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Ni-ki masajeó su hombro adolorido con fuerza y luego se dejó caer sobre el respaldo de la silla. Había estado varias horas revisando decenas de exámenes de sus estudiantes y otros cincuenta minutos preparando sus clases para el día siguiente. Prefería hacer todo su trabajo en la escuela para luego descansar al llegar a su departamento y dedicarse a los últimos proyectos de la universidad. Soltó un suspiro cuando observó la esquina de su mesa, en la que aún quedaba un examen sin ser revisado.

El profesor acomodó sus anteojos y tomó su lapicero de tinta azul dispuesto a marcar las respuestas correctas e incorrectas. Pero se detuvo al observar el nombre de Sunoo escrito en la esquina de la hoja. Esbozó una sonrisa al observar su bonita letra, mucho más bonita que la letra de algunas chicas.

Pero su sonrisa desapareció y cambió a una expresión de horror. Sus respuestas eran absurdas, llenas de incoherencias. ¿Cómo había podido escribir "home" con "j"? ¿"Jome"? ¿En que demonios estaba pensando Sunoo? El profesor acercó sus manos hacia su rostro para masajear sus sienes con sus delgados dedos.

¿Acaso ese muchacho era un caso perdido? Estaba seguro que habían revisado una y otra vez la correcta forma de escribir las palabras básicas. ¿Es que acaso el chico se estaba vengando de él por no asistir a sus clases particulares? ¿Y si ese no era el caso y Sunoo realmente se había esforzado en su exámen?

Siempre había detestado que hubiera preferencia por parte de los profesores hacia sus estudiantes, pero una profunda punzada de culpabilidad había atravesado su pecho al imaginarse la expresión de decepción en el rostro del chico de bonitas mejillas al enterarse que había sido la única calificación baja de su clase. Ni-ki escondió su rostro entre sus brazos.

Definitivamente obligaría a ese muchacho a resolver ese examen de manera correcta en la próxima clase particular que tuvieran. Ni-ki no pudo evitar sentirse un completo idiota al sonreír levemente al darse cuenta de lo mucho que pensaba en su estudiante, ¿Cuándo se había transformado en alguien tan especial para él?

No quería ver ninguna expresión de tristeza en su tierno rostro, sólo quería ver sonrisas resaltando sus lindas facciones.

Y, por muy egoísta que se escuchara, Ni-ki no podía negar que deseaba que todas esas sonrisas fueran dirigidas a él. Quería que todas las expresiones de Sunoo sólo le pertenecieran a él. Sus sonrisas, expresiones de enfado, su confusión, sus expresiones de placer... todas y cada una de ellas.

Ni-ki volvió a suspirar por milésima vez esa mañana y se levantó de su silla. Ese tipo de pensamientos lo hacían sentir como un adolescente nuevamente, no como un profesor con dolor de espalda y migraña a causa de revisar exámenes.

Salió de su despacho en dirección a la parte trasera de la biblioteca de la escuela, el escondite de los profesores que fumaban, ya que en la escuela no se permitía pero a ninguno parecía importarle demasiado aquella regla. Caminó con tranquilidad por los largos pasillos del lugar ignorando las intensas miradas de las alumnas, y luego cruzó el maravilloso jardín que rodeaba aquél edificio viejo de ladrillos oscuros rodeado de diferentes enredaderas que subían por sus paredes.

El profesor dirigió su mirada hacia un muchacho de cabellos rubios apoyado en la pared con un cigarrillo en su mano y enarcó una ceja al darse cuenta de que era un alumno. Al parecer no era un lugar exclusivo para los profesores, sino que era un escondite para todos los adictos a la nicotina.

Ni-ki, intentando no hacer demasiado ruido para no alterar al muchacho, pero este de igual forma lo escuchó y se volteó rápidamente para quedar petrificado al darse cuenta de que se trataba de un profesor.

-Tengo entendido que todos los alumnos que sean descubiertos fumando serán suspendidos- Soltó Ni-ki con una expresión seria en el rostro, pero luego soltó una risita al ver la expresión asustada del rubio. Se apoyó en la pared de ladrillos siendo consciente de que luego tendría que sacudir su camisa por el polvillo que dejaría este en su espalda- Tienes suerte que haya sido yo quién te ha descubierto.

𝗛𝗲𝘆 𝗧𝗲𝗮𝗰𝗵𝗲𝗿! ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora