"No desarrollas valentía cuando todo va bien, sino cuando sobrevives momentos deifíciles y desafías la adversidad"
Epicteto
Los pasos de Dhoznen resonaban a mi alrededor, mirando con incertidumbre el lugar algo rústico pero elegante a su manera, los ladrillos rojo terroso junto a la maderera de los suelos y algunas vigas teñidas para acoplarse a la tonalidad del lugar.
Que lentamente me llegaba un olor intenso a perfume y el olor de rosas y flores que empalagaban las fosas nasales y papilas gustativas cuando el olor se acentuaba en la boca y recorría la garganta.
—¿Dios que es ese olor demasiado dulce?
—¿Hmm... no te dije donde estamos verdad?
—No
—Pues... estarás algunos días aquí a sique es mejor que te vayas acomodando al olor, ¡Estás en la cabaña del sátiro burdel número dos del barrio secundus!
—¿Bueno, eso explicaría el olor y los sonidos raros que escuche cuando, veníamos por el pasillo y la ambientación...? ¿Es extraño e interesante a su manera?
—¿Pensé que lo tomarías la noticia sorprendido o alarmado, como eres y quien eres? ¿Simplemente no está en tus modales como noble?
—Tengo solo tres años de edad, aunque parezco de mayor edad gracias a mi estatura y corpulencia anormal, sigo siendo un niño común y corriente para los míos.
—Pero como lo dices debería de haber aprendido modales y escolaridad temprana, esta misma iba a iniciar el día después de mi cumple años número tres, pero como lo ves estoy aquí contigo lejos de casa y muy confundido de lo que está pasando.
—Siendo como eres Erlick o mejor dicho Edward, tu forma de ser no corresponderá a la de ese cuerpo tullo, tu esencia es diferente a cualquier otra a la de los niños de alta cuna, burguesa o de la prole.
—Tú eres un hombre formado en el cuerpo de un niño, eres un soldado que busca redención, pero al parecer no la encuentra y los problemas te buscan como las polillas a la luz del candil.
—No soy Edward, él murió y su vida acabo en ese mundo, simplemente no sé qué soy, entre dividirme por lado maduro y afrontar las nuevas posibilidades que se han dado u olvidarlo todo para desaparecer en la conciencia de este cuerpo.
—Siempre hay caminos, siempre hay futuro que tomar o senderos que recorrer, las decisiones que tomemos en los mismos decidirán que tan interesante se vuelven los encuentros que vivamos en ellos.
—Pero esto lo decidirás tú y solo tú, después de todo tú decides tu futuro soldadito.
—No hay dioses, profecías, planes que seguir o tratos que cumplir, al final del día simplemente eres lo que vives y aprendes al rededor de tu vida.
La conversación filosófica entre Dhoznen y mi persona nos había dejado recostado a lados diferentes del pasillo mirando el uno al otro, inspeccionandonos, que recorrería por nuestra mente en ese instante, que resguardaba nuestras miradas algo cansadas por nuestras vivencias ocultas por las que son las ventanas al alma.
—Erlick, mejor sigamos, te dije que daría toda la información que teníamos a la mano de lo que está pasando y algo de contexto de este mundo, si es lo que deseas, quien si soy.
—A cambio de decirme que deseas en esta vida.
—No lo sé, pero te lo contaré por el camino.
Los dos seguimos por el pasillo de madera barnizada de un amarillo claro que contrastaba con las imágenes que eran más retratos de múltiples mujeres en ropa provocativa que adornaba el pasillo con uno que otro jarrón con flores, sobre una mesilla muy bien echa.
ESTÁS LEYENDO
The Sword Warrior of Darkness
FantasyEultrian, un continente antiguó donde la magia, lo irreal y lo fantástico convive de forma brutal. Una vieja ciudad que fue decisiva durante la Guerra de las Lágrimas Rojas. Han pasado años desde ese conflicto que dejó atrás de sí una paz delicada...