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Junto a los amigos de tu querido novio han planeado una pequeña reunión para celebrar el cumpleaños de Isagi, Indirectamente te ha obligado a acompañarle por si se emborrachaba más de lo normal, ya que tenía pensado beber, de hecho, se ha emborrachado más que nunca.
Normalmente, cuando se pone así, es fácil de manejar. Puede andar solo, cambiarse de ropa cuando los dos llegan a casa y una vez incluso cocinó su propia comida. Hoy es un día diferente, apenas puede sostenerse sobre sus dos pies y se aferra a sus amigos, molestándoles claramente por su repentino aferramiento.
En cuanto Isagi rodea con sus brazos el cuello de Rin, te das cuenta de que es tu momento de interferir o tu lindo novio terminará con un ojo morado esta noche.
—Creo que es hora de que nos vayamos a casa— le dices a tu novio, que te mira con los ojos muy abiertos. Enseguida te rodea la cintura con los brazos y acurruca la cara en el pliegue de tu cuello.
—Te he echado tanto de menos, mi niña bonita. Eres tan linda, solo quiero pellizcarte las mejillas y besarte sin parar —, empieza a divagar mientras intentas sacarlo del restaurante.
—Tu eres mas lindo yoichi, vamos trata de entrar al auto sin golpearte la cabeza.
El asiente con impaciencia y sube al coche, casi se golpea la cabeza pero se salva gracias a tu rápida mano, le ayudas a ponerse el cinturón de seguridad y él te rodea la cintura con los brazos, sin querer soltarte.
—Tengo que ir al otro lado del coche para poder llevarnos a casa, suéltame, por favor...— dices y tu novio gime pero finalmente te permite dejarlo sólo unos segundos antes de sentarte por fin tras el volante.
Isagi se recuesta en el asiento del coche y cierra los ojos mientras arrancas el motor y empiezas a conducir.
—Sabes, creo que eres el ser humano más bonito que ha pisado esta tierra. cada vez que te veo me digo, vaya, ¿cómo puedo ser tan afortunado?— admite, suspirando dramáticamente.
—Y espero que nos casemos y tengamos muchos hijos juntos en el futuro, incluso podría proponértelo ahora mismo si quieres, no tengo anillo ni nada, pero no quiero estar con nadie más, sólo contigo.— haces lo posible por no romper a llorar ante sus sinceras palabras y le miras un momento, observando el estado de cansancio en el que se encuentra.
—Quiero casarme contigo y tener hijos en el futuro también, pero deberíamos esperar unos años, ¿Esta bien?— pasas los dedos por su cabello y una sonrisa aparece inmediatamente en sus labios.
—Vale, te propondré matrimonio en unos años, te compraré el anillo más bonito de todos— dice isagi con orgullo y tú te ríes en voz baja, alborotándole los cabellos.
Después de unos minutos, llegas a sú casa y estacionas el auto afuera del garaje. Isagi gime cuando lo ayudas a salir y se aferra a ti, haciéndote tropezar hacia la puerta principal, tratando de mantener el equilibrio. Descuidadamente presiona sus labios en tus mejillas mientras tratas de abrir la puerta y haces todo lo posible para empujarlo más lejos de ti para que puedas concentrarte.
—Yoichi, tengo que abrir la puerta, hace frío afuera—, te ríes y él gime en voz alta, dejando tu cara sola para que puedas abrirla para ustedes dos. Ambos tropiezan adentro y cierran la puerta detrás de ustedes antes de ayudar a tú novio a quitarse los zapatos. Te mira con una sonrisa en su rostro y toma tu mano, queriendo estar lo más cerca posible de ti.
—¿Quieres que te haga algo de comer, o deberíamos prepararte para dormir? —preguntas, entrelazando tus manos con las suyas.
—Dormir— murmura y tú le devuelves la sonrisa, llevándolo al baño.
—¿Crees que puedes cepillarte los dientes tú solo o quieres que te ayude?
—Soy un hombre independiente, bebé. Puedo hacerlo solo—, se cruza de brazos y te ríes de él, entregándole su cepillo de dientes después de ponerle pasta dental.
Isagi comienza a cepillarse los dientes en un instante y tú te cepillas los tuyos al tener la oportunidad. Cuando los dos terminan en el baño, entras en la habitación, ayudándolo a quitarse la ropa y ponerse un par de pantalones de chándal en su lugar.
—Yo también te cambiaré de ropa—, dice y, aunque preferirías cambiarte tú misma ya que sería más rápido, no puedes decirle que no cuando está haciendo pucheros.
—Está bien, ¿puedes ponerme esa sudadera con capucha?— señalas una de sus sudaderas con capucha que está colgada en el respaldo de una silla y él sonríe con orgullo, asintiendo con la cabeza.
No puedes evitar sonreír para ti misma cuando comienza a quitarte la ropa desordenadamente, mirando tu cuerpo como si fuera la primera vez que lo ve. Después de finalmente quitarte toda la ropa, toma la sudadera con capucha y te la quita por la cabeza.
—Linda—, murmura y besa tu mejilla.
—La más bonita. Dios, te amo tanto, tanto. Más de lo que he amado a nadie o cualquier otra cosa. Por favor, quédate conmigo para siempre porque no sé qué haría sin ti.
Yoichi ebrio o sobrio podía ser la persona más linda y cariñosa del mundo, amabas cualquier faceta de él.
—Yo también Yoichi, te amo más que a nada en este mundo.
Guías a Isagi hasta el colchón de la cama haciendo que se recueste en ella, en cuanto siente tu presencia se acerca a tí recostando su cabeza en tu pecho abrazandote por la cintura.
