Capítulo 12

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《Cuando haya letra cursiva, es porque están hablando en otro idioma》



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—Espero que no les moleste que Leah nos acompañe.

Hablé a la pareja de vampiros, la rubia, que se encontraba dócil y emocionada, negó levemente con la cabeza. Rosalie en este momento no tenía nada en mente más que al niño que estaba apunto de conocer.
Su cabeza estaba llena de como sería, como se sentiría tenerlo entre sus brazos, su nombre, el tiempo que pasaría acunándolo.

Emmett, por otro lado, tenía una sonrisa estampada en su rostro mientras miraba a su esposa estar tan feliz.

—Bien, espero que estén listos para correr. Iremos a Idaho, cerca de su límite con Montana. Allí encontraremos a Ytiel, una amiga mía.

Sin más que decir, Yyara cambió a su forma animal, dejando sorprendidos a los dos vampiros por el tamaño descomunal y por la forma del puma. Sin duda, tenía la forma de un espíritu de la naturaleza. Cualidad que, compartían todos los de su especie.

—Mierda, ¡eso es increíble! Nunca había visto algo así. Oye, gatito, ¿puedes luchar? ¡Debes luchar conmigo!

—Emmett, basta. Después.

Yyara rió mentalmente mientras veía al enorme vampiro emocionado. Sintió a Leah a su lado y vio a la pequeña loba a su lado con una mochila en su hocico. Entonces emprendieron el viaje en completo silencio con los vampiros, pero lleno de charla en las mentes de la pareja de chicas.

Luego de un largo viaje donde la única que llegó a cansarse un poco fue la morena, por fin llegaron al destino. Yyara y Leah cambiaron a su forma humana, vistiéndose y volvieron donde los vampiros le esperaban.

—Hay que caminar un poco, está aquí cerca.

La pequeña caminata, Rosalie la aprovechó para informarse sobre los servanilum.

—¿Qué comen? ¿De qué debo alimentarlo?

—No necesitamos comer, pero podemos si queremos. Usualmente frutas o vegetales. Jamás nada de carne o que provenga de un animal, eso es como un pecado para nosotros. Y nuestro cuerpo no lo acepta bien incluso —explicó Yyara con calma agradeciendo que la rubia pareciera interesada en esto. Ella en serio sería una gran madre, Yyara sentía que tomó la decisión correcta.

—¿Qué hay de su tiempo de vida? ¿Y su desarrollo? —preguntó esta vez el pelinegro.

—Ah, nuestro crecimiento es medianamente normal, como el de un humano, solo que parecemos de unos 3 o 4 meses cuando somos recién nacidos, luego de eso, crecemos normal hasta que llegue un punto donde nos estancamos, eso depende de cada servanilum. Y podemos vivir 850 años. Déjenme agregar información, nuestro idioma es algo con lo que, prácticamente nacemos, lo sabemos de naturaleza, está en nosotros así como la conexión con la naturaleza. Es algo con lo que venimos. También es probable que tengan visitas recurrentes, entre nosotros intentamos tener una buena relación, además de hacer reuniones alguna que otra vez.

Los dos vampiros asintieron mientras escucharon con cuidado.

—¿Puede ir a la escuela y colegio?

—Eh... quizá. Sería mejor que mientras sea un niño no asista. Las transformaciones y nuestras habilidades son algo impulsivas e inconscientes durante nuestra niñez.

—Bien. Educación en casa mientras crece.

—Algunos de nosotros tenemos características algo, no tan humanas, deben tener en cuenta eso también. Por ejemplo, la marca en mi frente, los mechones verdes. O las escamas y ojos en Zevin o Ytiel por ejemplo. Es difícil esconder esto. Aunque por lo poco que lo vi el otro día, el niño no parece tener marcas algunas, quizá lo fuera de común sean sus ojos, así que será fácil de ocultar. Y... oh, aquí estamos.

Deidades del Bosque || Leah Clearwater Donde viven las historias. Descúbrelo ahora