En el año 2022. En una ciudad dividida entre el orden y caos. El inicio de la etapa universitaria comienza para los jóvenes. Mientras que, por otro lado, un conflicto entre las fuerzas de la ley y un grupo extremista vuelve a surgir y empeorar con l...
El miedo nos ayuda a adaptarnos, huir de él sólo lo empeora...
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¿Todo bien?
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Es una mañana cualquiera en los callejones, con el sol iluminando los reducidos y poco cuidados pasajes de aquella parte dejada de la ciudad. En una sucia azotea con cuarto de un descuidado hotel. Morten despierta acostado sobre un viejo colchón en el suelo, dando un largo bostezo para luego abrir los ojos, notando por una pequeña rejilla la luz del cielo azul.
No obstante, el zorrillo se percata que Racalk no estaba a su costado, lo cual hace que se levante y se vista con lo primero para buscarlo; agarrando los pantalones de su uniforme. Estando más que preocupado por su amigo y lo que podía pasarle. Y al salir, Morten ve al relajado mapache en calzoncillos, acostado sobre un sucio sofá cama liviano mientras gira un cubo de rubik.
Racalk deja de girar el cubo y baja un poco sus lentes negros para ver a Morten, mostrando que la herida en su rostro ya había cicatrizado por completo después de un fin de semana. Aunque no significaba que se veía bonita, viéndose muy marcada. Su amigo por otro lado, sólo mira en silencio y sin sorpresa, como si estuviera acostumbrado a verlo así.
«Hola» saluda el mapache celeste con tranquilidad para luego seguir girando el cubo sin ningún resultado.
«¿Otra vez allí?, últimamente te levantas temprano... y me asusta» confiesa el zorrillo rojo para luego ir con Racalk, el cual se acomoda para dejar un espacio en el que Morten se sienta en el sofá «No puedo creer que te dejara traer esta cosa de la basura, fue un infierno subirlo»
«Tenemos espacio aquí, y ya me aburría estar metido en el cuarto... ¡y no sé como resolver esta MALDITA cosa!» se queja el mapache celeste al final, tirando el cubo al suelo y quedándose de brazos cruzados, preocupando a Morten notar a su amigo más molesto de lo normal.
«¿Todo bien?, si no lo sabes armar deberías dárselo a Eris, seguro que él lo resuelve en segundos en vez de tardarse un fin de semana» dice el zorrillo rojo recogiendo en cubo para verlo más de cerca, recordando como Racalk se había llevado ambas cosas de un callejón el día después de que se mudaron a la azotea «Pero en serio, ¿está todo bien?, ¿alguna pesadilla o algo?»