Diario de un loco

Día 1: Etwas Hektische

Bien, hoy si tengo cosas que contar, y no son pocas.

Me levanté como todos los días, desayuné, cogí el coche y llegué a la sede de ONU.

Entré con cansancio y sin ganas de nada.

Como siempre llego de los primeros simplemente me senté y saqué mi teléfono para revisar Pinterest.

Poco a poco fueron entrando los países, hablando y tonteando entre ellos, como si no existiese ningún problema.

Que asco me da tanta hipocresía.

En determinado momento sentí una mano sobre mi cabeza.

Iba a arrancarle la mano de un bocado a esa persona por tocarme, pero sólo era Rusia.

Le di los buenos días y él me sonrió mientras me revolvía el pelo como saludo.

Nos pusimos a hablar cuando me di cuenta de que entró Polonia.

Se veía realmente precioso; con sus enormes y blancas alas, tan hermosas y delicadas.

Era realmente hermoso ahora que me fijaba bien.

Rusia me llamó zarandeándome levemente el hombro, creo que pasé demasiado tiempo mirándole.

Cuando estuvimos todos ONU empezó la reunión.

Fueron 4 largas horas de reunión.

4 horas totalmente perdidas e inservibles.

Ni China ni India querían entrar en el tratado de 0 CO2, Rusia se negaba a terminar la guerra (lo cual podía llegar a entender), USA quería seguir el muro que lo separaba de Méjico, los latinos peleaban cada que podían y el resto del mundo no se quedaba lejos.

Honestamente, me pasé casi toda la reunión observando a Polonia de reojo, y parecía que no se daba cuenta.

De vez en cuando Austria me preguntaba sobre lo que decía ONU, le contestaba y acabábamos hablando unos minutos para volver a atender.

Me dio tiempo a analizar perfectamente al polaco; cada uno de sus pelos, su fina boca, sus diminutas orejas, sus hermosos ojos azules como el cielo...

Era realmente una obra de arte, y yo me daba cuenta ahora. Que estúpido he sido.

Al salir me fui con Japón a la cafetería y nos tomamos un café con galletas para después irnos cada uno a nuestra oficina y seguir trabajando.

Unas 3 horas más tarde salí de allí con la certeza de que sería otro día de trabajo más.

Pero no lo fue.

Al salir de mi oficina escuché gritos al fondo del pasillo.

Fui corriendo hasta allí al percibir que los gritos procedían de Rusia y de alguien más.

Me preocupé y entré sigilosamente para encontrar a mi amigo discutiendo con USA.

Cuando fui a intervenir, el estadounidense cogió a Rusia del cuello de la camisa, lo arrastró hacia él y lo besó apasionadamente.

Para mi sorpresa, el ruso correspondió al momento, y de manera muy pasional.

Mi amigo lo subió a la mesa y comenzó a morderle el cuello mientras el otro gemia su nombre.

No tenía ninguna gana de ver ni escuchar aquello, así que me fui lo más rápido que pude.

Doblando una esquina casi me choco con alguien.

Frené justo a tiempo, haciendo que él se chocase con mi pecho.

Me disculpé con él agarrándole de los hombros y separándole de mí.

Cuando le miré me di cuenta de que era Polonia.

No pude evitar quedarme embobado con sus ojos, me parecían fascinantes.

Él sólo me miró con miedo, se soltó de mí y se fue a paro rápido.

Creo que me tiene miedo, como tantos otros países.

Pero yo no soy mi padre.

Ni mi abuelo.

Ni lo seré jamás.

19/03/2023

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Dato curioso: Alemania describe detallado porque tiene memoria casi fotográfica heredada de Second Reich.

Si tenéis alguna pregunta o veis faltas me avisáis.

Nos leemos!