Día 13: Ersatz

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Ok, yo del futuro o quien sea que lea esto, ¿recuerdas cuando dije que iba a ser un día tranquilo? No te puedes imaginar lo equivocadísimo que estaba.

Bien, empezamos desde el principio porque no soy Quentin Tarantino y, la verdad, no me apetece serlo, me da demasiada pereza todo ahora mismo.

Me levanto está mañana como cualquier otra mañana de trabajo, desayuno, corro con Alena un rato y me voy a trabajar.

Al llegar a la sede se me acercó Australia (sí, a mí también me sorprendió) diciendo que había una reunión de última hora en 5 minutos.

Cansado, irritado y fastidiado me dirijí a paso lento a la sala de reuniones, donde sólo había un puñado de países. Parecía que se había tomado la decisión de hacer la reunión hacía unos pocos minutos y sólo algunos se habían enterado.

Cuando vi a mi hermano entrar por la puerta y sentarse en el sitio de Rusia supe que nada de aquella reunión sorpresa iba a ir bien.

Acompañado de Portugal llegó España Franquista con su seriedad habitual y un puto en los labios. Me saludó al entrar y se sentó donde se sentaba su hermano España.

Y, a los segundos, entraron Vietcon e Imperio Otomano, al que corrí a abrazar con mucho cariño.

Puntual como siempre llegaron ONU y FBI para dar comienzo a la reunión con los invitados inesperados.

Los country no tenemos secretarios ni nada por el estilo, aunque seamos mucho más importantes y estemos más ocupados que nuestros gobernantes por una serie de leyes absurdas que no me apetece redactar.

Por ello, si vamos a faltar a alguna reunión, tiene que venir alguien en nuestro lugar, ya que no podemos designar a nadie.

Ejemplo, si yo falto no le puedo decir a Austria que me lo cuente todo después, porque él sí está en la reunión.

Lo sé, es absurdo y una pérdida de tiempo, pero qué le voy a hacer yo.

La reunión transcurrió con muchos, muchos problemas.

No hace falta mencionar las rencillas pasadas que sacaron a la luz algunos países y lo poquísimo que le importó a España Franquista la señal fluorescente de "No fumar".

Al final, acabamos la reunión a trompicones tras una escasa hora y media y cada uno nos fuimos de nuevo a trabajar.

La reunión fue un poco inútil; las típicas de control que se hacen cada dos semanas o así, pero, dada la falta de Rusia, que era de quien, principalmente, iban a hablar, no sé pudo hacer mucho.

O eso creyeron, porque a mí hermano le dio exactamente igual todo lo que le dijeron y defendió con su alma todas las posturas que, previamente, le habría dicho Rusia.

Y cuando todos creyeron que la tromba había pasado cuando Germania acabó de hablar llegó la peor parte: España Franquista.

No voy a repetir los puntos que defendió porque me da miedo que encuentren esto, pero sólo diré que fue fuerte, muy fuerte y macabro (pero cierto y con fundamentos, también es verdad).

Cuando salimos todos cada uno se fue a su despacho o a su casa y prosiguió la jornada sin más problemas.

Cuando salí de mi despacho me encontré a Francia hablando con España Franquista. No sé en qué tono o de qué hablaban, sólo sé que al segundo el puño de España se había estrellado contra la mejilla del francés.

Yo no quería líos, y mucho menos me disgustaba lo que había hecho el español, así que me fui con una sonrisa en la cara hacia mi casa.

No mucho más, me llamó Turquía preguntando si su padre había hecho algo, le contesté que no, pues era el que menos había molestado.

Otomano era como de mi familia, era como un abuelo más, y siempre había sido muy tranquilo y muy bueno, no sé estresaba y siempre iba con una pequeña sonrisa.

Era divertido estar con él cuando era más pequeño, siempre me cayó muy bien, y Turquía se parecía mucho a él.

En fin, en una media hora cenaré y me voy a acostarme, no pasará nada más, espero.

                                       
                                                          15/4/2023
      

Diario de un locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora