☆DOS☆

182 34 24
                                    

POV KAGOME

Sesshomaru no solo me cuidó, sino que me acompaño cerca de donde estaban mis amigos.
En el camino aproveché un poco la situación para explayarme y le terminé contando la situación con su hermano; creo que excedí la confianza que me hizo sentir, pero hablarlo con alguien me hizo sacar un peso de mi interior; aunque mi compañero de charla apenas me respondía.

-¿Siempre hablas tanto?- me preguntó frenando su paso

-Si, y más aún cuando me siento cómoda con quienes me acompañan- admití avergonzada.

-Eres demasiado escandalosa, mujer- me dijo.

-Y tu demonio..eres..eres..- y titubeante pensé alguna manera ofensiva de llamarlo.

-¿Soy, qué?- su cercanía me hizo dar un paso atrás. Me sentí extraña por eso.

Me miraba desafiante, pero no podía demostrar miedo a quien si quería herirme me hubiera matado hace horas atrás.

-Frío!..eso eres. Un hombre..ejem..un demonio frío y perverso!- le grité en el rostro.

-Si..lo soy.- me respondió con una mueca similar a una sonrisa -por eso podría matarte en cualquier momento, yo cuidaría esa lengua, miko- me amenazó con sus dorados ojos casi clavados en los míos.

-Inténtalo. Tal vez yo podría purificarte- y levanté mi cabeza orgullosa.

-Eres fastidiosa- me volvió a decir antes de seguir su marcha.

Después de caminar por tanto tiempo, volvió a detener su andar y me dirigió donde estaba el resto de mi compañeros de viaje.
Antes de seguir sola, obtuve su atención parandome en frente a su gran presencia y le agradecí sincera.

-Estoy en deuda contigo Sesshomaru- no pensé muy bien lo que decía.

-Créeme que no quisieras estar en deuda con un demonio- respondió haciéndome tragar saliva.

-¿Te volveré a ver pronto?- me atreví a preguntarle antes que se marchara

-Estoy seguro de que me encontrarás miko- y desapareció, dejándome a escasos metros de un grupo de árboles marchitos.

Sonreí pensando en la ironía que estaba viviendo. Pareciera que hoy estaba en un mundo paralelo, pero me alegró el día haber pasado ese tiempo con Sesshomaru, no podía negarlo.
Unos sonidos extraños y poco discretos me sacaron de mi ensoñación y me puse en estado de alerta. A paso lento me dirigí hacia donde escuché los ruidos que me distrajeron y me escondí detrás de un enorme arbusto casi sin vida.

Mis ojos se sentían salirse de sus órbitas, mi corazón palpitó tan fuerte que mi pecho ardía y mi alma se quebró en mil pedazos tal cual cierta piedra que buscábamos hace meses

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mis ojos se sentían salirse de sus órbitas, mi corazón palpitó tan fuerte que mi pecho ardía y mi alma se quebró en mil pedazos tal cual cierta piedra que buscábamos hace meses.

Contra una corteza de árbol, Inuyasha embestía salvajemente a Sango. Ella con todo su traje rasgado,dejaba poco a la imaginación y de su boca abierta sólo salían gemidos obscenos.
El amor de mi vida.. y mi amiga querida,fornicando como dos desquiciados, mientras yo me preguntaba si estaban bien..

Salí corriendo y a pocos metros el monje Miroku apareció en mi visión, él acortó la distancia entre nosotros, contento de verme y me recibió en sus brazos.

-Señorita Kagome ¿que sucedió?- preguntó preocupado al verme llorar desconsoladamente.

Quise explicarle, pero no podía articular las palabras,así que solo señalé en la dirección de la que venía.
Miroku siguió mi indicación y segundos después ambos parecíamos dos masoquistas viendo una escena donde nuestros corazones rompían simultáneamente.

-No lo puedo creer..- dijo Miroku

Los amantes se voltearon al escucharlo hablar y palidecieron al vernos allí.
La mirada oscura de Inuyasha se esfumó de inmediato al verme en la escena.

-Kag..yo ..hablemos- su voz aun era ronca y trataba de ocultar sus intimidades avergonzado.

Sango se dejó caer al piso y no sacaba la mirada de éste.

-¿Hablar?-..y reí como una histérica.

-Kagome, por favor. Puedo explicarte..- y avanzó unos pasos, topandose con una barra de energía espiritual en sus narices.

-Te acercas a mi y no dudaré en quemarte vivo..ambos se merecen..sean felices- fueron mis últimas palabras antes de tomar al monje del brazo y salir corriendo de allí.

Caminamos horas y horas en silencio, Miroku estaba tan o más destrozado que yo. Él amaba a Sango con devoción.. y yo no podía ni consolarlo.

-¿Que haremos señorita? Está oscureciendo, debemos descansar y además sin la protección de Inuyasha creo que seremos un blanco fácil para otros demonios- me dijo haciéndome recordar algo

-Estaremos bien Miroku, no los necesitamos. Tengo un amigo que nos ayudará..- y sonreí pensando en la locura que estaba por cometer.

-¿Un amigo?- preguntó confundido el monje.

Le pedí a mi único compañero de viaje que me siguiera mientras comencé a correr a toda velocidad por el tupido bosque, con una idea que me parecía la más factible y además..la única.
Con mi poder espiritual totalmente descontrolado por mis emociones, traté de enfocarme en no dejar estallar los sentimientos negativos y cuando llegué a un punto donde no podía más, tomé mi arco y una flecha; apunté al cielo y lo dejé salir...

-Te necesito, Sesshomaru- susurré al viento.

Una luz rosada salió en forma de destello y formó en el cielo una atmósfera de pura energía divina.

POV SESSHOMARU

Aún me dolía la cabeza por escuchar tan habladora mujer. Era intolerable estar tanto tiempo con ella, pero aún desconocía el motivo por el cual la cuide mientras estaba desprotegida.
Quizás me agradaba el echo que era una de las pocas humanas que no sentía miedo de mi presencia, después de Rin en realidad no había otra que se comportara con tanta naturalidad a mi lado, y ella ya no era una inocente niña que desconocía el peligro; de echo es una miko fuerte, muy fuerte aunque no lo supiera..
Antes de volver a mi castillo, quise tomar algo de aire y tranquilidad en la oscura noche,sobre la copa de un árbol, pero ese momento parece desmoronarse cuando veo a una distancia prudente una potente luz rosa que abarca gran parte del cielo nocturno.

-Energía sagrada- murmure.

Y no sólo eso, si no que también me sentía atraído a ella como un imán.
Me estaba llamando..la miko me necesita y sin pensarlo más, me dirigí a ella.

FrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora