Entonces sucede que dejas de creer en el amor. Te alejas de todo lo que alguna vez te hizo feliz y de las personas que te amaron sin condición, porque no sabes cuál es tu lugar entre tanta gente. Gente ajena a tus pérdidas, a tu sufrimiento y a tu dolor. Deseas, cuando se te arrebata cruelmente a las personas que amas, que deberías tener la opción de amar o no. Creas una falsa burbuja repelente que podría estar ahuyentando a los demás de ti, sin darte cuenta de que lo que siempre fue no dejaría de ser ni aunque pudieras ir contra corriente.
Cuando enamorarme de nuevo fue una idea que enterré en lo más profundo de mi corazón, un hombre regresó a mi vida, retándome a destruir cualquier barrera que hubiese construido para protegerme, para no enamorarme, para no perder otra vez... Tenía que resistirme tanto como me fuera posible a caer en el encanto de sus palabras, en la magia de su sola existencia y en el placer de volver a sentirme amada.
Nací con un solo propósito en la vida: el de engendrar un hijo del diablo o de un arcángel con el fin de terminar de una vez por todas con la guerra ancestral que comenzó desde el inicio de la humanidad. Tenía que forzarme a caminar lejos de la felicidad. Era necesario alejarlo a él de mí y de la desgracia que me perseguía. De una maldición disfrazada de profecía.
¿Quién era él en realidad? Conocía su rostro, una gran parte de su vida y me sabía de memoria sus sonrisas. No obstante, se me presentó como un enigma en el momento que mi corazón lo eligió para derretir el hielo que congeló mi espíritu y que me incapacitó por mucho tiempo de volver a sentir.
Quizá siempre fuimos... Y si era así, estábamos perdidos.
Un día no tan cualquiera del año 2009.
Qué extraña manera de trabajar lleva la mente. Cuando los momentos son de gozo, parecería que nos roban preciados segundos que queremos o deseamos seguir disfrutando. Por el contrario, cuando esos momentos son tortuosos, los segundos se convierten en una eternidad.
Para Alexa, correr bajo la lluvia estaba siendo un gran suplicio y le parecía que jamás alcanzaría su destino. Llegar a casa era lo único que ella quería. O, mejor dicho, llegar a la casa de su mejor amigo Joshua, donde residía desde los ocho años tras la muerte de su hermana y sus padres.
Las gotas de lluvia arreciaban con cada metro que ella avanzaba, golpeando su triste rostro lleno de decepción.
¿En qué momento se le ocurrió ir a esa fiesta llena de universitarios? Todavía podía sentir en sus fosas nasales el hedor del humo de cigarrillo mezclado con el sudor y otras sustancias tóxicas. Si bien, el humo del cigarro no era un mayor problema para ella, pues lo había probado y lo había hecho muy bien en casa de su amiga, todo lo demás sí logró contrariarla. Le gustaba un poco el peligro y la aventura, sin duda, pero tampoco era para llegar a los extremos y convertirse en una presa fácil de abuso sexual o trata de blancas, ¿verdad? Seguramente, sus prendas olerían a tabaco y a un poco de hierba. Ya se veía en un juicio frente a sus protectores Malcolm Parker y Raphael Bennett. Sin embargo, no era lo que realmente preocupaba su existir.
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SIEMPRE FUIMOS (Colección Destinos #2)
RomanceLibro #2 de "Colección Destinos" Nació para un solo propósito: darle vida a un ser con la sangre de un arcángel o de Lucifer. Una criatura que terminará con la guerra entre el cielo y el infierno. ****** El amor toca...