Capítulo 10

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Quiero agradecer a las personas que siguen esta historia y que no han perdido la esperanza en que la termine jaja wou no recuerdo la última vez que actualicé, y bueno, he aquí un nuevo capítulo.
He leído sus comentarios y me han animado a finalizar esta historia, al fin y al cabo ya estaba por finalizar.
Gracias a todos de verdad ❤
He perdido un poco la pista de lo que estaba escribiendo, sin embargo esperi dar lo mejor de mí en estos últimos capítulos.

Capítulo 10
Corsarios...

La noche había pasado silenciosa, pero no del todo tranquila. Finian había desinfectado y vendado tu herida de bala. Le estabas agradecida por ello, ya que gracias a que cierta persona había abierto esa herida que creías cerraría pronto, ya ahora claro tardaría más de lo esperado. Aunque si bien, Arthur te había lastimado, él te había salvado que era lo importante. Aún había que agradecerle por su extraña forma de ayudarte.
Los minutos pasaban y la noche parecía hacerse eterna. Tanto tú como Finian esperaban la mañana con ansias, sabías qué era lo que les esperaba al amanecer, pero sabías que no se trataría de un día tranquilo.
La noche pasaba y no lograbas conciliar el sueño. El dolor de la herida y el temor a lastimar más tu pierna no te dejaban descansar. Además, en tu cabeza no dejabas de repetir aquella imagen donde en la espesura de la obscura noche solo podías ver los ojos verde de Arthur a punto de matarte. La sensación de la muerte y el temor a ésta misma nunca había sido tan grandes como hasta hace unos momentos. Ni siquiera en la noche donde tus padres habían muerto.
Suspiraste con pesadez. Desde el primer momento en el que intercambiaste tus primeras palabra con Arthur hasta ese mismísimo instante, ese hombre no te parecía nada más que un manojo de misterios por resolver. A veces tan gruñón y amargado, otras veces melancólico y dolido. O eso te parecía ver.
-"¿Qué es lo que tiene en mente siempre?" -preguntaste en tus adentros.
Con tu mente llena de pensamientos sobre él, notaste que desde el momento en el que entraste a su camarote no se había ido o había desaparecido, lo cual te resultaba extraño porque por algún motivo u otro él siempre terminaba desapareciendo de la escena. Arthur se encontraba aún despierto, tú estabas acostada en la cama, por lo que Arthur (probablemente) no había notado que seguías despierta a diferencia de Finian quien dormía a un costado de la cama.
Notaste que Arthur observaba la puerta con atención, como si se tratara de algún perro guardián, parecía proteger algo o alguien. Tal vez a ti y a Finian, pero claro, tus pensamientos no se atrevían a ir más allá de un "tal vez".
Observaste su espalda recordando cuando le habías vendado, recordabas aquella horrible herida. Aún no sabías por qué y cómo había sucedido eso. Pero bueno, era un pirata después de todo, eso era algo normal para él.
Al ver a Arthur sentiste tu pecho pesado, sentías pena, tal vez lástima. Te preguntabas como llegó a ser el pirata más temido en inglaterra.
¿Cuántas vidas tuvo que arrebatar para ganarse ese título?
Un interruptor se encendió en tu cabeza. Aquellas preguntas no eran las preguntas más intrigantes, la verdadera pregunta era:
¿Por qué nadie había reclamado aún la cabeza de Arthur?
En inglaterra los piratas eran tan odiados como temidos. Principalmente entre los nobles y la realeza, cualquiera pagaría millones de libras por ver a Arthur muerto. Incluso los franceses ya habrían intentado acabar con él...
Esto no tenía sentido... Los únicos "piratas" que eran "tolerados" eran los corsarios, puesto que estos trabajan por órdenes directas de la reina...
¿Podría ser él un corsario?
-Maldición... -dijiste en un susurro con tan solo imaginarlo. Arthur volteó y te miró
-¿Qué haces despierta? - una maldición más, aunque esta dentro de tu cabeza. Miraste a Finian para asegurar que te hablaba a ti y no a él, pero claramente él aún seguía durmiendo. Luego miraste a Arthur.
-yo desperté...-vacilaste -sí, acabo de despertar - Claramente se trataba de una mentira. No habías dormido nada en lo en lo que había transcurrido la noche.
-Vuelve a dormir entonces -Arrugaste el entrecejo y miraste a Arthur buscando respuestas.
-¿Acaso hay algún problema con el que esté despierta? -Arthur te respondió con una ceja levantada y con una expresión extraña; contraída podría ser una mejor palabra. Quizá el no esperaba que contestaras de tal manera.
-¿Las princesas pueden estar despierta hasta tarde? -No es como que fuese un insulto, pero el que te llamaran "princesa" comenzaba a molestarte.
Reiste con sarcasmo.
-Por su puesto... -hubo un silencio. Arthur te miraba fijamente con cierta intensidad. Seguramente estaba pensando en algo -... ¿Cómo sigue tu espalda? -preguntaste para acabar con el silencio.
-¿por qué te preocupas? -Te encogiste de hombros.
-Porque era una herida muy fea ¿sabes? Te puedo jurar que cuando la vi sentí dolor -y era cierto. Arthur asintió.
-...Está mejor... -Arthur volvió a guardar silencio
-"¿En qué tanto piensa?"
Arthur se acercó a ti y a Finian en silencio. Eso era extraño, de hecho, todo lo que Arthur hacia te resultaba extraño. Observaste cada movimiento de Arthur.
-Será mejor que duermas. Ya es noche
-¿Acaso estás preocupado por mi? -Arthur se sonrojó de golpe.
-¡¿Quién estaría preocupado por ti?! -Sonreiste y le miraste.
-Gracias -jodido tomate el que se había vuelto.
- No seas tonta ¿por qué me agradeces? -pensaste un momento. No estabas segura del todo pero sentías que le debías más que solo tu vida, como si el salvarte no fuera la única cosa que él ya había hecho por ti antes. Tomaste algo de aire y lo soltaste por la boca tratando de calmarte, a pesar de que no había un motivo por el cual no estar calmada
-Por no matarme... -Simples palabras sinceras. Arthur no dijo nada.
-Probablemente mañana será un día largo. Así que duerme de una vez...
-Si mi capitán insiste creo que iré a dormir. Buenas noches -hablaste resignada y te volteaste para no ver a Arthur, quien seguramente seguiría rojo.
Y te perdiste en tus pensamientos, como de costumbre, en un intento de poder dormir.
No había resultado.
-"¿Cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí? ¿Cómo llegó Finian aquí? ¿Por qué sigo aquí?" -Los ojos verdes de Arthur en el lienzo obscuro volvían a aparecer. Tan intensos, tenebrosos y hermosos a la vez, había que admitir.
El piso crugió en un quejido, las pisadas de Arthur se escuchaban deambular por la habitación. Entonces comenzaron a escucharse cercanas, comenzaron a llegar, para luego cesar tras de ti. No intentaste moverte, la mejor opción era finjir que estabas dormida. No eras la mejor actriz pero había que intentarlo, o probablemente terminarías en problemas.
Arthur se acercó a tu rostro, a tu oido para ser mas exactos. Al sentir su aliento, tu corazón en el pecho comenzó a saltar con fuerza, los nervios atacaban sin permiso.
-Ten una linda noche- Delicado y con una voz de "caballero", dejó ir esas palabras para ti. Con un tacto cuidadoso, se atrevió y acomodó un mechón en tu pelo para luego irse del camarote sin más, desapareciendo, como se era de esperar.
La presión pudo más contra ti y como la vergüenza tan discreta que es, comenzó a manifestarse en tu rostro de a poco.
-"¿Qué dominios?" -¿Cómo alguien como Arthur, un pirata sanguinario, podía ser tan delicado? y, oh vamos, incluso fue dulce.
¿Cómo pretende que duermas así?
La mañana tardó, pero llegó.
El cielo estaba gris y el sol se cubría con las nubes.
Una neblina delgada los eperaba en el puerto. Era una de esas mañanas costumbradas en Inglaterra. Nada nuevo.
Finian y tú bajaron lo más rápidos y sigilosos que pudieron. Llegaron a un lugar lejano con la esperanza de que nadie en el barco los habiese visto. Compartieron una hogaza de pan dura como desayuno, y se encaminaron a encontrarse con Arthur. En el transcurso del camino comenzaron a conversar.
-Finian, ¿recuerdas la última conversación que tuvimos?
-¿Podrías refrescar mi memoria?. -Ambos caminaban a paso acelerado, no querían hacer esperar a su capitán.
-¿Qué es lo que sospechan de Arthur?
-¿Te refieres a "eso"?
-Sí, a "eso", antes de que Arthur nos interrumpiera... -Finian quedó en silencio, pensando en su respuesta.
-La tripulación entera sospecha de que el capitán es un Corsario, un perro de la reina...-Entonces tus sospechas eran ciertas, probablemente.
-No entiendo el porqué tanto odio a los corsarios.
-Escucha, los piratas vivimos libres, sin reglas, disfrutamos del mar y el peligro del mismo. Vivimos rodeados de sangre, violencia e incluyendo excesos. Nadie gobierna sobre nosotros, no tenemos bandera ni fronteras. Por eso siempre nuestro rostro está en esos carteles de "se busca". En cambio, los corsarios sirven a la reina, protegen las costas de este reino hipócrita, son unos aguafiestas.
-¿Entonces el capitán fue quien llamó a los corsarios?
-No, no, digo, no lo sé. Pudo haber sido cualquiera, es decir, todos en el barco son unos hijos de perra, pudo haber sido cualquiera. -La conversación cesó una vez que la figura de Arthur comenzó a ser visible a lo lejos. Aceleraron el paso llegando a él.
-Capitán...
-¿Nadie los vio?...-Ambos negaron con la cabeza -...Bien.
-Capitán ¿Qué está pasando? -Te apresuraste a decir.
-Sólo cállate y camina -Arthur comenzó a caminar, Finian y tú tras él. Se dirigían a una plaza al parecer. Cuando de repente Arthur se detuvo sin previo aviso.
-¡Arthur, qué coincidencia! - Un extraño vestido en ropas finas se acercó a ustedes. Finian y tú se voltearon a ver intrigados. Te parecía conocer a ese extraño pero no estabas segura del todo.
-¿Por qué estás aquí?
-Eso debería preguntartelo a ti... -replicó el hombre-...puedo ver que estás acompañado.
-¿Quién eres? -Preguntó Finian un tanto violento. El tipo sonrió y acortó la distancia con Arthur. Este se tensó, se miraba molesto.
-Por sus atuendos puedo ver que es tu tripulación ¿eh, Arthur? No sabía que tenías a unos enclenques ayudándote...-Finian tocó la vaina de su sable.
-Finian -llamó la atención Arthur y negó con la cabeza. Aquella persona sonreía aireado, como si fuese la gran cosa.
-Capitán -Dijo el extraño con sarcasmo- ¿No deberías arrodillarte ante tus superiores? La reina estaría molesta por su osadía -La sangre se les heló. Arthur se tensó aún más a la vez que fruncia el ceño. Se miraba frustrado.
Con el orgullo un tanto pisoteado, se arrodilló ante aquél tipo arrogante.
-Ustedes también deberían de acerlo, pero no valen la pena. En cambio a este idiota que llaman "Capitán" -rió- es el perro más fiel de la reina ¿Sabían? -Finian palideció, a ti no te sorprendió tanto, no le dabas tanta importancia, te preocupaba más ver como el orgullo y el deber de aquél hombre se arrodillaban ante un tipo tan imbécil. Arthur te preocupaba.
-No has respondido ¿Quién eres? ¿Cómo te atreves a tratar así a nuestro capitán? -Finian seguía temeroso, no iba a retrodecer. Arthur se levantó.
-Cuida tu boca muchacho. Arthur, deberías enseñarle modales. Soy el superior de este idiota, soy la mano derecha de la reina ¿o no, Arthur?
-S-Sí señor. -Arthur estaba furioso. -...Él es el señor Wells. -Lo presentó.
Finian no podía creerlo.
-Esto es tan irreal. Sabía que podría tratarse de un corsario pero ¿servir a la reina?... -Arthur no contestó, en cambio, Wells disfrutaba de la escena. Tocaste el hombro de Finian dándole a entender que le dabas su apoyo.
Finian tomó una bocanada de aire y la soltó frustrado.
Entonces, se arrodilló ante Arthur. -.... Yo juré mi lealtad a mi capitán y no la pienso traicionar. -Miraste a Finian atónita, un gesto admirable, sin duda de su parte. Como gesto de admiración a ambos compañeros, imitaste al menor, arrodillándote junto a él.
La fiesta de Wells había acabado.
Arthur parecía no saber cómo sentirse ¿Felíz, orgulloso, molesto? A saber.
-Que emotivo -Dijo evidentemente molesto aquél mal parido. Ambos se levantaron.
En conclusión, Arthur formaba parte de los "nobles". Ahora podías entendías ese comportamiento tan inusual en los piratas. Sonreiste en tus adentros, aunque en el fondo sabías que el peligro se acercaba. Un mal presentimiento crecía en tu pecho, junto con un mal sabor de boca.

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Espero lo hayan disfrutado. Pienso terminar la historia en este año, de todos modos como dije, ya quedan pocos capítulos.
De verdad muchas gracias a los que no perdieron la esperanza juju.
Me despido bai~~




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