IV

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La mañana había comenzado con un Zorman bastante exaltado al ver la compañia que tenía a un lado de el, recordaba que lo había dejado dormir ahi más no esa manera tan cercana, los brazos de Drako estaba aferrados a el y eso lo molestaba hasta cierto punto. Para que se despertara y lo soltara de una vez, lo empujó de la cama fuertemente, al ser la cama bastante pequeña cayó de esta con facilidad y el estruendo no se hizo esperar.

Drako se sentó en el suelo como pudo y con una mirada adormilada miro al científico.

-Que cojones acaba de pasar.- La confusión en la cara del hijo del profeta hizo reir a Zorman, quien no tardó en levantarse para ayudarlo.

-Lo siento, creo que te resbalaste.- Una mentira piadosa mientras Drako se levantaba del suelo con ayuda.- Ha sido una caída de nada.

Zorman le sonrió con burla, pero Drako lo seguí mirado con duda y un poco de molestia mezclada en su mirada, los dos se miraron a los ojos por varios minutos en silencio, había un sentimiento extraño entre ambos, una tensión extraña, la cercanía que ambos estaban teniendo era demasiada y eso los tenía confundidos, pero aquel delicado silencio se rompió al escuchar un escándalo en la puerta de la casa.

-¡Zorman!- La voz familiar de Juan rompió aquel silencio junto con sus golpes repentinos a la puerta de entrada.

-Que cojones... - El científico respondió con molestia a lo bajo, aunque estaba agradecido de que Juan allá interrumpido un posible momento más íntimo con el hijo del profeta.

Zorman se volteo para ir a abrir la puerta pero fue detenido por Drako, quien lo agarro de una manga.

-No vayas, que se quedé afuera ese mago de cuarta.- Drako tenía motivos de más para enojarse, había estado esperando un momento más íntimo con el científico y justo cuando lo tenía en frente había sido interrumpido por su enemigo. Los golpes en la puerta y los gritos de Juan no paraban.

-Si no voy este jamás se calla, lo siento Drako a la próxima te hago caso.- Zorman ya estaba lo suficientemente nervioso de estar solo con Drako, así que fue a abrir con rapidez la puerta para que así el mago dejara de gritar.- ¿Que pasa? Que me tienes aturdido con tus gritos.

Zorman que pude volar hace nada, ven tienes que verme volar, lo logre!- Juan jalaba emocionado a Zorman fuera de la casa, hasta que vio una silueta detrás del científico.- ¿Que coño?

Cuando lo pudo ver bien, miro a Drako con una clara molestia para luego mirar a Zorman de la misma manera.

-¿Que hace este imbécil en tu casa?- El hechicero alejo lo más posible a Zorman de su enemigo.

-Tu eres el que no deberias estar aquí mago de cuarta.- Drako se dio cuenta de lo que hacía Juan, así que agarro a Zorman de igual manera y lo jalo hacia el.- Solo dices que puedes volar para llamar la atención.

-Para mi que puedo volar mejor que tu lame botas.

-¿Que coño has dicho malparido?- Los rayos de Drako comenzaron a tronar, indicando que en cualquier momento le caería uno a Juan mientras el científico seguia siendo jalado por los dos en una batalla que parecía que pronto le arrancarían los brazos.

-¡Ya está, ya no suelten más mierda!- Zorman les grito a los dos.- Sueltenme de una vez o los dos se van.

Los dos obedecieron a Zorman, lo soltaron y se quedaron en silencio mirandose el uno al otro con odio.

-Bien, Juan, Drako, esta vez iremos a ver cómo el hechicero vuela.- Los dos iban a hacer una queja, Juan no quería que fuera Drako porque sabía que se iba a burlar y Drako no quería ir con Juan porque simplemente no se llevaban, pero las quejas fueron interrumpidas por el científico.- Juan, si no va Drako no iré a verte y Drako si no vienés dejaré de hablarte por lo menos por 4 días.

Aquellas condiciones los mantuvieron a los dos quietos como si de niños pequeños se tratase.

-Okay, esta buen pero toca ir a mi casa.- El hechicero se quería tirar del Barranco que había en su Templo para demostrar sus habilidades.

-Esta lejisimos, ¿no puede ser aquí?- Zorman se arrepintió de inmediato.

Pero así con Zorman había puesto sus condiciones, Juan también debía de poner las suyas ¿Y Drako? Solo se limitaba a observar.

Coqueteos sin sentido|| ZormakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora