CAPÍTULO 6

5 0 0
                                    

Ambos pasaron por un pasillo amplio y bien iluminado hasta llegar a una intersección que conducía a la sala de emergencia y otra a la zona restringida.

-Es por aquí. -Señaló Owen al adentrarse por una puerta que conducía a un pasillo más estrecho y que se iluminaba a través de sensores de movimiento. Al fondo esperaba un guardia que permanecía sentado mientras anotaba una serie de numeración sobre un documento con docenas más de esa misma clase de estructura.

-Identificaciones -avisó el guardia al estar ellos cerca del ascensor.

-Creo eso no es... -Sus palabras no terminaron y su rostro se vio estropeado ante lo improvisto de la acción del sargento que, sin dudarlo, había disparado en contra del guardia haciendo que este terminase rebotando sobre su asiento y estampado su cara sobre su propio escritorio.

Owen sintió un deseo grande de volver su cuerpo y encestarle un golpe al sargento ante aquella acción, pero la mano de este paralizó su cuerpo y lo único que pudo hacer fue voltear su rostro observando el arma a un costado.

-Sigue, es por ahí. -El rostro del sargento parecía no inmutarse ante sus acciones, como si todo aquello no fuese más que un paseo por el parque en una mañana de verano.

-Sé que es por ahí, no tiene que recordármelo. -Owen se deshizo de la mano sobre su hombro con un movimiento rápido al deslizarse hacia adelante, su mirada se posó sobre el cuerpo inerte del guardia y algo muy en lo profundo sintió, aquello le había parecido innecesario, "¿tan innecesario como las acciones que he hecho?" Se preguntó internamente, y esa misma pregunta lo devolvió a la realidad.

Entraron en el ascensor y pronto el sargento accionó sobre el panel el último piso. El rostro de Owen parecía ensombrecido, su mirada lucía perdida, los recuerdos de sus propios actos le llegaban a su cabeza como una secuencia cinematográfica, una a una desde su infancia, recuerdos que sentía muy cerca y que sin duda lo habían posicionado hasta donde ahora estaba, no había razón para sentir ganas de volver atrás y evitar todo, "de igual forma sucedería" se dijo a sí mismo, tal vez como un consuelo, aunque bien parecía no arrepentirse de nada.

-Llegamos. -Aquellas palabras devolvieron de sus pensamientos a Owen quien de inmediato se movió hacia el frente, hacia un pasillo no tan amplio que se bifurcaba a ambos lados con una iluminación que apenas era resaltado sobre el blanco de las paredes.

-Es por aquí. -Owen se adelantó, tomando posición por sobre el lado derecho de aquel pasillo, las pisadas eran resonadas levemente sobre aquel espacio como si de alguna especie de caverna se tratara.

Unas voces comenzaron a escucharse, el sargento Clayton posó su mano libre sobre el hombro derecho de Owen en señal de que se detuviera y procedió a tomar posición, su arma pasó al frente y se detuvo justo al llegar a la esquina que conducía a la entrada principal de la sala de reuniones.

Las voces comenzaron a sonar más cerca, Owen identificó de quienes provenía por lo que se adelantó al movimiento que el sargento estaba por hacer.

-A ellos no. -La mirada de Owen se clavó sobre la del sargento Clayton quien de inmediato supuso que la situación podría no estropearse por lo que solo asintió con su cabeza y devolvió su arma a su posición.

-Owen, sabía que llegarías. -Las palabras sonaron fluidas de aquella persona que parecía tener una cercanía con él, ambos sonrieron apenas, una sonrisa que denotaba emoción ante aquel encuentro-. La situación resulta tensa allí dentro, los jefes están vueltos locos, no sé por qué, pero algo sí sé muy bien -afirmó mientras se acercaba y tocaba el brazo izquierdo de Owen-, hoy no será cualquier día para ti y tu hermana, que por cierto, ¿dónde está ella? -Su mirada se perdió en busca de la presencia de Sophia, pero solo encontró la de un señor de no más de cuatro décadas y con una barba que podía deducir llevaba una semana sin afeitar.

El legado: despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora