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-Quiero que sepas que te odio desde lo más profundo de mi ser, Yang Jungwon- todos observaron a Sunghoon, que mantenía una expresión indescifrable en el rostro. Lo cual era aterrador.

-¿Cómo lo convenciste de que viniera con nosotros?- le susurró Sunoo al asustado chico que estaba de pie junto a él. Sabía que su malhumorado amigo jamás hubiera aceptado la invitación si al momento de preguntar a donde irían la respuesta fuera "Es una sorpresa". Lo que significaba que Jungwon lo había engañado.

-Le dije que iríamos a comer ramen- respondió el pelinegro, confirmando la suposición de Sunoo.

El club de baile al que los había llevado Jungwon estaba completamente atestado de múltiples cuerpos sudorosos que bailaban, reían y bebían sin descanso a pesar de que aún era bastante temprano para tanta emoción. Habían entrado al lugar gracias a que uno de los guardias era conocido de Jungwon, o eso es lo que les había explicado el muchacho a sus amigos.

Sunoo siempre estaba en lo enigmático que era su amigo, siempre con los contactos suficientes para lograr lo que fuera que quisiese. Recordó una vez en la que entraron al cine más de cuatro veces en un día sin pagar una sola entrada, solo porque Jungwon conocía al encargado de ese día.

-Podemos beber lo que queramos excepto alcohol. Pero entre nuestras opciones hay bastantes bebidas deliciosas- soltó Jungwon caminando hacia la pista de baile.

-¿Estás seguro de que quieres celebrar aquí?- gritó Sunoo en medio de la multitud siguiendo los pasos de su amigo, fue entonces que comenzó a ser empujado de un lado a otro por las personas que estaban bailando descontroladas. Heeseung, quién iba tras él, intentó contener la risa pero le fue imposible. Por otro lado, Jungwon tenía una expresión de pánico grabada en el rostro mientras intentaba no ser tocado por algún desconocido sudoroso. Al mismo tiempo, Sunghoon estaba rendido a merced del alboroto en la pista de baile del cual no tenía escapatoria, parecía una pequeña pluma siendo arrastrada por un tornado.

Cuando por fin Heeseung encontró una escapatoria de la pista de baile, tomó de las manos a sus amigos y los ayudó a poder salir de una vez por todas. Cuando por fin estuvieron fuera de la enorme masa danzante, Jungwon comenzó a buscar un lugar con su mirada y cuando lo encontró, no dudo en llevar a sus amigos en aquella dirección.

-No necesitan agradecerme... pero pueden decirme: "Mi héroe. Te amamos, increíble y guapísimo Hee"- dijo Heeseung presumiendo su rescate mientras mostraba sus blancos dientes en una enorme sonrisa. Jungwon volteó los ojos, y Sunghoon solo le dio unas palmaditas en la espalda.

-Miren el lado bueno, al menos encontramos la barra de bebidas- soltó un enérgico Jungwon, mientras se sentaba en uno de los asientos.

-Suena a que nunca habías visitado este lugar- respondió Sunghoon, sentándose a su lado.

-En realidad, es mi primera vez aquí y sospecho que la última. Por eso los traje, no quería sufrir solo- Jungwon solo soltó una risita ante la mirada de pocos amigos que le dirigía Sunghoon.

Sunoo por otro lado observaba con cierto terror aquél lugar atestado, no sabía que aquellos clubs de baile eran tan peligrosos... Llevó una de sus manos a su hombro izquierdo el cuál estaba adolorido por aquellos golpes recibidos en la pista de baile, soltó un suspiro y decidió buscar su celular en el bolsillo de su jeans.

Luego de la llamada de Jungwon, ni siquiera tuvo tiempo de darle un vistazo al número de su profesor. Se sentía en las nubes con solo pensar de que aquél hermoso universitario le hubiera dado su contacto, sabía que era solo en caso de tener dudas sobre la clase pero al menos podría obtener mayor acceso a cosas personales del mayor. Como por ejemplo, su fotografía en su perfil de Line.

𝗛𝗲𝘆 𝗧𝗲𝗮𝗰𝗵𝗲𝗿! ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora