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Zorman se sentía raro en la casa de su "ex", no sabía si realmente podía llamarlo de esa manera porque dudaba de si tan siquiera habían comenzando una relación.

Drako no hablaba, tampoco lo miraba ni se dirigía al científico solo se quedaba sentado en el sofá, mirando a la nada, sabía que si Zorman le llegará a suplicar o tan siquiera hablar un poquito con el sobre amor, se abalanzaria sobre el sin dudarlo.

¿Porque? Porque lo amaba.

Em... Drako.– Zorman trato de dirigirle la palabra, pero al ver que ni si quiera lo miraba suspiro.– Ah, no importa... Solo quería saber si me dejaras el sofá para dormir. Es tarde y parezco imbécil aquí parado.

Drako se sobresalto al escuchar las palabras de Zorman, no recordaba que se iba a quedar a dormir y ya el reloj marcaba las 2:30 am. Su mirada se dirigió hacia el científico y sus ojitos cansados pudieron con el.

No te puedo dejar dormir en el sofá, ve al piso de arriba y recuestate en mi cama.– No pudo evitar hablar con ternura, cosa que Zorman no noto.

Me niego a que me dejes tu cama, soy el invitado debería dormir aquí.– Zorman se sentó a un lado de Drako, abarcando en lugar y esperando a que Drako se quitara, cosa que no hizo y en cambio los dos se quedaron uno junto al otro, demasiado cerca.

El científico miro a Drako a los ojos, los dos se miraban fijamente sin comentar nada, el único ruido que se escuchaba eran los mounstros de afuera. Zorman tomó la iniciativa y se acercó más a los labios de Drako, y aunque este se alejó al inicio se volvió a acercar poco después.

Zorman...– El sonido de su nombre lo llamó aún más y el científico rompió por fin aquella distancia que tenían. Los dos juntaron sus labios en un beso deseoso de amor, lleno de pasión.

Drako tomó de la cintura a Zorman para atraerlo más a el y así Zorman quedar encima de las piernas del hijo del profeta. 

Cada que Zorman se separaba por aire otro beso de parte de Drako volvía a clavarse en sus labios.
Zorman dejó de separarse para devolver los besos que Drako le daba.

Una mano se le fue al pelo de Drako, lo acariciaba mientras lo besaba y otra se deslizaba por su pecho hasta llegar a su cintura. La situación escalaba, los ruidos del exterior dejaban de escucharse y Drako sentía que cada beso que se daban se volvía más caliente, más apasionado. Sin querer Drako le arrancó la bata de científico a Zorman.

Zorman se quedó sin su bata. Drako lo acariciaba por todo el torso, la espalda, los brazos, no solo le devolvía los besos, también lo acariciaba, como si en cualquier momento lo fuera a perder de sus brazos nuevamente.

Me gustas... Me gustas mucho... No lo puedo evitar... Me encantas.– Para que Zorman no pudiera contestarle le dio nuevamente otro beso pasional.

No se escuchaba más que el respirar ardiente del hijo del profeta y aquellos besos constantes que los dos se daban.

Drako y Zorman se besaron apasionadamente durante horas. El beso no parecía tener fin y los mounstruos afuera se hicieron cada vez más distantes. Las ropas por el piso y el olor en el aire parecían más que evidencia de lo que había pasado ahi...

Era amor.

Coqueteos sin sentido|| ZormakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora