La Tierra de la Memoria y la Verdad

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Tienes la facultad de poder convertirte en lo que deseas ser. Plantéate tus expectativas y entérate de que llegarás a ser lo que se te ocurra, sea lo que sea.

Wayne W. Dyer

Edward, que momentos antes había despertado en un camino estelar blanco puro que se extendía hasta el infinito y que yacía sobre el abismo estelar que tintineaba con sus trillones de estrellas, galaxias y  planetas. Asombrado y desorientado por el lugar  extraño y fantasioso salido de los más extraños sueños que un hombre o mujer podría soñar.

Levantándose y estudiando el sitio que lo recibió, pensó para sus adentros, ¿Qué era ese punto y que había pasado después de esa explosión? Pero no teniendo alguna respuesta racional para una de las preguntas, se dedicó a caminar  hacia adelante, por lo que parecieron horas.

Hasta que se topó con una puerta tan alta y ancha que cubría el camino que de por sí era amplio, es infranqueable por parte de cualquier persona que fuese a pie o caminando hasta llegar a ella. Labrado en alto relieve se encontraba una mujer alada.

Con cuerno de carnero que salían de los dos costados de su cabeza con poca ropa y la que usaba era reveladora con fines sexuales, además siendo abordado por múltiples, hombres que  la adoraban y tenían coito con ella. Sobre la puerta y grabado en el acero corroído se encontraba la palabra Lujuria escrita en ellas.

Edward no entendiendo lo que estaba pasando intento abrirla, pero no pudo hasta que por el roce contra el metal se cortó cayendo algo de sangre al suelo que de la nada creo una antorcha de un fulgor extraño y puro.

Que tenía la palabra escrita en su madera  castidad que de la nada apareció y se abrió la puerta con estruendoso sonido, dejando pasar al mortal que siguió su camino alumbrándose con su herramienta. Prosiguiendo por otras dos horas, Edward siguió hasta encontrar otra puerta del mismo tipo, solo que esta vez otro dibujo se encontraba sobre la misma.

Esta vez era un gusano enorme con boca como la de un hombre, ojos anchos y oscuros por el metal y sobre su cabeza del ser se encontraba un torso humano deformado con una sonrisa sínica. Mientras devoraba a otro humano y al fijarse a lo que decía la puerta distinguió la palabra Gula. 

Que al contacto con la flama de la antorcha esta misma se abrió, esta vez siceeando como un reptil que fue herido y huía por miedo para después aparecer en la antorcha grabada la palabra templanza. Cruzando la puerta, Edward siguió su camino que trascurrió por otras 4 horas de caminata que no lo hizo cansarse o sudar.  

Hasta después encontrarse otra que nada más tenía la palabra escrita en el centro de la misma y que decía Avaricia, la cual se abrió sin tener que tocarla o hacer contacto con ella para después aparecer en la antorcha la palabra generosidad.

Para cruzar la  puerta sin mirar hacia atrás siguió con paciencia y en silencio por otra hora hasta toparse nuevamente con otra puerta que estaba abierta, además que se caía a pedazos a cada paso de Edward y en ella la palabra Pereza se distinguía apenas. Al cruzarla la antorcha se tornó de blanco puro al igual que el camino y en su mango se encontró con la palabra laboriosidad.

Pero de un momento a otro sintió que su cuerpo, por una extraña razón, se sintió ligero y libre como si unas cadenas se hubiesen caído de su cuerpo.

Mirando extraño su cuerpo en búsqueda de alguna anomalía, Edward se tocó para no encontrar nada. Algo extrañado, esta vez corrió a todo lo que daba sus piernas. Traspasando las puertas a toda prisa una tras otra que por alguna razón estaban abiertas, reconociendo las palabras de Envidia y viendo encenderse aún másla antorcha, además de aparecer otra palabra en el mango de madera siendo la palabra caridad.

The Sword Warrior of DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora