LITTLE MOON. [KOOKTAE- OMEGAVERSE]

22.

Taehyung seguía peinándose frente al tocador, nervioso, escuchando las voces de sus padres y las carcajadas de Jungkook. Ya eran casi las ocho de la noche y él no estaba listo.

Se sentía feo.

Estaba demasiado nervioso, incluso su habitación estaba llena de ese olor. 

Desde niño siempre había admirado a Jungkook, y con el tiempo esa admiración se convirtió en amor. No mentiría, ni siquiera se esforzaba por ocultarlo. Alrededor del mayor era inevitable que actuara de manera tierna por obtener su atención, y la tenía, siempre la tenía.

Era consciente de lo malhumorado que era el Alfa con todos, incluyendo algunas veces a sus otros amigos. Jungkook era exigente, perfeccionista y competitivo, no toleraba tonterías, ni cumplía con los caprichos de los demás, por esa razón también se había ido de su casa. Pero con Taehyung no era así, en absoluto.

Si Taehyung quería una flor, él le daba un ramo; si tenía frío, él le entregaba su chaqueta y si era posible también una cobija, además de abrazarlo; si tenía hambre, sabía que frente a él tendría varios platos con su comida favorita preparados por el mismo Jeon. 

Y si otro Alfa rondaba cerca del Omega, sabía que ahí estaría Jungkook para gruñirle y marcarlo con su olor, reclamándolo como suyo.

"Cariño, Jungkookie te está esperando desde hace mucho, ¿Aún no estás listo?" 

El menor miró a su madre acercarse a través del espejo, se relajó un poco al sentir su calor detrás de él y ese olor característico a vainilla.

"¿Crees que me veo bonito?" Preguntó, acomodando un poco la camisa de seda roja que llevaba. 

"Demasiado hermoso, te pareces mucho a mí." Los dos rieron un poco, Taehyung suspirando al final "¿Qué te tiene tan asustado, TaeTae?"

"Mamá..." Sus ojitos brillaron acompañados de un pequeño puchero "¿Y si esto sale mal? ¿Y si arruino nuestra amistad?"

La mujer tomó una brocha con rubor, dispuesta a darle un poco de color al rostro pálido de su hijo.

"Escucha, Taehyung." Inició con dulzura aunque sus palabras eran firmes "Jungkook ha demostrado durante años lo que siente por ti, pero te haces el tonto y lo sabes muy bien. Sabes que él vale la pena, está loco por ti así como tú por él." Las mejillas del menor se colorearon, entonces SooJi dejó la brocha de lado. "Te respeta, mira lo que sucedió durante tu celo, ¿Cómo te sentiste?"

"Protegido." Susurró.

"¿Y cómo te sientes a su alrededor?"

"Seguro..."

Vio a su madre sonreír, y su pecho sintió regocijo. Quería abrazar a Jungkook en ese momento.

"Es hora, ¿No?"

El menor asintió enérgicamente y se levantó de un salto, corriendo hacia las escaleras.