Sae es estricto.
Su agenda está repleta y su tiempo es muy valioso, y no pierde ni un segundo en mirar el reloj. Estás segura de que su cuerpo no necesita que suene el despertador a primera hora de la mañana; estás casi segura de que puede despertarse antes de que suene.
Y es horrible, es francamente tortuoso cuando te despierta el estridente ruido de su teléfono, pero aún peor es el calor de su pecho al despegarse de ti, su cuerpo saliendo lentamente de la cama y dejándote sola.
—No— gimoteas, —Sae, hace frío.
—Por algo hay una manta aquí—, murmura, y ni siquiera parece cansado, ni siquiera parece que las larguísimas horas de entrenamiento y las pocas horas de sueño le molesten lo más mínimo.
—No es lo mismo— dices con tristeza, mirándole fijamente, a tu favor, lo intentas, haciendo tu mejor puchero, tirándole suavemente de la muñeca para convencerle de que vuelva a la cama.
Pero Sae es tan disciplinado que no se salta ni una sola cosa de su horario y no pierde ni un segundo en el proceso.
—No te pongas dramática. Te mantendrá caliente—, insiste. Te da un suave golpecito en la frente, te cubre el cuerpo con las mantas y las mete bajo tú barbilla.
—¿Bien?
—No—, resoplas.
Te mira sin comprender antes de volver a salir de la cama. Pero tú tienes otros planes, mucho más importantes que el estúpido footing matutino en el que insiste todos los días. Ya estás pegada a él antes de que pueda levantarse del todo, con la cara hundida en su espalda mientras tus brazos le rodean la cintura.
—Sae, voy a morir. ¿Quieres que me congele hasta morir?
—Al menos será silencioso— refunfuña, arrancándote un grito ahogado. Tú no lo ves, pero sus labios se mueven, una pequeña sonrisa de cariño se dibuja en sus facciones al ver cómo resoplas ante su afirmación.
—Eres un maleducado— refunfuñas
—Dame como... quince minutos más, ¿por favor?
—Cinco—, regatea.
—Veinte.
—Así no es como funciona—, levanta una ceja, haciéndote reír mientras te acurrucas en las sábanas.
Él mira fijamente, observa los rastros del sueño persistir en tus ojos, observa cómo el sol se filtra a través de las grietas de las cortinas y las aclara un poco, observa cómo le lanzas esa sonrisa enfermizamente dulce.
Y luego vuelve a estar bajo las sábanas, y sucede antes de que pueda siquiera darse cuenta, incluso antes de que comprenda completamente lo que está haciendo. Sae no está seguro de porqué te deja salirte con la tuya, pero tiraste de su cuerpo antes de que pudiera acostarse correctamente, tu mejilla se acurrucó contra su bíceps mientras abrazabas su brazo,
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𝘽𝙇𝙐𝙀 𝙇𝙊𝘾𝙆 . : one shots
Fanficblue lock x fem reader • traducciones .. • contiene spoilers del manga Espero que su lectura sea de agrado ♥︎