Empezaré con esta historia porque hoy en el instituto hemos celebrado San Jordi. Gracias a esta historia yo he ganado el primer lugar de Prosa en lengua castellana. Espero que os guste tanto como a los jurados del instituto.
Mavra y Alaric habían sido enemigos desde siempre. Ella era una ladrona asesina y él era el joven justiciero del pueblo. Ella era una hada sin alas y él era un elfo hermoso. Ella quería matarlo y él quería ayudarla a ser una buena persona.
Siempre se estaban peleando y siempre causaban el caos en el pueblo y los habitantes empezaban a hartarse de que Alaric siempre la dejase escapar. Por eso, cuando Mavra volvió a hacer de las suyas y Alaric trató de detenerla, un grupo de sátiros, hombres lobo y centauros los atacaron y los persiguieron obligándoles a huir del pueblo.
—Aunque huyamos juntos, sigues siendo mi enemigo —aseguró Mavra mientras corrían entre los robles.
Alaric suspiró y negó con la cabeza sin entender por qué Mavra se empeñaba en ser su enemiga.
—Esto es solo un plan de escape repentino, ninguno de los dos esperaba que las cosas se torcieran tanto.
—¿Te lo dices a ti misma?
Mavra lo observó con odio y siguió andando por el bosque, no quería que los sátiros, hombres lobo y centauros la encontrasen.
—Deberías dejar de hacer lo que haces —dijo Alaric aprovechando que por una vez Mavra no lo intentaba matar.
—¿El qué?
—Atacar a la gente, robarles, hacerles daño...
—Ellos también me han atacado, también me robaron y me hicieron daño.
Alaric sabía lo que le había pasado a Mavra, sabía lo que le había pasado a sus alas y por eso no quería hacerle daño, por eso quería ayudarla. Mavra había sufrido mucho de pequeña, le habían hecho pagar los pecados de sus padres cortándole las alas y quitándole su poder y había vivido sola desde entonces.
—¿A dónde estamos yendo? —preguntó Mavra al ver que cada vez se adentraban más al bosque.
—Yo te estoy siguiendo a ti.
—No, yo te estoy siguiendo a ti.
Ambos se detuvieron al darse cuenta de que se habían adentrado tanto en el bosque que ya solo se veían robles a su alrededor. Los dos habían oído las historias que los ancianos contaban sobre ese bosque y sobre la bruja que vivía en él. Esa bruja podía dar a las personas una poción revitalizadora que causaba la pérdida de la memoria o usar su cráneo para su colección.
—¿Aún nos siguen?
—No creo —contestó Alaric.
Ambos se observaron y miraron a su alrededor. No recordaban de dónde habían venido y tampoco sabían hacia dónde ir. Hiciesen lo que hiciesen, iban a encontrarse con la bruja.
Continuaron andando por ese bosque tratando de encontrar algún camino, pero a su alrededor solo había robles. Andaron en silencio y a cada paso que daban se iban acercando más a la guarida de la bruja.
—¡Al fin recibo visitas! —oyeron de repente—. Parece que hoy será un día divertido —volvió a hablar esa voz aguda.
Los dos jóvenes se observaron y Mavra cogió uno de sus cuchillos.
—No creo que eso te sirva de mucho —opinó Alaric.
Ella no le hizo caso y avanzó con el cuchillo en alto.
—¿Venís juntos? ¿Sois pareja? ¿Habéis venido a morir juntos o queréis olvidar vuestro amor? —siguió diciendo esa voz.
Ambos observaron a su alrededor y de pronto apareció una mujer algo mayor de entre los árboles. Esa mujer los observaba sonriendo y se acercaba a ellos despacio.
—Somos enemigos —contestó Mavra sin miedo.
—¿Enemigos? —Mavra asintió.
—No venimos con malas intenciones —trató de decir Alaric para calmar el ambiente.
—Yo sí —contestó la bruja— y quiero divertirme.
Mavra y Alaric la observaron desconfiados y eso hizo sonreír a la bruja aún más.
—Uno de vosotros recibirá mi poción revitalizante, pero no recordará nada y el otro morirá —sentenció—. Además, mi poción revitalizante lo cura todo, hasta puede hacer volver las alas cortadas de un hada —añadió sonriendo aún más—. ¿Y bien? ¿A quién voy a tener que matar?
Los dos jóvenes se miraron y Mavra levantó el cuchillo hacía Alaric.
—Ya me encargo yo de matarlo.
—No es necesario —dijo entonces Alaric cogiendo su cuchillo y apuñalándose en el estómago.
Mavra abrió los ojos sorprendida y se acercó a él. Ella siempre había querido matarlo así que no entendía por qué ahora sentía de todo excepto felicidad. De hecho, ¿por qué siempre lo había querido matar? Él nunca le había hecho daño, solamente le había impedido dañar a otras personas.
—¿Por qué? —preguntó la bruja sin entender nada—. ¿Por qué quieres morir? ¿Por qué quieres que recupere las alas? ¡Vosotros sois enemigos!
—No, —dijo desde el suelo mientras su sangre se expandía entre la hierba— ella no es mi enemiga.
—¿Qué? —preguntó Mavra, que estaba a su lado tratando de evitar que perdiera más sangre.
—Yo soy tu enemigo, pero tú no eres mi enemiga —repitió antes de que perdiera las fuerzas.
—Bueno, ya tenemos al muerto —dijo la bruja con tono indiferente—. Ahora te toca beber la pócima.
—¿Esta pócima revive a los muertos? —preguntó antes de aceptar la pócima.
—Es una pócima revitalizante, lo cura todo —contestó la bruja.
—Entonces dásela a él —pidió levantándose del suelo y señalando a Alaric.
—¿A tu enemigo? ¿Quieres salvar a tu enemigo? —Mavra asintió y la bruja empezó a reir—. ¡Pues yo no!
—Dásela a él —repitió con el cuchillo en alto preparada para atacar.
—¿Prefieres morir antes que recuperar tus alas?
—Prefiero que él sobreviva —contestó atacándola con el cuchillo.
La bruja esquivó su pésimo ataque y sonrió.
—Me caes bien, será un honor tener tu cráneo en mi colección —terminó diciendo mientras se acercaba al chico y le hacía beber la pócima.
Al ver que la sangre de Alaric desaparecía y volvía a respirar, Mavra dejó caer el cuchillo dispuesta a morir en manos de la bruja.
—En realidad, creo que será más divertido que los dos os olvidéis —opinó la bruja obligando a Mavra a beber la pócima.
La chica cayó al suelo desmayada y la bruja se escondió entre los árboles del bosque entre risas, quería ver qué pasaría con los jóvenes cuando se despertaran.
Tardaron unos minutos en recuperar la conciencia y abrir los ojos. Él estaba sano y el hada volvía a tener sus alas, pero no se reconocieron. Aun así, ella sintió que podía confiar en él y que no le haría daño. El elfo también tuvo una sensación parecida, pero en su caso sintió que debía matarla.

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Relats/os
Short Story¡Aviso! Esto va a ser una mezcla de idiomas e historias. Aquí voy a publicar todo lo que escribo en el instituto ya sea en catalán o castellano. Básicamente podreis leer las historias que presento al concurso de Sant Jordi y las redacciones que debo...