Capítulo 8

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Corsario: Piratas que servían a la reina.
Hola, hola, hola ¡he vuelto! No sé por cuento tiempo pero por aquí voy andar *le arrojan sillas*
:'D sé que me extrañaron y disculpen por no actualizar, es que sinceramente olvidé parte de la trama de todas mis historias, todo se me olvidó asi que me puse a leer las historias tratando de recordar y pues mas o menos recordé algo asi que veré que hacer con eso.
Como sea a nadie le interesa que pasó, solo dire que estuve estudiando un poco sobre gramática y redacción asi que puede que la narración de la historia sea un poco distinta PEROOO me esforzare por hacerla lo más cercana a la original
Sin más aquí les dejo el capítulo~ espero y lo disfruten

Capítulo 8
Fuego...

La mañana había llegado junto con una pequeña ventisca, estaba haciendo un poco de frío, el cual se sentía mas fuerte gracias al agua del mar, te estiraste y tallaste tus ojos.
La noche anterior habías estado cuidando que la herida de Arthur no se infectara, pues el, al no haber tratado la herida a su debido tiempo, era probable que se pusiera grave.
Saliste a la cubierta y observarte el claro cielo. Una de las ventajas de vivir en el mar era que el cielo se miraba más brillante que en la capital.
Aun te preguntabas como qué era ese gran secreto que todos guardaban de Arthur o por qué Arthur parecía tenerte confianza, pero por más que pensarás no encontrabas una respuesta para ello.
Comenzaste a percibir un olor como a quemado, seguramente el chef estaba quemando la comida. Otra de las dudas que tenías era ¿por qué será él el chef en el barco siendo que nada cocina bien?
-¡Corsarios! - alguien gritó a todo pulmón.
Dirijiste tu mirada de donde provenía el humo, tal vez enrealidad la cocina no se quemaba, sino lo que se quemaba era el barco.
Saliste corriendo a donde estaba el humo, y efectivamente el frente se estaba incendiado.
Dablos eso no era nada bueno.
Finian se encontraba tratando de apagar el fuego, se estaba propagando.
-¡Agua! ¡Busca agua! -Finian era el único tratando de apagar el fuego, pues los demás estaban encargandose de deshacerse de los corsarios que estaban comenzando a subirse al barco.
Tomaste un balde que había por ahí y lo llenaste de agua, seguido la tiraste sobre el fuego.
No se apagaba. Repetiste la acción y nada, el fuego comenzaba a extenderse, podías ver la angustia en el rostro de Finian hacerse mayor.
-Mierda ¡apagate de una vez! -Tiraste más agua sonre el fuego y nada, luego ambos juntos. Con solo dos personas sería imposible apagar eso.
Disparos multiples se comenzaron a escuchar por aquí y por allá, los gritos de batalla comenzaban y cada vez se volvían más desgarradores, sonaba como si se fueran a arrancar la garganta (lo cual parecía que realmemte iba a suceder en cualquier momento).
-¿¡ por qué no se apaga!?- también te estabas desesperando, por más agua que arrojaran el fuego no se extinguia.
Alguien disparo cerca de ti, olvidaste por un momento el fuego y volteaste. No había nadie, tal vez fue una bala perdida.
-(tn), esto no se apaga -sonrió Finian -será mejor tomar el otro barco -eso significaba que tendrían que deshacerse de los tripulantes del otro navío.
Finian arrojo el cubo vacío hacia el fuego, ya daba igual. Desenvaino su espeda y corrió hacia la masacre.
Malditos locos eran todos.
Tu sacaste tu espada esperando lo peor, no querías matar, no querías tomar la vida de alguien.
Te mantuviste al margen de todo, observando la escena, sentías el calor en la espalda y la adrenalina recorrer tu vientre y estómago. Si no morias ese día a causa del fuego, moririas ahogada en el mar o cortada en pedazos.
Ninguna opción parecía buena.
Un grito de dolor se escuchó a lo lejos. El barco se estaba comenzando a meser, era difícil mantener el equilibrio.
Caminaste un poco alejandote del fuego.
La cosa se estaba volviendo estresante y sofocante. Bueno, al menos podías distinguir a tus compañeros, pues los antes mencionados Corsarios estaban bien vestidos a comparación de ustedes.
Observaste a varios cuerpos en el piso y luego observaste el tumulto de gente intercambiando golpes con sus espadas. Lograste ver como Finian le cortaba la entrepierna a alguien, miraste a otro lado y espera, algo no cuadraba, alguien faltaba.
-"¿Dónde está Arthur?"- Arthur no estaba por ninguna parte, te acercaste poco más y una bala te rozó el muslo haciendolo sangrar un poco, era una herida superficial, pero vaya que dolía.
Tocaste tu muslo manchando de sangre tu mano. Diablos.
Fernsby estaba cerca, podías ver como luchaba por su vida, por más bruto que parecía aquél hombre, mientras peleaba con sable en mano, al intercambiar golpes parecía que estaba jugando un simple juego, cada vez que lograba hacerle una herida a su oponente sonreía, el lo disfrutaba. Era la primera vez que le prestabas atención a alguien mientras peleaba que no fuera Finian.
-¿qué haces aquí? - escuchaste a alguien detrás tuyo, te diste la vuelta y te encontraste con alguien familiar -me alegro que estás viva -el era Dallas, un conocido de tu papá, solo habías hablado pocas veces con él, pero el te conocía desde pequeña.
-am...yo -no sabías que decir o que hacer, de alguna forma estabas aliviada, alguien te había encontrado, podrías volver a casa, podrías volver a tierra firme. El hombre te tomó de la mano y te comenzó a llevar con él.
-luego me explicas, tienes que volver, tu tía está preocupada por ti -tu tía, la hermana de tu madre, era una mujer bastante delicada en su forma de ser, por cosas de la vida ella nunca se pudo embarazar de su esposo, por ende, ella te consideró como su hija.
-yo no... -las palabras no te salían. Escuchaste como Finian gritaba tu nombre, intentó correr hacía ti pero alguien lo interceptó, Finian con un movimientos ágiles trataba de librarse de ese hombre pero no daba resultado.
-todos te creían muerta -comenzaste a negar con tu cabeza, e intentaste soltar tu agarre, por algún motivo no te querías ir, querías ir corriendo a ayudar a Finian que parecía pasarlo mal -¿qué pasa? -preguntó.
-...por favor yo
-sabía que eras una zorra ¿pero no creí que harías algo asi? -esa era la voz de Fernsby. El señor Dallas blandio su espada frente a Fernsby.
-¿tienes algún problema? -Dallas te soltó. Fernsby sonrió y se trono el cuello.
-¿me permite esta pieza? -dijo con cierta agresión en el tononde su voz, seguido chocaron espadas. Una pelea había comenzado frente a ti, querías que pararan pero no podías hacer nada, ambos hombres se atacaban agresivamente.
-¡Paren! -Fernsby golpeó con su espada el torso de Dallas haciendole una tajada profunda, Dallas comenzó a sangrar.
-(tn) vete de aquí -Dijo Dallas. Fernsby como golpe de gracia cortó su garganta. Asi de simple, la pelea terminó siendo Fernsby el ganador.
El fuego continuaba propagandose por la cubierta, si todo esto no acababa todos iban a morir hechos cenizas.
Fersby te miró y sonrió.
-pequeña perra, mira que meterte con un corsario -Fernsby escupió hacia el suelo. Fernsby te apuntó con su espada la cual aún tenía la sangre fresca de Dallas. -¿sabes que si Arthur se entera de cualquier forma te matará no? Asi que déjame hacerte un favor, si haces todo lo que yo te diga -comenzó hacercarse a ti -podría ayudarte a seguir viviendo, podría perdonarte la vida- su espada estaba demasiado cerca de tu cuello. -¿y bien? ¿Qué dices?

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Hasta aquí lo dejo para no hacerlo tan largo, espero les haya gustado y sí, disculpe mi tardanza uwu

capitán (InglaterraxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora