rápidamente.
Intento ignorarle, esquivando su ataque, con un salto logro tomar altura y pasar por arriba de él. Sin darme cuenta, como si todo pasara en cámara lenta, nuestras miradas se cruzan, sus ojos carmesíes fue lo último que vi antes de transportarme a otro sitio para estar a salvo.
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Logre escapar y llegar a uno de nuestros refugios. Toga aún no había llegado así que me recosté en un sofá que había e intenté recuperar mi energía por si tenía que volver a escapar.
¡Ya llegué! – gritó Toga mientas entraba dando saltos como nenita - ¿Estas bien? Te noto bastante agitada…
Si estoy bien – dije entrecortado mientas intentaba recuperarme – Tropecé con un niño tonto en el parque y se me complicaron las cosas.
Espero que no allá visto tu rostro sino estamos expuestos – dijo con su mirada preocupada mientras observaba por la ventana.
Tranquila, que llevaba mi rostro cubierto, solo se me veían los ojos – suspire y me levante del sofá, con una sonrisa pícara le digo - ¡vámonos de aquí, sigamos divirtiéndonos en otro lado… ya tengo hambre!
