La primera semana de clases había pasado más rápido de lo que muchos esperaban. En su mayoría, los estudiantes aprovecharon de ésta para familiarizarse con las instalaciones.
El director Nezu visitó a todos los alumnos, aula por aula; les explicó que, a partir de la semana entrante ellos se mudarían a los edificios residenciales donde tendrían que convivir. Los edificios estarían identificados con el año y la sección de cada curso.
Esta noticia era de esperarse, sin embargo no a todos les tomó de la mejor manera. Había quienes no deseaban convivir con sus compañeros las 24 horas del día, 7 días a la semana. Entre estos alumnos, Katsuki era uno de ellos.
Detestaba la idea de convivir con todos los "extras", pero detestaba más aún la idea de convivir con aquel nerd que lo había engañado y desilusionado. Claro, al menos eso pensaba el.
Se sentía dolido, pero por sobre todo se sentía débil...
¿Acaso Deku había ocultado su poder todo ese tiempo solo para que pudiese sentirse superior?
¿Por qué nunca se defendió de las agresiones, o del bullying que le hacían?
El fin de semana había llegado, los alumnos caminaban hacia la salida para tomar su rumbo a casa. El viento soplaba y las pequeñas flores de los árboles de cerezo adornaban el camino.
La primavera era una estación muy melancólica. Las flores salían de su escondite y adornaban la vida. Dejaban su dulce aroma en el ambiente; te hacían saber que el frío del invierno había terminado y que era tiempo de enfrentar nuevas experiencias. Nuevas amistades, nuevos desafíos, nuevos sentimientos...
Para la desgracia ,o fortuna, de nuestros protagonistas, como toda su vida habían sido vecinos, el tren de camino a casa siempre era el mismo; no podían darse el lujo de esperar a que uno se marchara y tomar otro, puesto que era el último tren que salía de la estación.
Katsuki siempre intentaba evitar sentarse, o si quiera mirar en dirección a Izuku. Se sentía impotente... ¿Porqué no podía ser el hijo de un héroe millonario como aquel bastardo mitad y mitad que tenía por compañero? Así podría ir y volver a su casa en un lindo auto de último modelo y podría disfrutar de su soledad.
Izuku, por su parte, buscaba a Katsuki con la mirada, pero nunca lograba encontralo; o de ser así, siempre estaba mirando en otra dirección.
Al llegar a su parada, eran los únicos en bajar del tren, por lo que Midoriya pensaba que sería fácil encararlo y tratar de hablar con el. Quería decirle la verdad. Quería pedirle perdón. Quería a su amigo de vuelta...
Pero Bakugo siempre apresuraba el paso y se colocaba los auriculares; por lo que nunca lo escuchaba cuando éste lo llamaba al salir del tren.
O tal vez si lo escuchaba y sólo pretendía no hacerlo para no hablarle. No quería encararlo, no quería que jugara con sus sentimientos. A pesar de sentirse arrepentido y confundido, no quería verse débil frente a él.
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𝘩𝘢𝘨𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘶𝘯 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰 ☆ 𝘣𝘬𝘥𝘬
Fanfiction-¡Kacchan! ¡Tengo una idea, hagamos un trato!- -¿Huh... Un trato?- -¡Si! ... ¡Iremos juntos a la gran escuela de héroes!- -¡Seremos la mejor pareja de héroes de la historia!- Varios años después, esta conversación resuena en la memoria de dos estud...