꧁ 𝙴𝚗𝚛𝚎𝚍𝚊𝚍𝚘𝚜 ꧂ •[ 𝐑𝐞𝐯! 𝐊𝐞𝐯𝐞𝐝𝐝 ]•

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Los Eds eran un trío de mejores amigos inseparables, así es eran. El trío se distanció cuando el nuevo inspector solicitó que cada uno estuviera en un horario distinto. A penas y coincidían en tres clases a la semana.

El día que más odiaba Eddy: los miércoles. No solo porque era mitad de semana, sino porque tenía dos horas de matemáticas en la mañana y el docente adoraba hacer trabajos grupales.

—Formen equipos de cuatro y que uno del equipo venga a retirar la hoja del trabajo para que empiecen de una buena vez, les aviso que no están tan sencillos— indicó el profesor con una sonrisa maliciosa, causando que sus alumnos bufaran y suspiraran.

Eddy odiaba los trabajos grupales. Ya sea que los dictará el profesor o lo formara uno mismo, los más listos solían ser los que se encargaban de todo o mejor dicho los responsables que querían mantener su puntaje. Al ser el capitán del equipo deportivo debía mantener su promedio, a pesar de que aquel año ya había quedado campeón, no le molestaba graduarse con un buen puntaje e ir a la universidad.

Lo único que no le desagradaba era que compartía esa clase con Nathan. Estaba pensando en si debía poner otra carta en su casillero ese día o el viernes. Aunque no podía enviarle una carta por semana, de esa forma seria muy lento. Además Eddward ya debe de estar relacionandose con Kevin ...

El joven McGree está en desventaja, Nathan no lo soporta y es válido ese repudio, después de todo, fue el mismo Eddy quién se alejo de él años atrás. Y en la actualidad apenas habían intercambiado palabra por otros trabajos escolares. Hubiera sido raro para Nathan que de un día para otro el líder de los Eds volviera a hablarle y ser cercanos de nuevo, ¿no?

Por eso optó por escribirle y fingir ser un admirador secreto. Claro también dejo de fastidiarlo en clase. Habían pasando unos dos o tres minutos desde que el maestro solicitó que se reunieran en grupos y Edward McGree se había quedado sentado con la cabeza agachada.

—¿Qué tal, Eddy?

El aludido levantó su mirada y se encontró con uno de los estudiantes de intercambio: Rave James. Un joven atlético que participaba en el equipo de básquet, era más alto que Eddy, tal vez por unos diez centímetros, era de tez blanca, tenía el cabello castaño con tonos morados y lentes; para resumir era apuesto y conocido entre los demás jóvenes.

—Hola Rave ... — correspondió el saludo sin mucho ánimo.

—¿Estás en un grupo?— Eddy se limitó a negar con su cabeza. —Nos falta uno ... ¿Quieres trabajar con nosotros?

Edward miró a los costados del miope, a su derecha estaba Nathan y a su izquierda Peter.

—Aunque igual ya todos formaron equipo, no queda de otra ... — comentó Nathan en lo que veía a ambos lados, con sus manos en su cintura, sin desear hacer contacto visual con el más bajo.

—Esta bien, trabajemos juntos.

—Genial— sonrió. —Como la mesa de Eddy está casi en el medio, será más fácil que cada uno traiga su mesa hacia él, vamos.

Rave colocó su mesa frente al más bajo, Nathan se ubicó a su derecha y Peter a su izquierda. Eran ocho ejercicios, por lo que se repartieron dos pa cada uno. Estaban viendo logaritmos, tema que a Eddy no se le complicaba a diferencia de la mayoría de sus compañeros; por lo que se dejó los problemas más largos.

Cuando concluyó el primer ejercicio, su atención se desvío hacia el joven Goldberg, quién estaba borrando tal vez por tercera o cuarta vez, pues ya se notaba eso en la hoja y en el residuo del borrador sobre su mesa. Eddy analizó detenidamente el problema del pecoso y encontró el error. Justo cuando lo iba a señalar y decirle en lo que se equivocó, alguien más habló.