Lo que se pensó que serían semanas de trabajo en la casa, solo fueron días. Natasha había contratado más de una docena de empleados para que trabajaran allí. Solo estuve en su casa menos de una semana, lo que parece una locura. La casa terminó mejor de lo que esperaba y todas las partes tenían su esencia. Eran todas sus ideas plasmadas en mi hogar, donde quiera que miraba solo la veía a ella.
Dormir con el otro lado de la cama vacío es un reto todos los días, a pesar que todos los días me deja ver un poco de su verdadero yo, aún se le hace difícil mostrarme quién es realmente. Seré paciente, algún día se sentirá lo suficientemente cómoda conmigo.Era verano, teníamos unos días en que la empresa cerraría por completo para poder disfrutar de unas vacaciones. Mis vacaciones serían en casa, en la nueva piscina y bajo el sol. Por el momento sola, ya que no sabía cuáles eran sus planes. Estaba distante, cuanto más me deja ver de su vida, al momento siguiente se vuelve otra persona nueva.
Yelena se había marchado a pasar parte del verano con sus padres, la oficina estaba prácticamente vacía, excepto por algunos empleados que tenían que quedarse el resto del día.
Tenía todo listo para irme, pero antes de marcharme le dejé una nota en su escritorio. Indicándole que me llamara y que la extrañaba. Ella no es de decir esas cosas, pero nunca le he mentido y jamás lo haré.Presioné el botón del elevador, tardó más de lo usual en subir, por un momento pensé utilizar las escaleras, pero bajar desde el piso más alto no creo que fuese buena idea. Finalmente llegó y allí estaba ella. Con su camisa de botones levemente estrujada y sus botones sueltos, mangas enrolladas hasta los codos, con sus pantalones de vestir ajustados y su correa de cuero.
- Dichosos los ojos que te ven -entré al elevador.
- Lo siento, he tenido mucho trabajo con esto de las vacaciones.
- Puedo notarlo -reí por la nariz.
- ¿A qué te refieres con eso? -enarcó las cejas sonriendo.
- Te vez destrozada. Eres la persona más impecable que conozco, no te permites salir si un botón está mal ubicado.
- Tengo apariencias que necesito guardar -negó mirando el número del elevador- Está dañado, se supone que me dejara en otro piso, pero nunca se detuvo -Marcó varios bonotes sin éxito.
- Dime que no nos quedaremos aquí -estaba entrando en pánico y el elevador se detuvo- Joder, nonononono.
- Tranquila, llamaré a los de seguridad -sacó su teléfono- no tengo servicio, ¿tú? -negué, luego de verificar el mío- Bien, entonces marquemos a los bomberos -presionó el botón del elevador, pero no funcionó- ¡Joder! ¡Para que pago estas cosas! -golpeó una esquina del elevador con su puño, al otro extremo yo estaba casi híperventilando.
Ella, al notar mi desespero, me rodeó con sus brazos mientras acariciaba con delicadeza mi espalda.- Solo concéntrate en mí.
- Si esto se cae, no viviremos, o podemos morir por falta de aire, tal vez nunca nos encuentren y moriremos aquí deshidratadas -estaba hablando incoherencias a este nivel.
Entonces, atrapó mis mejillas en sus manos mientras juntaba nuestros labios, no puedo decir que calmó mis nervios, pero si desvió mi atención. Mis músculos se iban relajando con cada beso, mi bolso cayó al suelo. Las luces del elevador se apagaron, indicando que estaba fuera de servicio. No sé si esto era buena señal o moriríamos aquí.
Pegó mi cuerpo contra la pared, mientras tomaba mi pierna que estaba pegada a su costado, besó mi cuello salvajemente, mientras acariciaba mi pierna. Su otra mano traviesa estaba encima de mi entrada, tocándome por encima de la ropa interior.- ¿Te pone que vayamos a morir? -hablé entre jadeos.
- Si muero, que sea dentro de ti.
Comencé a desabrochar su cinturón mientras desesperadamente bajaba su cremallera. Saqué su miembro erecto mientras ella quitaba mi ropa interior, al momento de introducirse en mí, giró mi cuerpo, poniendo mi cabeza contra la pared. Subió el traje suelto que llevaba puesto hasta mi cintura, inclinándome completamente, dejándola ver mi trasero, e incluso mi ano.
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The Secretary
FanfictionSer la secretaria de una de las empresarias más codiciadas del mundo parecía ser pan comido, ¿pero qué pasa cuando tú jefa te hace una propuesta la cual no es para nada profesional? Inspirado en la segunda parte de mi primer fanfic, ...