ℭ𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬

37 10 2
                                    

Después de ese día, si bien Jeffrey lo siguió tratando igual de pésimo como anteriormente lo hacía estando en público, aprovecharía cualquier oportunidad en la que estuviesen a solas para pegarse a él, besarlo salvajemente y tocarlo por todos lados, acariciando desesperadamente todo lo que podía, por el tiempo que podía, para luego largarse molesto, sin decir nada, y luego seguir tratándolo igual de mal que siempre frente otras personas.
No decía nada, simplemente lo hacía, y Kun… se dejaba.

Kun estaba totalmente desconcertado con esa actitud.

Por un lado seguía sintiendo el mismo repelús ante el otro, pero por otro lado, no podía separarse de el cada vez que lo atacaba y lo besaba de maneras tan salvajes que lo hacían volverse loco.

De alguna retorcida manera le gustaba el sentimiento que aquello le causaba, le gustaba como sabía por la mirada de Jeffrey que eso iba a suceder, le gustaba la sensación del secreto y lo prohibido de ello. Y como que lo entendía, pero le gustaba el poder que tenía ante el otro por conocer ese lado oscuro, ese secreto del menor.

La común tención entre ellos ahora había cambiado, era diferente, no sabía qué fuese posible que se sintiese de esa manera por otro hombre, por qué ni siquiera lo había llegado a experimentar por alguna chica, nunca había pasado por algo similar a la atracción, había estado más concentrado en sobrevivir que en vivir lo que un joven de su edad común vivía o había vivido, y ahora estaba en una enredadera de sentimientos que lo atormentaban cada que iba a dormir, o cada que la sesión de besos terminaba y el quedaba acalorado, confundido y sin saber mucho que hacer con la erección que la situación terminaba ocasionándole cada que eso se volvía más intenso.

Le sorprendía que Jeffrey buscase escusas para que terminarán de esa manera, incluso había estado más pendiente de su trabajo en el viñedo, y se involucraba en tareas donde Kun podría estar trabajando.

En la escuela le gustaba aparentar seguir siendo el tipo rudo y aún lo molestaba, claro que había disminuido sus acciones, prefiriendo no estar tan cerca, más que nada por miedo de delatarse a si mismo y revelar su “oscuro secreto” que por otra cosa. Sentía que si se acercaba de más a Kun estando en público se podía delatar, pero también sentía que si lo dejaba en paz de la nada también podrían sospechar.

Tal vez era más la sugestión y culpa.

Claro que había una persona que si sospechaba de algo, y ese era ni más ni menos que Sicheng, que si bien no había visto nada en específico, podía ver claramente la tención extraña que había entres esos dos. Notaba el nerviosismo en los ojos de Kun cuando Jeffrey estaba cerca y también había notado que el mismo Jeffrey no era indiferente y hasta actuaba algo torpe cuando se acercaba a molestar.

—¿Qué pasa entre ustedes dos? —Pregunto curioso mirando directo al mayor.
No se refería a nada específico pero Kun lo entendió de esa manera.

Kun abrió los ojos con sorpresa, casi como si lo hubieran cachado cometiendo el peor crimen de su vida, cosa que claramente Sicheng no pasó desapercibido.

—¿Qué pasa de que? —Preguntó haciéndose el tonto volteando a ver a otro lado evitando la mirada de Sicheng y sorbiendo de la pajilla que sobresalía de su refresco.

Jeffrey acababa de pasar caminando frente a ellos, completamente solo, con su patineta en la mano, y lo único que había hecho era mirar a Kun lascivamente, barriéndolo de arriba abajo.

Por otro lado, Kun también lo vio desde que sus miradas se encontraron hasta que la figura de Jeffrey se perdió cruzando la esquina que marcaba el fin del pequeño parque donde las personas de su edad solían reunirse por las tardes, aunque convenientemente aquel día estaba más vacío de lo común, posiblemente la razón por la que el otro no hizo nada para molestar.

𝒮𝑜𝓊𝓇 𝑔𝓇𝒶𝓅𝑒𝓈 | ᴊᴀᴇᴋᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora