WOLF OF MALICE

8. Ahora

Nash se fue temprano a su casa y yo no pegue un ojo en toda la noche. Pensando en el libro y pensado en el chico que salto de mi ventana.

Como puede ser posible que los hombres lobos existan? O sea, sé que no somos las únicas criaturas en la tierra, eso es estupido, siempre fui fiel creyente que todo lo sobrenatural existe y siempre he pensado que las personas que no creen es porque son de mente muy cerradas y aburridas.

Pero ahora que de verdad se qué hay hombre y mujeres que pueden transformarse, mi curiosidad aumenta cada vez que alguna pregunta se viene a mi cabeza.

Decido salir de la cama y bajar a desayunar. Me cambio la pijama, entro al baño y hago mi cuidado facial y salgo del cuarto.

Voy bajando las escaleras y papá ya está sentado leyendo su periódico.

Decido servirme solo una taza de café.

Siento unos ojos mirando cada uno de mis movimientos y veo a papá mirándome a través de sus lentes.

Me siento al frente de él y le doy un sorbo a mi café.

-Buen día papi.

-No me gusto para nada que hayas llegado tarde ayer, pero no te dije nada porque estaba Nash.

Así es papá, si algo le molesta me lo dice sin endulzarme las cosas, siempre me dice que soy lo más preciado de su vida pero que no por eso me va a ocultar lo que le molesta.

-Papi ya te dije por que fue, lo siento, no volverá a ocurrir.-digo tratando de no hacer mucho caso a mi llegada tarde.

-Lo se muñe, pero tienes celular, podrías haberme hablando tras que te hayas levantado, aparte no entiendo porque fuiste donde Nash si se supone que iba a quedarse a dormir en la casa .-dice papá mirándome.

Nunca le miento a mi padre, siento que es capaz de mirarme el alma y mis mentiras con sus ojos verdes oscuros.

-Es que le faltaba ropa y fuimos a su casa y nos distrajimos mirando las películas.-digo tratando de sonar lo más normal que puedo he intento cambiarle de tema.

-¿Iremos al supermercado ahora? -Pregunto.

Me da una última mirada intensa y sus ojos de suavizan.

-No podré ahora muñe.-me mira con cara de tristeza.

A papá y a mi siempre nos encantó ir nosotros al supermercado, es como nuestro lugar para ponernos al día.

-Pero quedamos en ir hace días.-digo tratando de no sonar triste.

-Lo se muñe, pero tengo dos cirugías ahora, pero le puedo decir a Marcos que te lleve o si quieres mandamos a alguien que las haga.

Marcos es el chofer y guardia de papá.

-No, yo iré papá, entiendo que estes tan ocupado.-le doy una sonrisa menos fingida posible.

-Le diré a Marcos que aliste el auto si?-dice mientras sale del comedor.

Voy a mi cuarto y me pongo un vestido rosado sencillo y mi perfume de vainilla favorito.

Papá viene a avisarme que ya está el auto listo y bajamos los dos.

-Puedes pasarte al mall si quieres comprarte más cosas.-dice mientras me abraza y me entrega su tarjeta.

Yo tengo mi propia tarjeta pero a papá nunca le gusto que gaste mi dinero y que el prefiere darme.

-Gracias papi.-le doy un beso en la mejilla, salgo y está Marcus fuera de lo auto con su habitual traje negro, me abre la puerta del auto y entro.