The Two Guardians

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Aldea Tanpopo|POV Momo
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Marisa se me acercó por la espalda y me tocó el hombro

— Momo, te recuerdo que debemos ir al Reino de Fuego, pronto de va a celebrar el "Festival del Sol" y sabes que solo ahí podemos comprar las plantas medicinales que la aldea necesita — Dijo sentándose a mi lado

Marisa tenía un punto, en esta época del año comienza el Festival del Sol, dónde se celebra el nacimiento del Dios Igneo y la fecha donde Shen encerró a un antiguo Youkai en su cuerpo

Realmente no recuerdo muy bien esa historia, fue hace mucho que mi antigua maestra nos la contó

— Tienes razón, mejor hay que irnos preparando para poder llegar a tiempo... ¿Tienes tu báculo cerca? — Le pregunté

— Dejame voy por el y salimos — Se levantó y se retiró en busca de su arma

Por mi parte siempre llevo mi katana en el cinturón, desde que adoptamos la posición de Guardianas de esta villa me mantuve alerta todo el tiempo, ya llevo mucho tiempo aquí y llegué a tomarles cariño a los pobladores, son gente muy cálida con todos

Marisa llegó con su báculo en manos y una sonrisa en su rostro

— Ya estoy lista, ¿nos vamos? — Cuestionó alegre

Al verla tan feliz, logró contagiarme un poco de su felicidad y también le sonreí

— ¡Claro! — Exclamé

Ambas salimos del santuario donde nos alojamos

— Dejar este pueblo sería mucho más fácil si el maestro aún estuviera aquí — Comentó Marisa mientras caminábamos

— Tienes razón, pero fue su decisión el irse a viajar por el mundo, debemos respetarla, es lo que nos enseñó el — Respondí

— Lo sé, al menos disfruto pasando mis días en este lugar, me pregunto ¿Dónde estará el maestro Takeda? — Se cuestionó

— Mencionó que iría al bosque de bambú un tiempo y luego iría camino a un coliseo — Respondí

— Algún día habrá que ir a visitarlo — Comentó Sonriente

— Jeje, quizás algún día vayamos — Le respondí con la misma energía

Ambas seguimos caminando hasta llegar hasta los rebaños dónde están los caballos

Ambas tomamos nuestros caballos

El mío era un caballo negro con las patas blancas, lo llame Raven

Marisa se consiguió uno de color café, lo llamó Café

— ¿Cómo has estado Café? ¿Te estuvieron tratando bien? — Le habló como una madre cariñosa

— Enserio aún no puedo creer que lo llamaras Café — Comente seguido de un suspiro

— ¿Que tiene de malo? Ese es su color... ¿O no cosita linda? — Comento mientas seguia dándole mimos a su caballo

Red NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora