•°Capitulo 9°•

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Narrador:

Pasaron unas cuantas semanas, Lúan estaba más ausente y no quería ablar con nadie, se pasaba mayormente en el portátil pensando que podría estarle pasando y en los recesos se la pasaba escondiendo de todos pareciendo asustado, su alimentación se fue yendo poco a poco, volviéndose casi inexistente, sus padres le obligan a comer, pero por problemas de trabajo ya casi no estaban en casa y desgraciadamente el no llegaba a comer demasiado y solo se la pasaba preocupado y asustado.

En cambio Damián visitaba más a menudo a Lúan, preocupándose mucho por su aspecto, ya que debido a que no comía demasiado le iban apareciendo algo de moratones y era más blanco.
Damián pensó que esto se debía a problemas en casa, pero indagando se dio cuenta que no, intento ayudarle hasta que porfin...

–¿Hace cuanto no comes?– ablo Damián mientras lo miraba pensaativo y preocupado.

–Hace...– se me notaba nervioso– ¿Unas horas? Sí, unas horas– digo dudoso sin confiarse de sus propias palabras.

Damián lo agarró de la cara con delicadeza.

–Vamos a comer– Dijo preocupado –No quiero que te me desnutras...– le dio un cálido beso y se levanto a su lado.

–No, de verdad, no tengo hambre– Lúan parecía preocupado.

–Yo pago– Afirmó Damián – Tómatelo como una cita

–Lo que tú quieras...

Ellos dos fueron a comer a un sitio de Hamburguesas y aunque Lúan no comió demasiado Damián lo intento obligar como podía e intento hacer cosas para que se distrajera y que el pudiera comer.
Así pasaron los días, cada vez que salían al recreo Damián seguía a Lúan y lo acompañaba en la comida, lo intento animar para que el pudiera comer.

–Esa es una buena forma para que tu amigo pueda comer– afirmaba su abuela cuando Damián busco ayuda.

El hizo lo posible y pareció que él volvía a estar algo mejor.
Pero un día...

–Desgraciado, pareces un esqueleto– Reia Jeffrey al ver a Lúan–¿Necesitas compañía para comer? Que infantil– seguía riéndose con su pandilla.

Lúan solo apretó los puños e intento irse corriendo, pero Damián lo detuvo

–Al menos el tiene alguien para no estar solo en los recreos ¿verdad Jeffrey? Que te tienes que quedar solo porque tus amiguitos se van con los otros– sonrió alegremente y ya ahí lo acompaño a donde iban siempre.

–Se creen demasiado

–No creo que ubieras tenido que hacer eso...

–¿Eh?

Damián lo miro confundido y vio en los ojos de Lúan algo de miedo.

–Oye, no nos harán nada, te lo prometo.

–La última vez me encerraron en el baño...

Afirmó, resulta que en una de esas que el se iba solo, el rubio lo seguía y cuando el intento defenderse lo encerraron en el baño...

–¿Qué te hicieron que?– Lúan al escucharlo no tuvo más remedio que contarle

Lúan empezó a contarle...:

–¡DEJENME EN PAZ!– Lúan fortejeaba intentando soltarse de algunos que le retenían.

–Asi no volverás a hacerme nada, ni hablarme de esa manera tan bestia y por su puesto, ni siquiera le digas nada a tu noviecito– Se crujía los dedos Jeffrey

Los que lo retenían lo tiraron al baño y cerraron la puerta con fuerza antes de que Lúan pudiera agarrar la manija y poder hacer algo.

–no, no, no...– Golpeó la puerta con fuerza– ¡¡SAQUENME DE AQUI!!– seguía golpeando la puerta.

Después de un rato el ya se canso, uno de los guardias de la tarde lo escucharon unos 10 minutos después de que acabará el horario escolar y lo saco de ahí.

–Eso paso ¿contento?

–Contento no, pero otra cosa sí.
Damián estaba decidido a hacerle tremenda bulla al rubio pero Lúan lo detuvo.

–De momento no hagas nada, solo estate conmigo...
Damián le hizo caso y el se quedó a su lado.

Después del horario escolar Damián le dijo a Lúan que iría a su casa, pero que antes iría a hacer algo.
Damián fue a la casa de Jeffrey y le dio una nota a su madre y luego fue a casa de Lúan el cual invito a salir a comer.

–¿Por qué me llevas tanto a comer? Estoy bien

–No, no lo estás– Hablo firme

Lúan lo miro algo frío, pero no dijo nada.

–¿Estoy destrullendo la relación verdad?– pregunto Lúan.

–¿Eh? Claro que no– Respondió Damián– ¿Por qué crees eso?

–Porque te estoy preocupando demasiado y estás gastando dinero en mí...

–Como tu dices, es porque me preocupas, yo no quiero que estés mal.

–Pero... Yo no me preocupo tanto así por ti... Como no te pasa nada...

–Y no hace falta que lo hagas, si tú estás bien yo lo estaré.

–Eso sería egoísta de mi parte.

–No lo es– llegó porfin a a un restaurante– En realidad sólo no quiero que te centres en mi tanto.

–Pero si tú lo haces ¿por qué yo no pudo?– Hablo curioso Lúan.

–Porque tú eres muy especial para mí y no es necesario– Termino la conversación ya que Lúan no supo qué responder.

Jeffrey:

–HIJO DE PUTA– arrugaba la carta que su madre le había otorgado.
–¿Una advertencia...? ¿¡Una advertencia!?– le golpeó con fuerza a una mesa con unos papeles.

Agarró unas fotos de Damián y Lúan que había tomado en distintas ocasiones como besándose a escondidas o aparte, las pego en una pizarra de corcho y les lanzó un dardo a cada uno.

–Algun día... Algún día esos dos maricones sabrán lo que es una venganza digna..– Miro las fotos con odio.

–¡¡YO JEFFREY DARLON ME VENGARE DE ESTOS INGRATOS MARICONES!!

–¡¡Jeffrey a comer!!
Se escuchó a su madre de fondo.

–¡¡Qué ya voy mamá!!
Tosió un poco para reponerse la voz.
Y escribió en un papel algo...

Mi venganza será concluida...































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Este es un capítulo más corto ya que no tengo tanto tiempo qwq, voy a intentar escribir más estos días como pueda, estaré algo ocupada, pero prometo subir otro, ya a esto le falta poco...

~•Amor y sangre•~ ⚠️TERMINADA⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora