𝘿𝙀́𝙅𝘼𝙏𝙀 𝙑𝙀𝙍 (USA X BOLIVIA)

CAPÍTULO 10

Se sonrojo, retrocedió lentamente nervioso detrás del estadounidense, sujentandole parte del brazo al estar a sus espaldas, se dio un golpe mental por hacer tremendo espectáculo, desde cuándo se atrevía a caminar sin algo bajo, el estadounidense le saco de sus casillas que casi se humilla más de lo que ya estaba.

Asomó parte de su cabeza curioso por el alemán, ¿Qué hacía y a qué venía?

-¿Otra acompañante? -Hablo primero el alemán, otra vez.

Era como una bofetada para regresarlo a la realidad, lo cual se volvía más común los últimos días en su estadía ¿Porqué otra? Se preguntaba Bolivia, talvez tengan razón, se sumergía en sus pensamientos, escondió la cabeza a la espalda del estadounidense.

Creo que soy otra como las demás, quiero decir, otro, ¿Pero que importa? ¿Realmente seré el primero? Porque termino imaginándome un final feliz sin conocer a alguien por completo.

Y otra vez, Alemania también quería saber de quien se trataba esta vez, no por pedir sus servicios, ya que él no era ese tipo de personas, sino que desde muy pequeño le daba el piquete de la curiosidad de vez en cuando, pero USA no se lo permitió.

-Alemania, ve a mi oficina.

El alemán se lo quedó viendo unos breves instantes, sin rechistar, agarro su portafolio y los anteriores papeles que fue acomodando, una vez las tenía en mano todo lo que trajo, pasó por su lado con dirección a su oficina, como reacción del estadounidense siguió manteniendo a Bolivia a sus espaldas.

Cuando desapareció de la vista Alemania, dejó salir un suspiro pesado, dio la vuelta, miro a Bolivia quien seguía sumergido en su mente, tomándole del hombro acercándose hasta su oído.

-Regresa a la habitación. -Y sin más, como una orden, la acato, y subió de vuelta a la habitación. Mientras USA se quedaba viéndolo como obedecía sin decir nada, cansado de la situación se arreglo el cabello hacia atrás mientras dejaba salir un suspiro de estrés.

Bolivia necesitaba irse de allí, empezó a pensarlo cuando ya casi llegaba a la puerta semi funcional después del alboroto que tuvo con USA.

Cuando de repente una voz lo asustó haciendo de un brinco apegarse a la puerta asustado, no podía asimilar la voz que tenia Alemania al hablar. Era muy, pero muy potente para derretirte o asustarte.

-Bolivia, ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí?

¿Qué hacía aquí? Yo debería preguntar eso. No se supone que fue a la oficina del estadounidense.

Alemania al no recibir respuesta y ver como no paraba de temblar y su pecho se agitaba, se disculpo en su idioma tratando de acercarse, pero veía que Bolivia se apegaba más a la puerta sin saber que quería hacer.

-Tranquilo, Bolivia, solo cálmate, no quería preguntarte antes por estar USA presente, cuando te vi, pensé si estaba pasando algo malo-!

-¡Estoy bien! -Grito, desconcertando al mayor, al darse cuenta, se cubrió la boca- Perdón- Hablo más bajo- Porqué. . .

-Quería hablar contigo, cuando te vi lejos de USA, proveche la oportunidad, a pasado mucho tiempo desde que alguna vez hablamos- Le dedico una sonrisa sutil, que no era tan típico de él, Bolivia no lo notó, pues seguía mirando el pasillo si venía alguien.

-Vete

-¿Qué? ¿Porqué?

-USA te debe estar esperando.

-Lo sé, pero solo quiero saber ¿Cómo estás? ¿Qué hiciste todo este tiempo? Cuéntame algo de ti.

-No es el momento ni el lugar Alemania, solo ve a lo que tengas que hacer.

Era normal cuando Alemania era demasiado directo y muy terco, estaba en sus genes, ¿De quién habría ganado ese carácter? Aveces era muy callado, aveces hablador con temas que le parecían de suma importancia, pero simplemente no era el momento para satisfacer la su curiosidad.

-¿Vas a la habitación de USA?

-¿Qué? ¿Qué dices? No, sólo yo. . . estaba buscando

-¿El baño?

Bolivia asintió para afirmar su pregunta, avergonzado esperó a que sediera, se vaya y lo deje en paz.

-Puedo acompañarte

-¡No! -Volvió a taparse la boca- Yo, solo, puedo guiarme solo.

-No sabes mentir Bolivia

-¿Eh? -¿Ya lo sabe? No puede ser, se los contará a todos, bueno, es muy reservado, pero es parte de ese grupo de personas egoístas que buscan sus propios beneficios, ¿Qué puedo espera de él? Me chantajeará con esto, ¿Me pedirá que lo soborne? ¿Qué haga algo por él? ¿Me torturará? ¡¿Qué me hará?!

-Lo siento. . . Yo solo quería

-Vas en sentido contrario el baño, te perderás si sigues por aquí, peor será si entras a la habitación de USA y lo descubre, él tiene cámaras por todos lados.

Eso erizo a Bolivia, ¿Los estará viendo ahora?

-Solo sigue por aquí y llegarás.

¡Dios! Que paso con el cerebrito de las reuniones, el número uno, el que se sabe la respuesta para todo, el que te lee hasta el alma con sólo mirarte, hasta con sólo verlo el ya sabe todo sobre ti y es por eso que descarta a las personas rápidamente cuando debe encargarse de cosas grandes, ¿¡Como es que no se da cuenta!? Quiero que no lo sepa, pero, por favor, es imposible que no te des cuenta.

Sacandole de sus pensamientos, le tomo de sorpresa que Alemania lo agarre de la muñeca y lo jalara, alejándolo de la puerta.

-¿Qué-. . . ¿Qué sucede?

Cuando quiso liberarse de su agarre se sorprendió por el tamaño de su mano, Dios, que clase de monstruos me voy topando ¿Porqué me pasan estas cosas solo a mi?

Antes de decir algo más, lo soltó.

-Sigue por aquí y llegarás al baño, yo iré donde debí ir primero.

Bolivia asintió desconcertado, Alemania espero unos segundos, como si quisiera algo más de él, pero, al final se fue, despidiéndose del menor, sin antes revolver su cabello.

¿Porqué los que tienen dinero y poder son tan raros?

Dio unos pasos con direccion al baño, se detuvo para echar un vistazo atrás y esperar que Alemania desapareciera para volver a la habitación

-

Se lanzó a la cama cansado, la pereza de alistar sus pocas cosas e irse le ganaba, tampoco tenía ganas de ver al estadounidense, ni al alemán, ya estaba cubierto con su ropa limpia y seca.

Pero que cama tan cómoda, espaciosa, muy blandita, abrazo una de las almohadas que estaba cerca suyo.

Una lavadora moderna como esa necesitaba, de última tecnología, pero ni con el dinero ahorrado de sus diversos trabajos, y por no comer algunos días le alcanzaría para tener uno, ni tenía la fuerza para llevárselo él solo, o al menos que pidiera ayuda, ¿Se daría cuenta si le faltaría una? ¿A quién llamaría?

Pero un pensamiento intrusivo lo carcomia y lo molestaba.

¿Porqué Alemania esperaría para hablarme?

Estaba pensando en muchas posibilidades pero ninguna atinaba que era parte de él, hasta que cayó en un profundo sueño.