Capítulo 2

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Leah se giró de inmediato, pero no había nadie allí. Entonces volvió a escuchar una risita a sus espaldas.

—¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Dónde estás?

Corre. ¡Ahora!

Leah obedeció, escuchó su ropa romperse al transformarse tan bruscamente y empezó a correr tan rápido como podía en dirección a la reserva. Recordaba a la perfección el tono tan bajo de aquella voz, pero no había nadie allí. Tampoco sintió algún olor, no era algún chupasangre.
Cuando encontró algo decente para ponerse en las orillas de bosque, salió corriendo en su forma humana a la casa de Sam y Emily. La mayoría estaban reunidos ahí comiendo felizmente. Incluso algunos de los ancianos.

Viéndola tan afligida, tanto Seth como Emily y Sam se acercaron a ella de inmediato.

—Leah, ¿qué pasa?

—En el bosque. Había algo en el bosque. Seth, ¿recuerdas la sensación de que nos miraban? Había algo ahí, pero no... no... no pude ver ni oler a nadie.

—¿Algún vampiro? -preguntó Sam con voz profunda, su semblante estaba preocupado.

—No. No, no era ningún vampiro. Hubiera sentido su olor, pero eso... me habló, susurró a mis espaldas pero cuando me giré... ¡no había nada ahí!

—¿No viste nada pero escuchaste una voz que te habló? —quiso asegurarse—. Bien. Bien. Iré con algunos de los chicos a revisar la zona.

—¿Por qué no intentas descansar un poco, Lee? —sugirió Emily en tono dulce mientras me empujaba dentro de la casa.

Sam fue junto a Paul, Embry y Quil. Pero no encontraron ni sintieron nada extraño. Estuve varios días encerrada en casa, Sam no me obligó a hacer patrullas tampoco y no se atrevían a molestarme.
Creo que algunos pensaron que estaba perdiendo la cordura y que estaba escuchando voces.

Emily y Seth venían seguido a verme, y me preguntaban más sobre aquello que había sucedido. Pero me negué a hablar más sobre eso, era obvio que no me creían. Así que una semana después volví a los patrullajes, pero Sam no dejaba que fuera por mi cuenta. Siempre estaba acompañada de alguien más.

Ese día estaba nuevamente con Seth, y tenía rotundamente prohibido alejarse mucho de mí. Caminamos tranquilamente entre los árboles de nuevo, hasta que lo volví a sentir. Aquella mirada.

—¿Seth, lo sientes? Una mirada.

—Yo, sí. Pero, Leah, hablé con Sam sobre eso y él como estábamos hablando de eso el día que escuchaste... aquella voz. Sam dice que probablemente no sea nada importante, que puede ser de algún animal o, simplemente imaginaciones nuestras por lo solo que se encuentra el bosque.

—Tú... ¿Imaginaciones nuestras? —pregunté casi ofendida—. Claro. ¿Piensas que me volví loca, Seth

—¡No, Lee, claro que no! Solo pienso que quizás hayas estado algo... estresada ese día...

Genial, ni mi hermanito me creía. Me alejé un poco de Seth quien seguía llamándome a gritos para que no me alejara. Aún así me mantuve a unos metros, y él finalmente lo aceptó pero sin quitar su mirada de mí.

No te creerán.

De nuevo los vellos de mi brazo se erizaron y sentí un ligero estremecimiento.

—¡Seth! ¿Viste alguien a mis espaldas? —mi hermano inclinó su cabeza confundido, preguntándose el porqué de aquella pregunta repentina.

—No hay nadie, Leah. ¿Estás bien? ¿Quieres que volvamos?

Shhhhhh —susurraron nuevamente, corrí hacia donde Seth y le dije que volviéramos. Aquello ya empezaba a volverse algo tenebroso. Pero la curiosidad me estaba ganando aún más.
Tenía la ligera sospecha de que aquello, lo que sea que fuera, no se mostraría frente a Seth, pues parecía estar específicamente disfrutando de que me tomaran por mentirosa.

Deidades del Bosque || Leah Clearwater Donde viven las historias. Descúbrelo ahora