Solo queria una familia normal... (🥀✨Derika Au✨🥀)

Capítulo 12. (Capítulo final)

Jonix oía los incesantes gritos de agonía del ser que estaba enfrente suyo, observandolo con curiosidad.

Su hermana, a la corta edad de 6 años, comenzaba a desarrollar sus poderes de demonio, que heredó de sus padres.

Uno creería que al cumplir 21 se volvería un adulto independiente, capaz de vivir su propia vida, lejos o cerca de sus padres.

Jonix no sabía cómo era el exterior. Sus padres salían, él no. Jonix olvidó como es aquel lugar al que una vez perteneció, los árboles, el sol, el viento, sentir el concreto bajos sus pies.

Ya no sabía si realmente era ese lugar tranquilo que recordaba, tenía un recuerdo feliz de su niñez, pero no sabía el como.

+ Agatha.... — dijo el chico felino, dirigiendo su mirada a su hermana menor, quien miraba con fascinación a su hermano mayor — Las tijeras... Si, las grandes.

— ¡NO! ¡NO! ¡Lo siento! ¡N-No quería entrar a su hogar, l-lo lamento! — gritaba el hombre encadenado, sin tener oportunidad siquiera de moverse.

Quedó con ese grito en la garganta al sentir una apuñalada en el pecho, sintiendo la presión de agonía de las tijeras en su interior, que se introducían más y más en su pecho.

+ Debiste pensarlo mejor, ¿no lo crees? — le dedicó una sonrisa escalofriante, abriendo las tijeras dentro del hombre que escupia sangre y no podía moverse.

Su hermana jugó con la sangre del sujeto, probándolo y mordiendo la muñeca del sujeto para intentar quitarle la mano.

Los gritos cesaron después de un rato, dejando a Agatha y a Jonix con varias manchas sangrientas en su ropa, pero sin una pizca de arrepentimiento en su rostro.

Lo disfrutaban al máximo.

+ Otro intrometido, ¿No lo crees? — su hermana asintió y le pidió que la cargará, cosa que Jonix no pudo negar — Mamá y papá ya debieron haber vuelto, vamos a saludarlos.

Subió las escaleras del sótano con su hermana en brazos, buscando con la mirada a sus padres. Más en concreto, a su padre.

Observo que tocaba y le lanzaba miradas sutiles a Erika, quien también provocaba a su pareja. Jonix dejó de importarle poco todas las incituaciones sexuales que sus padres hacían delante de ellos.

— ¡Mami, papi! —Agatha bajo de los brazos de su hermano y corrió directamente a abrazar a los mayores. Demon se apresuró a cargar a su hija.

— Mi dulce princesa — Demon le deposito besos en todo el rostro a su hija, notando como reía por las cosquillas que sentia. — ¿Cómo les fue hoy? — la pregunta era dirigida más para Jonix, quien observaba la escena de lejos.

Su padre debe decirle cuando pueda tener el honor de acercarse a ellos.

+ Volvió a entrar otra persona.

— ¿De nuevo? — Pregunto Erika, algo molesta — Cariño, es la cuarta persona está semana, si seguimos así no podrá-

— Mi hijos son fuertes, querida, si alguien puede acabar con todos ellos — hizo un gesto con las manos para que Jonix acercará, cosa que no dudo un solo segundo — son mis pequeños demonios.

Abrazo a Jonix con un brazo, acariciando su cabello y sonriendo enormemente. Jonix había logrado sacar ese demonio interior que tanto le había costado manifestar, gracias a su padre.

Ya no sentía dolor, ya no sentía tristeza, ya no sentía pena. Lograba sentir satisfacción sólo en el dolor ajeno.

— ¡Erika! Me muero de hambre — dijo llendo directamente a sentarse en el comedor, sin soltar a su hija.