Especial Sunki <3

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Ni-ki soltó un suspiro cansado al terminar de revisar aquella montaña de exámenes sobre su escritorio, esa era la peor parte de ser un profesor, aunque debía admitir que disfrutaba leer las respuestas ridículas que escribían sus alumnos. 

Alzó sus extremidades para estirarlas un poco y así poder relajar sus tensos músculos, moría por llegar a su departamento para tomar un tranquilo y agradable baño con esencias florales. Lo necesitaba después de aquella larga jornada laboral.

Se levantó de su asiento y tomó uno de los cigarrillos que guardaba en su bolsillo izquierdo para luego acercarse al ventanal con bordes de madera que tenía su despacho, desde ahí podía ver perfectamente el atardecer y a los estudiantes dirigirse a sus casas luego de que la jornada escolar acabase, como lo habían hecho unos minutos atrás al sonar la campana. Aún quedaban algunos chicos dentro de la escuela y Ni-ki no pudo evitar preguntarse si alguno de ellos era Sunoo.

Descansó su barbilla en el dorso de su mano y buscó con la mirada el lindo cabello de su alumno favorito entre todos los otros muchachos que caminaban hacia la salida riendo y conversando entre ellos. Probablemente ese chico estaria con su grupo de amigos o se encontraría corriendo hacia su departamento para poder ver sus programas y telenovelas preferidas que tanto esperaba por
las tardes.

Estar algunas horas lejos de Sunoo comenzaba a ponerle inquieto, sus pensamnientos comenzaban a verse envueltos por los recuerdos de aquél muchacho.

El hombre no pudo evitar reir mientras recordaba la primera vez que había visto al chico que se convertiría en el ser más importante en su vida en aquellos momentos. Verlo de pie junto a su madre quién era idéntica a él, embobado y con la ropa desordenada al igual que su cabello y un nivel de inglés que ni siquiera se acercaba a lo básico que podía conocer una persona. Todo aquello le había causado cierta ternura y curiosidad, lo que lo había hecho decidirse por ayudarlo a obtener mejores calificaciones.

Luego de unos días después del comienzo de sus clases, ver aquella expresión avergonzada cuando se le había escapado el famoso "me gusta" en una de sus fotos más antiguas, lo había hecho reír como nunca antes. Y como le había indicado, que si quería conocer más de él le preguntara en persona (lo cual nunca hizo), le hicieron darse cuenta de que era la primera vez que un chico le parecía tan adorable.

O todas aquellas veces en las que lo atrapó observándolo de reojo mientras tenían sus clases particulares, aquellas habían sido situaciones suficientes para haber robado su corazón con aquella inocencia que emanaba Sunoo. Razon suficiente para haberlo enamorado por completo.

Además debía admitir que aquél chico era encantador, con sus tonterías e interpretaciones dramáticas de todo lo que ocurría a su alrededor. Solo hacía que el hecho de estar a su lado fuera más divertido.

Ni-ki no podía negar que había mantenido varias relaciones antes con chicas, las cuales solo lo buscaban por su físico o por su reputación en la universidad. Por que sí, Ni-ki era popular a donde fuese. Sobre todo gracias a los rumores que habían comenzado a circular sobre él apenas había llegado a la facultad, además de sus rasgos los cuales sólo habían servido para aumentar su popularidad entre las chicas. Pero en todo ese tiempo jamás se sintió completo o satisfecho por alguna compañía que había recibido en sus años como universitario.

Nunca había podido encontrar a alguien que llamará por completo su atención o que causara tal emoción cada día de su vida como lo hacía Kim Sunoo, quizás era un chico demasiado especial. Ni-ki sentía que había tenido suerte al encontrarlo y conservarlo a su lado.

Aún no olvidaba lo mucho que se había preocupado por él aquel día en el que había recibido su llamada desde un club nocturno. O lo mucho que había intentado mantener la compostura cuando el jovencito decidió desvestirse frente a él con la excusa de tener calor cuando sólo estaba ebrio. Además había caído por completo ante sus seducciones, lo cual no lo enorgullecía mucho. Fue aquella noche en la que pudo darse cuenta de que estaba completamente enamorado de él.

Sonrió de manera ladeada al recordar aquellos últimos meses en los que todo había sido una locura, una divertida y romántica locura.

Ahora se encontraba viviendo al máximo, con el peligro de que alguien descubriera su relación o de que lo intentaran separar de aquél adolescente. Pero a pesar de todo aquello no se arrepentía de nada, no todo había sido bueno pero si había disfrutado de cada segundo.

Y lo seguiría haciendo, por que planeaba seguir al lado de aquél muchacho de regordetas mejillas costase lo que costase. No permitiría que nada los separara. Ni siquiera lo que diría su familia cuando se enterasen de que su pareja se trataba de un chiquillo, que aún no terminaba la preparatoria y, que para rematar, era su alumno tanto particular como en la escuela en la que se estaba trabajando. 

Ni-ki observó apenado como los muchachos se alejaban de la escuela y ninguno de ellos era Sunoo, al menos le hubiera gustado verlo por última vez aquél día. Soltó un suspiro y botó la última colilla de cigarro que quedaba entre sus dedos, luego volvió a sentarse frente a su escritorio dispuesto a prepara la clase del día siguiente.

Pero se detuvo al escuchar el sonido de la puerta al ser golpeada, deslizó su mano por su oscuro cabello y se levantó de su asiento con la esperanza de que no fuese la bibliotecaria dejando aún más exámenes que revisar. Se mordió el labio y abrió la puerta encontrándose con una radiante sonrisa que le hizo soltar un suspiro.

-Estuve esperando a que todos se fueran en la escuela para que no tuviéramos peligro de ser descubiertos, solo quería despedirme de ti el día d- las palabras de Sunoo se vieron interrumpidas por el fuerte abrazo del mayor. Quizás recordar los maravillosos momentos vívidos lo ponía demasiado sentimental. Ni-ki sonrió al sentir los brazos del menor rodear su torso correspondiendo el abrazo- Yo también te extrañé- soltó Sunoo en una leve risita.

El mayor tomó el cuerpo del menor arrastrándolo dentro del despacho para poder cerrar la puerta tras él.

-Pensé que hoy no podría despedirme- susurró Ni-ki escondiendo el rostro en el cuello de su alumno. Aquél leve perfume natural en la piel del menor enloquecía al pelinegro, quien parecía no querer soltarse de él. Sunoo acarició su cabello jugueteando con un mechón entre sus dedos.

-¿Y si mejor no nos despedimos? ¿Puedo quedarme en tu casa hoy?

Todo atisbo de cansancio desapareció del cuerpo de Ni-ki, quien solo pudo esbozar una sonrisa antes de tomar con rapidez sus pertenencias y tomar la mano de Sunoo para correr hacia su auto.

Había pensado en un baño de espuma para él solo, pero... ¿Qué mejor que estar acompañado de la persona que amas?

 ¿Qué mejor que estar acompañado de la persona que amas?

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𝗛𝗲𝘆 𝗧𝗲𝗮𝗰𝗵𝗲𝗿! ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora