ʀɪɴ ɪᴛᴏꜱʜɪ

19.1K 968 675
                                    




Los débiles murmullos de la tele llenaban el apartamento de rin mientras preparabas un bocadillo rápido para comer, sabiendo que tu novio llegaría en cualquier momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los débiles murmullos de la tele llenaban el apartamento de rin mientras preparabas un bocadillo rápido para comer, sabiendo que tu novio llegaría en cualquier momento. Te sentaste en el sofá a comer, subiendo el volumen de la tele como ruido de fondo mientras mirabas por la ventana. Daba a una preciosa vista de la ciudad, junto con una bonita vista de la puesta de sol.

Al cabo de un rato, volviste a la cocina para limpiar un poco.

*clic*

El tintineo de las llaves indicaba que Rin estaba en casa, un poco más tarde de lo habitual, pero no le diste importancia.

—Hola—, sonreíste, —bienvenido a casa, ¿qué tal el entrenamiento?—, le rodeaste el cuello con los brazos mientras dejaba la bolsa en el suelo y se quitaba los zapatos. Su brazo te rodeó la cintura para acercarte más a él, plantándote un beso en la sien.

—eh, lo mismo de siempre. esos lunáticos tibios no saben lo que hacen

Tarareaste en respuesta, rin separándose de ti para mirarte a los ojos. volvió a hablar.

—Tenemos un partido dentro de unos días. Vas a ir, ¿verdad? —sonó más como una exigencia que como una pregunta.

—Uh oh sobre eso— rompiste contacto visual, una punzada de nerviosismo mancho tu cara.

—Me han dado un turno extra en el trabajo, así que voy a estar muy ocupada no creo que pueda ir, lo siento.

Su mirada antes suavizada ahora te atravesaba, llena de fastidio.

—¿En serio? Creía que querrías venir a mis partidos.— Sus brazos abandonaron tu torso y cayeron a su lado, con la parte baja de la espalda apoyada en la encimera.

—Sí, siempre quiero... Y ya lo sabes, voy a tus partidos siempre que puedo, pero últimamente he estado más ocupada y...—divagaste.

Él te cortó: —"Déjate de excusas".

—¿Perdona?—, respondiste, sorprendida por la rapidez con que su lengua te interrumpía.

—Lo entiendo, estás ocupada. No tienes que inventarte esas excusas a medias para intentar hacerme sentir mejor.—se apartó del mostrador, enderezando la espalda y mostrando toda su estatura, mirándote con desprecio, como si en ese momento fueras menos que él.

—¿Excusas? Rin, ¿De qué demonios estás hablando? te lo digo en serio.— la confusión se arremolinó en tu mente, ¿qué le pasaba?

—Sabes, yo nunca tuve esos problemas con *nombre de su ex*. Ella siempre estaba contenta de venir a mis partidos. sin excusas, sin mentiras, en cada partido, ella estaba allí. ¿Por qué tú no puedes ser así?

 𝘽𝙇𝙐𝙀 𝙇𝙊𝘾𝙆 . :  one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora