𒀭| Parte V.

224 23 1
                                    


┊🦢» ◌ Nunca más un patito feo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


┊🦢» ◌ Nunca más un patito feo.˚ ᵎ┊͙⁺
05. ❝𝑏𝑢𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑛𝑜𝑡𝑖𝑐𝑖𝑎𝑠❞

»Verano del 1497, Reino de Lirienne;

A medida que los años pasaban, la relación entre Odette y Dereck se fue deteriorando cada vez más. Después de aquel incidente en el que Odette había escuchado a escondidas la conversación entre Dereck y Bromley, cualquier pequeño progreso que los adultos creían haber visto entre ellos se desmoronó por completo. Los dos volvieron a tratarse con la misma hostilidad de cuando se conocieron, algo que desconcertó profundamente al rey William y a la reina Uberta.

Uberta, en particular, estaba perpleja. En sus cartas a William, había expresado su optimismo, mencionando que había notado un "pequeño avance" entre los dos niños. Quizás era solo un deseo de madre, pero se había ilusionado con la idea de que la tregua que parecía haber surgido tras el resfriado de Dereck pudiera ser el inicio de una relación más amable entre ellos. Sin embargo, el verano siguiente trajo consigo una realidad muy diferente.

Odette, tajantemente, se negó a regresar al reino de Uberta. Cada vez que se mencionaba el tema, encontraba una excusa para evitar el viaje. Al principio, William pensó que era solo la testarudez típica de una niña, pero cuando esto se convirtió en una negativa constante, su frustración comenzó a crecer. Por su parte, Uberta, al recibir la noticia de que Odette no volvería, se sintió profundamente decepcionada y preocupada. ¿Qué podría haber sucedido para que su comportamiento cambiara tan drásticamente?

Decidida a entender lo que había pasado, Uberta interrogó a su hijo Dereck, queriendo saber si había hecho algo para molestar a Odette. Sin embargo, Dereck negó cualquier mala acción. Le explicó a su madre que, después de haberse recuperado del resfriado, no había vuelto a ver a Odette antes de que se fuera. Ella se había marchado sin despedirse, lo que había dejado una sensación de alivio, pero también un sentimiento incómodo que no lograba comprender. Aún guardaba el pañuelo que Odette le había prestado y no había encontrado la oportunidad de devolvérselo.

Los veranos continuaron pasando, y la negativa de Odette se mantuvo firme. Cada año, rechazaba con más vehemencia la idea de volver al reino de Uberta, lo que encolerizó a su padre. El rey William no comprendía por qué su hija insistía en hacerle ese desaire a su querida amiga. Uberta había sido una anfitriona generosa y amable, acogiendo a ambos con los brazos abiertos. En su mente, William pensaba que con el tiempo, Odette podría encontrar en Uberta una figura maternal, un vínculo que había esperado que se fortaleciera a través de sus visitas.

Finalmente, la paciencia de William se agotó. Ya no podía tolerar la actitud de su hija, y la furia comenzó a apoderarse de él. La testarudez de Odette le parecía incomprensible y profundamente irrespetuosa hacia Uberta. Decidió que no permitiría que su hija continuara con este comportamiento y que tendría que hacerle entender la importancia de mantener esa relación, tanto por el bien de sus reinos como por el cariño que él mismo le tenía a Uberta.

Nunca más un patito feo | Swan Princess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora