VII

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El beso de aquellos dos tortolos habría sido un espectáculo tierno para los habitantes del pueblo, menos para aquel individuo que había mirado la escena, una mirada de decepcion se habría posado principalmente en Drako, pero la burbuja en la que estaban aquellos dos era tal que ninguno se había dado cuenta de su público.

El sonido de la música de una posible misa rompió la burbuja de aquellos dos, los dos se apartaron el uno del otro, exaltados ante el repentino incio de una misa.

-¡Pero que, esto no estaba planeado!- Drako miro para los lados, ni siquiera el profeta estaba presente, o eso creía, solo ellos dos y la música que resonaba por los pueblos.- Debe de ser un error o algo.

-Un error o no, no caere a la lava, ya estoy aquí.- El nerviosismo del científico era notable, cada misa le ponía los pelos de punta, así que se fue hasta las bancas de la iglesia y se sentó.

Drako se iba a sentar a un lado de el para esperar juntos, hasta que vio la silueta del profeta acercándose a la cruz junto con el para dar la misa. Cuando el Profeta estuvo enfrente su mirada se poso en su hijo, y luego en el científico.

-¿Vaya, y eso que has llegado tan temprano hijo mio?- El profeta miro a Zorman con superioridad, por supuesto que sabían porque estaba ahí, pero quería sacar las palabras de su propia boca para después humillarlo.

-Pues yo-... - A Zorman no se le ocurría ninguna excusa para explicar porque estaba ahi junto con Drako, los dos solos en una iglesia. No hicieron falta explicaciones ya que justo después llegaron Noni, Tanizen, Auron y Perxita, los cuatro gritando.

-!Devuelvan el libro que se robaron!- Tanizen grito al entrar, se notaba que perseguía al de mechón naranja y a Perxas, solo dejó de perseguirlos hasta que los cuatro estaban enfrente del profeta.- ¡Profeta, estos dos han robado algo de mi tienda!

-¡¡Pero que te lo hemos tirado por ahí perro!!- Perxita le grito de igual manera seguido de unas risas de parte de Auron.

-¡Eso, te lo dimos, pero nos estaban persiguiendo y no se dieron cuenta!- El de mechón naranja le siguió la historia a su amigo, los dos estaban diciendo la verdad, pero no parecía.

-¡Profeta haga algo!- Noni siguió con aquellos gritos.

El Profeta se molestó, habían interrumpido la excusa de Zorman y además los gritos en la iglesia lo molestaban a un más.

-SILENCIO.- Todos quedaron en silencio.- NO ME INTERESA QUIEN LE ROBÓ A QUIEN, ESTO ES UNA MISA, RESPETEN A SU DIOS TODO PODEROSO.

Tanizen se molestó más pero sabia que no valía la pena seguir peleando y mucho menos enfrente del profeta porque sabia que en cualquier momento le caería un rayo. Noni y el dueño de la tienda se sentaron juntos, y Auron y Perxas igual.

No tardaron mucho en llegar los demás habitantes de los pueblos, ninguno se fue a la lava, eso ya era un logro. La aburrida misa comenzo sin problemas, Drako estaba parado justo al lado del profeta escuchando la misa, de vez en cuando miraba a Zorman disimuladamente, otras veces los dos cruzaban miradas y se sonreían mutuamente, pero algo era claro, algunas personas ya se habían dado cuenta de aquellas miradas poco discretas.

Poco después la misa término, la gran mayoría salió deprisa de aquella iglesia incluido Zorman, quien solo se despidió de Drako de lejos y con una sonrisa. Cuatro personas más se quedaron para molestar al hijo del profeta, Auron, Reborn, Dest y Ocho, quienes alejaron lo más posible a Drako de donde el profeta, sacándolo fuera de la iglesia para que su padre no molestara.

-¡Oye, nos dimos cuenta de las miraditas que se dan Zorman y tu!- Ocho hablo primero, dándole unos cuantos codazos ligeros a Drako después de decir sus palabras.- Tienes que contarnos.

-¿Ya son novios o que?- Dest le siguió.

-Pues... ¡Aun no somos nada!- Drako se puso nervioso por las miradas insistentes de todos.

-Uhhh, esta floreciendo el amor.- Auron río ante la reacción del otro y luego volteo a ver a Reborn para ver su reacción, estaba seguro de que no le iba a gustar nada esa plática.

-Ugh, sigan hablando de amor y yo me voy.- Reborn miraba entre curioso y asqueado tal escena, algo innecesario hablar de amor para el.

Los cuatro iban a seguir molestando a Drako pero el Profeta se apareció justo en frente de ellos, espantandolos.

-Drako, ven aquí, necesitamos hablar.- El Profeta miro a los demás con asco, mientras comenzaba a guiar a Drako nuevamente dentro de la iglesia.

Su hijo lo siguió con cara de preocupación, casi nunca su padre hablaba con el con tal seriedad que ahora le preocupaba lo que sea que fuera a decirle, los cuatro amigos tenían curiosidad, tal vez los iban a seguir para escuchar a hurtadillas.

☙ Flipo ☙

Coqueteos sin sentido|| ZormakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora