CENTRO BIOMÉDICO Y ASISTENCIA INTEGRAL
DENVER, COLORADO
11:20 a.m. Marzo 24, 2034
Arthur asistía a aquel lugar semanas después de su apertura como parte de su proceso de recuperación física ante los daños ocasionados meses atrás, aquel día le llevarían a cabo la incorporación de un implante mecánico que le brindaría la seguridad de su brazo perdido en la batalla que se libraría como un impulsor de la misma supervivencia. Su esposa le acompañó al igual que su pequeña hija, la pequeña Kat, como ambos solían llamarle. El nerviosismo por lo que ahora sería parte de él era notorio en el rostro de Arthur mientras los tres aguardaban en la sala de espera del lugar, Claire se percató de ello y de inmediato tomó la mano de su esposo al instante que abrazaba con su brazo derecho el cuerpo de su hija sobre sus piernas.
-Todo saldrá bien -aseguró Claire, su sonrisa resultó ser el catalizador que tranquilizó el nerviosismo en Arthur, había recordado aquello en momentos en los que había estado en una situación similar, ella había sido partícipe y el motivo de continuar con aquello que pudiera causarle temor, podría sonar absurdo, pero igual sabía que él daría todo por que ella no tuviese que afrontar malos momentos y, de ser así, deseaba profundamente estar con ella para brindarle el apoyo que necesitara, por lo que su rostro de destensó y las líneas de expresión por su mejilla se mostraron al responder con una sonrisa que demostraba más que solo agradecimiento por aquellas palabras de su esposa.
Arthur volteó hacia su hija al instante que su nombre fue mencionado por una voz familiar, al voltear se percató del ingreso de Rose Hallen por una de las puertas que accedían a las diversas áreas dentro de aquel centro.
-Arthur, me da gusto saber que mi propuesta no quedó flotando en el aire. -La tranquilidad en su voz reflejó una apacibilidad que inmediatamente provocó que Katherine sonriera hacia ella y moviera su pequeña mano en señal de saludo, el cual fue respondido por esta con gesto enfáticamente alegre. Su cabello ahora lucía de un rojizo violáceo que permanecía suelto con ligeras ondulaciones hacia los costados.
-Creo que el mundo no estaría preparado para verme con un solo brazo, sobre todo mis fans -mencionó Arthur, su ojo izquierdo se cerró en señal de hacer un guiño provocando que su esposa le diera un pequeño golpe en su hombro derecho, los tres rieron sin disimulación.
-Me alegra mucho escuchar eso. -Aquella voz provino de la misma entrada de donde Rose había llegado, el cuerpo de Daniel Cleafford surgió con una de sus manos acomodando su cabello al pasar por el filtro de descompresión-. Es un gusto verlos y me encantaría que esta charla pudiera ser más larga, pero lo esperan en la sala biomédica número dos. -Volteó su rostro hacia Arthur al mismo tiempo que colocaba su brazo derecho sobre la cintura de quien ahora fuese la razón de su profundo sentir.
Arthur asintió con un "claro" como única respuesta, ya se había levantado desde la entrada de Rose así que solo se dio vuelta hacia su esposa e hija y a ambas les dio un tierno beso sobre sus frentes con una ligera sonrisa que denotaba tranquilidad. Claire llevó su brazo libre sobre la parte trasera de la cabeza de su esposo y le dio un beso en sus labios, aquello hizo que Rose y Daniel se abrazaran, él tomándola más fuerte por su cintura y ella colocando su mano derecha sobre la espalda y por debajo del hombro de Daniel al mismo tiempo que apoyaba su mejilla apenas unos centímetros debajo de este.
La primera puerta se abrió y el cuerpo de Arthur se introdujo sin titubear, sus pasos se detuvieron al cerrarse la puerta desde atrás y activarse el protocolo de desinfección, en pocos segundos la segunda puerta frente a él se abrió y accedió a un pasillo iluminado, aunque no tanto como la sala de espera. Caminó en lo que pareció fueron cincuenta metros hasta dar con una tercera puerta, esta se abrió inmediato a su presencia y del otro lado le esperaban un par de doctores al igual que un grupo de no más de cinco asistentes con equipos apropiados, en ese momento se sintió extraño e incluso pensó en los hechos pasados dándole aquello la motivación a acceder a lo que debía pasar.
El proceso de ingreso fue rápido, en minutos se encontraba sobre una especie de camilla de autoasistencia que regularizaba sus niveles de oxigenación al igual que su presión para pronto ser sedado, aquello le recordó a las noches de tranquilidad antes de todo, en aquellas noches de lluvia en las que el sueño terminaba derrumbando sus pensamientos y al final despertaba con el olor de una mañana humedecida en compañía de la persona que amaba, esos recuerdos le produjeron una sonrisa con la que su rostro terminó, pues sus párpados le fueron pesados y la oscuridad del espacio le sucumbió por completo.
Dentro de los días siguientes, Arthur y su familia habían regresado a su hogar, los sentimientos olvidados retornaron como lo hace la vida bajo la nieve que se derrite ante el regreso de los rayos del sol al dejar atrás el invierno y la primavera toma su lugar. Claire ingresó mirando hacia arriba y hacia los lados de forma curiosa, tras de ella lo hicieron de igual forma Arthur junto a Katherine en sus brazos. Los tres permanecieron cerca de la entrada por unos minutos como extraños en un lugar desconocido.
-Hogar dulce hogar -dijo Arthur al bajar a su hija y esta corrió hacia uno de los muebles de la sala de estar.
Claire la siguió con la mirada para después voltear a ver a su esposo, sus ojos se humedecieron y de inmediato se movió hacia quien querría tener en su vida por el resto del tiempo que le quedara, su sonrisa brotaba al mismo tiempo que sus lágrimas surgían, en breve ambos sonreían y ella posó sus manos sobre el rostro de Arthur.
-¡No puede haber nada que nos quite esto! -La voz de Claire sonó exclamativa a pesar de la sonrisa dibujada, Arthur asintió y movió su nuevo brazo en dirección del rostro de su esposa, sus dedos, extraños, aunque accesibles a toda orden de su sistema nervioso, rozaron su mejilla sin ninguna complicación, aquello resultaba curioso, se sentía muy propio, muy humano, pero no era momento de pensar en ello, no si quienes estaban a su lado era lo que más tomaba su atención, la razón de sobrevivir, de vivir.
-Tal vez no lo haya dejado aúnen claro, madame -mencionó,su voz sonó juguetona con un cierto acento italiano-,pero la preocupación de este caballero jamás podría desviarse más allá de las personas que ama -pausó un instante en lo que llevaba su mirada hacia su hija que corría alrededor de los muebles cubiertos por una tela transparente de protección-,además, hay una niñita a quien debo atrapar porque está sobrepasando el límite de velocidad. -En ese momento tomó la mano de su esposa y ambos se movieron hacia Katherine y la abrazaron mientras se recostaban sobre el mueble principal que quedaba justo frente al viejo monitor desplegable en el que solían ver sus series favoritas. Por ese instante todo pareció olvidarse, algo que la feliz pareja deseaba, estando allí lo lograrían,tal vez fuese así o tal vez lo recordaran, sí, pero lo harían como se recuerda un evento terrible de forma graciosa, reunidos con amigos o solo ellos en uno de esos días de relajación en el que las risas no faltan, lo harían sin siquiera denotar algún rastro de trauma por lo vivido. Tal vez el mundo así lo recordaría, tal vez todo lo acaecido sería lo que impulsara a ser aún mejor, a ser parte integral de un mundo que podría mejorar, recordando siempre el pasado como la semilla de un gran árbol que deberá dar fruto a las generaciones próximas, frutos cargados de aliento, de esperanza al cambio, uno que brindaría lo que antes no, porque el futuro estaba allí, creciendo de lo que ahora es y de lo que fue, liberándose y expandiéndose, y ante ello, ante la libertad otorgada, la vida continuaba.
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El legado: despertar
Ciencia FicciónEl mundo se ha sosegado bajo el manto impetuoso de la WCU que se ha permitido crecer y esparcirse a simple vista, siendo la humanidad misma acarreada a un destino incierto, pero no todos se han cegado, no todos aceptarán la oscuridad que se impone...