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—No te pongas la camisa, la vista era tan buena que empezaba a alegrarme el día.

La voz de Isagi lo sorprende, ya que ni siquiera había notado que estaba detrás de él.

Rin recién despierta, para este punto, no sabía si era algo bueno o malo que sus suegros se enteraran de su terrible costumbre de levantarse después de la hora de almorzar, pero ni siquiera Isagi le ha dicho algo sobre que debería levantarse antes para dar alguna buena impresión.

Le dió cierta vergüenza el primer día, se quedó hablando hasta tarde con Yoichi, besándolo suavemente hasta que se durmió y todo el trabajo y esfuerzo de los días anteriores le cobró factura, tenía tanto sueño que ni siquiera notó cuando su novio se levantó de la cama.

Pero al parecer para todos ellos no es un problema y está bien, dijeron que dentro de todo, saben que siguen siendo sus vacaciones así que no les importa que duerma hasta tarde, aún cuando la familia inicia su día al menos unas seis horas antes que se despierte él.

De cualquier forma, siempre que sale de la habitación de su pareja, termina encontrándose con algún miembro de la familia rondando por la casa. Sus suegros siguen saludando de forma efusiva aún cuando ya lleva un par de días ahí.

Al principio lo decía para hacer sentir mejor a Yoichi, pero ahora sin dudas podía decir que verdaderamente le caían bien sus suegros. Tal vez sea porque nunca había convivido realmente tanto tiempo con ningún adulto más allá de con los suyos (que eran dramáticamente distantes y fríos a comparación, y realmente tampoco pasaban tanto tiempo con él) pero sus suegros eran verdaderamente geniales respecto a todo. Hablaban con él sin crear un ambiente incómodo incluso cuando su hijo no estaba presente, lo dejaban ayudar en la cocina (aunque insistían un poco para que no lo hiciera) ya que aceptaban que eso lo hacía sentirse más cómodo, le servían comida justo como le gustaba porque al parecer habían tomado nota de todo lo que Yoichi les dijo sobre él... ¡Y ni siquiera lo molestaban para dormir! No terminaba de creer eso. De casualidad el día anterior escuchó a la mamá de Isagi decirle que lo dejase dormir más tiempo, ya que al parecer se dió cuenta que el idiota tenía la idea de despertarlo de un susto como es común que haga cuando duermen juntos en su apartamento.

No estaba en sus planes terminar con Isagi en un futuro cercano, pero sí esa terrible desgracia llegaba a suceder (ni el universo quiera) mínimo esperaba seguir en contacto con sus suegros.

Ellos dos lo tratan mejor que su propia familia.

Al salir de la habitación al despertar no vió a nadie por el pasillo, lo cual le resultó algo extraño pero lo ignoró, ahora mismo sale de la ducha y se encuentra con los creativos comentarios de su pareja.

Siendo honesto, extrañaba esta forma de iniciar el día.

—Gracias, pero creo que andar por el apartamento semidesnudo sería abusar de la confianza de tus padres. —responde. Yoichi termina de acercarse, lo abraza por la espalda y sus manos se escabullen dentro de los bordes de la camisa que recién se colocó.

—No se van a enterar, ellos no están aquí. —responde, puede sentir su boca contra su espalda y no puede evitar sonreír por eso.

—¿A dónde se fueron? —Y no es que le importe demasiado, pero en todos estos días no los había visto salir de casa más allá de hablar con algún vecino o tirar la basura.

Itoshi se voltea, así que Yoichi se abraza a él, apoyando la barbilla en su pecho mientras mira hacia arriba para hablarle.

—Llamaron a papá para que fuera a una reunión a otra ciudad, volverá mañana y mamá se fué a visitar a su hermana. Tampoco volverá hoy.

Panorámica. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora