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Sunoo dio un respingo cuando de un segundo a otro las luces de todo el lugar se apagaron, sin querer hacerlo le dio un pequeño golpe con la rodilla en el brazo de su amigo Jungwon quién soltó un quejido. El de regordetas mejillas se iba a disculpar pero los murmullos comenzaron acallando su voz, al igual que las risas confundidas de los espectadores quienes por obvias razones no tenían la mísera idea de lo que estaba ocurriendo.

Fue entonces que un repentino agarre en su muñeca lo hizo orientarse en medio de la oscuridad, con dificultad logró divisar el perfil de Jungwon quien lo guió fuera del escenario.

-¿Jungwon? ¿Puedes ver algo?- preguntó el ojimiel mientras intentaba pisar de manera firme sin correr el riesgo de caerse.

Cuando sintió los murmullos de sus compañeros de salón se sintió más calmado, ya que eso significaba que estaban fuera del escenario. Bueno.. Así lo fue hasta que cayó en cuenta de que había dejado la peluca a la vista de todos. Se mordió el labio con fuerza al darse cuenta de su grave error.

Sin dudarlo y con intenciones de no arruinar aún más el extraño final de la obra, se abalanzó sobre el piso de madera y tomó la peluca en sus delgadas manos, pero maldijo en silencio cuando las luces se volvieron a encender con él en medio del escenario y con una peluca en las manos. Entrando en pánico al sentir la mirada de todos los espectadores...decidió correr.

"OH SI, ESO ES SUNOO. CORRE COMO UNA
PEQUENA RATA"Se dijo así mismo mientras corria a toda velocidad con la peluca en sus manos por los pequeños escalones que llevaban bajo del escenario y que abrían paso hacia la maravillosa puerta que lo llevaría hacia la salida.

Cuando estuvo fuera de la vista de todos, en el pequeño salón tras la biblioteca donde guardaban los balones de fútbol y basketball, soltó un suspiro y se dejó caer sobre una de las colchonetas. Se lamentó una y otra vez mientras recordaba el plan que había planeado. Lo principal era no llamar la atención... y obviamente no lo había conseguido. Había arruinado completamente el final de la obra y ya no quedaba nada más que hacer, debería disculparse con todos sus compañeros la semana siguiente por haber dañado la obra sin importarle todo el esfuerzo que ellos habían puesto en aquello. 

Alzó su mano y observó la peluca dorada en ella, la dejó caer sobre su cabeza y apartó los cabellos que habían en su boca. 

¿Qué pensaría Ni-ki? ¿Querría estar con él a pesar de lo ridículo que se había comportado? O quizás... ¿Lo dejaría por su comportamiento infantil?

Sunoo hizo un pequeño puchero imaginándose todos los peores escenarios que podía vivir en su relación secreta con su profesor. Ahora sólo le quedaba esperar y reunir el suficiente valor para salir de aquel lugar.

Si es que lograba reunirlo. 

Ni-ki intentó divisar algo en medio de aquella oscuridad, las voces de los espectadores de aquella fatal obra le impidieron escuchar los pasos de Jay, pero cuando las luces volvieron a encenderse él ya no estaba por ningún lado

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Ni-ki intentó divisar algo en medio de aquella oscuridad, las voces de los espectadores de aquella fatal obra le impidieron escuchar los pasos de Jay, pero cuando las luces volvieron a encenderse él ya no estaba por ningún lado. Soltó un suspiro y se giró decidido a sentarse en su anterior lugar para observar como intentaban resolver aquél desastre que había sido el final. 

𝗛𝗲𝘆 𝗧𝗲𝗮𝗰𝗵𝗲𝗿! ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora