xxiii.

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Rin se sentía algo extraño.

Cuando estaba en la preparatoria, había visto muchas veces a sus compañeros jugar a distintos juegos como estos (o bueno, no eran tan atrevidos) pero nunca se había integrado a esos juegos. Más que por falta de valor, no lo hacía porque le daba fastidio el capricho que parecían tener sus compañeros por saber más sobre él, sobre su vida y las cosas que hacía. Prefería quedarse en una esquina jugando videojuegos en su celular y observando de reojo los retos tontos que hacían.

Ahora estaba en medio del grupo de amigos de su novio jugando algo bastante parecido a los juegos que hacían sus compañeros, solo que en este caso, siendo algo solo apto para mayores de edad. Irónico, pensar que nunca hizo algo así de adolescente pero ahora como adulto “responsable” terminaba en medio de esto.

Itoshi sirvió tres de los pequeños vasos de shots, miró a su novio de reojo quien lo observaba con atención en sus bonitos ojos azules, así que el menor suspiró, después de todo no odiaba el juego ni la compañía, simplemente había un revoltijo de nervios en su interior al estar rodeado de las personas cercanas a su pareja.

Rin tomó el primer shot, recordando a la chica de último año que lo invitó a salir un par de veces para luego llevarlo a casa, siendo llevado a la cama por la curiosidad y el interés que le causaba la chica mayor antes de darse que ella no quería nada más que poder presumir su compañía.

Bebió el siguiente, pensando en la modelo que fotografió a la orilla del mar allá en Kanagawa y luego lo invitó a un fiesta privada que terminó con ella triste al saber que se iría a Tokio y Rin confundido porque no entendió como ella pudo “enamorarse” de él en tan poco tiempo.

Y bebió el último pensando en un modelo de Tokio con el cual estuvo unos tres meses antes de conocer a Isagi, siendo su primer chico aunque no su primera atracción por uno, salió con él un par de veces antes de sentirse aburrido de su actitud tan complaciente y pasiva. Sin ánimo de darle alas a una relación que no iba a ningún lado.

Giró para ver a su novio y le ofreció uno de los vasos. El mayor se sobresaltó por lo repentino de su movimiento y lo miró confundido.

—Sirve el último, a fin de cuentas es por tí. —dice el de ojos turquesa con la voz algo ronca por el alcohol que le quemó la garganta.

Isagi parece tardar un par de segundos en reaccionar, pasando de una mueca sorprendida a la sonrisa burlona que siempre consigue toda la atención de Rin.

—Podrías ser un poco más amable al pedirlo, eh. No soy tu sirviente, idiota. —Yoichi lo regaña con diversión, tomando la botella del centro de la mesa y sirviendo el vaso de shot hasta el tope que luego le ofreció.

—Gracias, cariño. —responde antes de llevarse el último shot a los labios y beberlo sin problemas.

—¿Cuatro? ¿Me estás diciendo que estuviste con cuatro personas? —pregunta Bachira con algo de incredulidad.

—¿Tienes un problema con eso? —dice a la defensiva al verse observado por los demás.

—Sí lo tengo. Justo ahora me siento como un fácil. —comenta el de ojos amarillos y cabe resaltar que Rin se esperaba cualquier respuesta menos esa.

—Joder, somos prostitutas, Bachira. —Se lamenta Chigiri golpeando su frente mientras que Nagi le palmea el hombro en un intento de hacerlo sentir mejor.

—Y de las baratas. —dice Kurona ganándose un golpe por parte de Meguru. —¡Hey! Lo digo por mí también, no es nada difícil llevarme a la cama. Mi madre estaría decepcionada de mí... Que bueno que no lo sabe.

Junto a él, Isagi no puede evitar reírse con diversión debido a los comentarios de sus amigos. Y Rin se siente algo extraño, pues se esperaba algo... Diferente.

Panorámica. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora