Capítulo 4

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Habían llegado al pueblo donde compararian los "suministros".

Efectivamente, como había dicho Finian, sino ibas haya no comerias hasta la  siguiente semana, y pues, los animales no te dejaron ni un bocado y el hambre ya comenzaba a hacerse presente.

Pasaban al lado de los puestos donde se vendia la fruta recien cosechada por los agricultores y tu estómago rugia.

Tan sólo habían pasado aproximadamente tres días y ya extrañabas la tierra y el aire que no oliera a sal del mar.

Pasaron por la plaza donde varías personas caminaban por aquí y por haya. En el centro un violinista hacia sonar su melodía y los niños corrían, todo era genial.

Caminabas observando todo a tu alrededor sin prestar atención a tus acompañantes.

Arthur se detuvo en el camino y Finian junto con él.

-Finian, ya sabes -dijo Arthur antes de irse. Tu te quedaste junto con Finian

-¿a donde es que va? -Finian no respondió nada. Dio unos pasos y luego te miró esperando a que le siguieras. Guardaste silencio y fuiste tras él.

-Nadie sabe a donde va o que hace. Las únicas personas que lo hemos acompañado a este lugar somos tú y yo -no sabías que contestar,, guardaste silencio y se dirigieron a un puesto. Finian se acercó a tu oído.

-yo lo entretengo, tú toma el pan -frunciste el ceño y negaste con la cabeza repetidas veces.

-tenemos dinero. ¿Es necesario robar?

-sólo has lo que te digo -el joven se acercó al vendedor y con una sonrisa fresca le saludó formal. Fingia observar la mercancía, una sonrisa más, después desapareció y miró serio al vendedor. Los pelos se te pusieron de puntas, tenías un mal presentimiento.

Intentaste tomar dos barras de pan. Observaste a Finian para asegurarte de que el seguía distrallendo al vendedor. Finian no estaba.

Giraste tu visión a todos lados, ya no se encontraba ni Finian ni el vendedor .

¿a donde pudieron a ver ido?

Sentiste un cosquilleo y un impulso por correr, era tu oportunidad para escapar. Diste unos pasos hacia atrás con cuidado, seguido, comenzaste a correr.

Tu corazón latía bastante rápido. ¿Qué podrían hacerte si te encuentran y saben que intentaste escapar? Muchas cosas malas, eso era seguro.

Corriste hasta cansarte y te ocultarse en un callejón, era de día así que no corrías tanto peligro en toparte con algún ladrón o algo por el estilo.

Al menos eso crías.

Alguien a tus espaldas te tomó por las muñecas. Tu forcejeabas intentando soltaete, el tipo te tapó la boca con su mano y tu la mordiste, aún así no te soltó.

-entre más te muevas más daño te causarás -colocó algo con punta en tu espalda e iba haciendo prisión con aquel objeto, sentiste como el metal frío del objeto tocaba tu piel.

Diste una maldición dentro tu cabeza. Te atrepentias de haber huido.

Ahora era imposible que alguien te encontrara.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•
Hasta aquí lo voy a dejar.
Sé que está corto, pero, si lo hago más largo, será demasiado largo, así que por eso lo dejé ahí.
Bueno eso es todo, gracias por leer.
Cari se despide.
Poka-poka.

capitán (InglaterraxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora